HISTORIA DEL TORERO

JUAN SERRANO PINEDA (Finito de Córdoba)

Publicado el 30 de enero de 2024
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Matador de toros considerado cordobés, pero que vino al mundo el 6 de octubre de 1971 en la barcelonesa Sabadell, según consta en su partida de nacimiento. Sus padres son cordobeses de La Carlota y Guadalcázar y pasados algunos años vuelven a esa tierra andaluza. En casa de Juan, por unas u otras razones, siempre se habla de toros. Su hermano quiso ser rejoneador y Juan, incluso, empieza a montar con él. Su abuelo era mayoral de una ganadería de reses bravas y su padre había sido vaquero. Pero cuando surgen problemas de trabajo tiene que emigrar a Barcelona y se coloca en la construcción. Allí, al parecer, hace amistad con el padre de Manolo Aguilera, un antiguo y modesto novillero cordobés, padre del actual Paco Aguilera, que está dando sus primeros pasos de becerrista en los concursos de Isla Fantasía.  Juan, con un traje corto que le presta Paco Aguilera, participa en unas pruebas de este concurso y a todos maravilla con la elegancia de su toreo infantil. Su padre, cuando Juan cumple los catorce años, cree ciegamente en él. Abandona todo su trabajo y se dedica a la futura carrera del incipiente torero.

Este, a falta de escuela y profesor, se pasa horas viendo vídeos de toros y naciendo toreo de salón. Dice el propio torero: <<Empecé con mucho miedo, lógicamente, y desde entonces ya empezaron a  criticarme en el campo los padres de mis compañeros>. << Estoy apostando tanto por ti, ¿y ahora vas a dar la cara?>>, le decía el padre. <En este momento –comenta en 1993 el torero–, comprendo por qué lo hacía, pero es que yo pasaba miedo delante de una becerra, así que me criticaban muchísimo>>. En Granollers mata un becerro y en Santiponce (Sevilla) se viste de luces por vez primera, el 27 de junio de 1987, con Luis de Pauloba y El Paye. Dos años más tarde, cuando se pone en marcha la temporada de 1989, el 25 de marzo torea por vez primera con caballos. Es en Marbella (Málaga) y alterna con Espartaco Chico y Pepe Luis Martín. Los novillos pertenecen a la ganadería de don Juan pedro Domecq. La tarde no puede darse mejor, pues corta las dos orejas a cada novillo. Juan no ha toreado mucho sin los del castoreño. Aproximadamente veintiocho novilladas la temporada de 1988, antes prácticamente nada, y asombra por sus excelentes maneras Después de cuatro o cinco novilladas hace su presentación en Córdoba, ante los que debemos considerar sus verdaderos paisanos.

Es en la feria de mayo, el 24 de este mes, y alterna con Espartaco Chico y Jesulín de Ubrique. Los novillos son de don Gabriel Rojas Fernández, pero el quinto, el segundo de su lote, pertenece al hierro de don Ramón Sánchez. La afición cordobesa, a la que tiene revolucionada, le considera suyo y tiene puestas en él todas sus esperanzas. Ya se habla incluso, parece pronto, de otro Califa. Pero es que el chaval tiene algo que no pueden decir todos los demás: personalidad cuando torea. No se parece a nadie. Muestra, tan temprano, un concepto muy puro del toreo. Lo interpreta, como dijera El Papa Negro, de arriba abajo y de adentro afuera. Se cruza con el novillo cuando lo exige la condición de este, si no algo más al hilo del pitón dando el medio pecho. Muy vertical su postura y procurando que el viaje del novillo sea largo. Aunque a la superficie emerja aparentemente un toreo solo elegante, algo que despectivamente y sin fundamento se denomina de artista, en él está cimentando un toreo hondo. Torea bastante esta temporada, haciendo su presentación en Bilbao y Valencia, dos plazas de primera, pero no considerando conveniente sus mentores que lo haga ni en Sevilla ni en Madrid. Ayudado por su tío el doctor Antonio Ruiz y con los consejos de su apoderado, Zurito, acaba la primera temporada de novillero con picadores haciendo cuarenta paseíllos, incluyendo el del 24 de septiembre en Nimes, primera y última y única actuación en aquel país.

Hay que lamentar su percance de la feria de Málaga. Es su bautismo de sangre. Ha alternado con Antonio Caba y Curro Vega, que se presentaba con picadores que también resultaría herido por otro novillo de los señores Herederos de don José Cebada Gago. La cornada se produce cuando entra a matar a su primer novillo. Da la impresión en la plaza de una cogida grave. La temporada de 1990 es pródiga, muy generosa en festejos para el cordobés, que madruga mucho para estar el 9 y el 10 de febrero en Valdemorillo (Madrid). La primera de las tardes, en un cartel de novilleros muy <<rematado>>, con Jesulín de Ubrique, abarrotan una plaza a la que asisten el mismo el ministro de Justicia, que preside el festejo; el de Trabajo y el de Interior. Los acompaña Luis Miguel Lozano. Luego llegarían, uno tras otro, hasta ochenta contratos. De ellos, por la resonancia que tienen, antes y después, hay que hablar de sus presentaciones en Sevilla, en Barcelona y en Madrid. En la Maestranza torea por vez primera el 28 de abril, vestido de blanco y oro, con Antonio Manuel Punta y Martín Pareja-Obregón de compañeros, y mata una novillada de la divisa de Torrestrella. Es el decimocuarto festejo de la feria y se celebra por la mañana. Destaca la prensa del día siguiente su enorme personalidad y la gran facilidad que tiene para torear al natural. Barcelona, por orden cronológico, es la segunda presentación de Finito de Córdoba en esta temporada. Es el miércoles 18 de julio, con novillos de Jandilla y los dos novilleros, probablemente, con más tirón del escalafón; Jesulín de Ubrique y Chamaco. Corta una oreja al segundo de su lote y deja unas enormes ganas de que le repitan.

Efectivamente, como es costumbre de la casa Balañá, el 25 y 29 vuelve a torear en Barcelona, pero no logra trofeos. Aunque el año anterior se había comentado que esta temporada no vendría a Madrid, el 23 de septiembre, vestido de blanco y oro, espera impaciente que se abran las puertas del callejón y poder iniciar el paseíllo. Con él están Luis de Pauloba y Cristo González, que ya han toreado en Madrid. La novillada encerrada es de Jandilla, junta de trapío y escasa de fuerzas. Con el primero de su lote, Dominante de nombre, herrado con el número 7 y negro listón, no pudo lucirse porque el novillo no daba más de sí. Pero con el quinto puso la plaza en pie toreando a la verónica. Se salió, si enmendarse, hasta los medios jugando con amplitud la mano que daba salida al novillo, muy templado, con mucho vuelo de capote y rematando con dos medias verónicas, una por cada pitón, extraordinarias. Las pocas fuerzas y la escasa presencia para Madrid del novillo impidieron un éxito sonado del novillero cordobés. Pero excepto su buen toreo de capote no dijo mucho más en su presentación. La temporada de 1991 la comienza en la feria de la Magdalena de Castellón, el 9 de marzo, haciendo su segundo paseíllo en la otra feria levantina, la de las Fallas. Torea nueve tardes en marzo, incluyendo tres festejos en Francia. Cinco actuaciones contrata en abril, una en Mugrón (Francia), dos en Barcelona, una en Cáceres y otras dos en Sevilla. El 1 de mayo torea en Jerez de la Frontera y el día 5 lo hace en Sevilla, cuando lleva diecisietes, para despedirse del escalafón inferior. La novillada fue para olvidar. Torea reses de la divisa de Jandilla, que estuvieron por encima de los tres novilleros, con Chamaco y Marcos Sánchez-Mejías. Silencio y palmas es el balance de su actuación. Vistió Finito de rosa palo y oro y su último novillo, el cuarto de la tarde, de 440 kilos, marcado con el número 124, negro mulato de capa, se llamó Almonteño. Su nuevo apoderado, Manolo Flores, Camará, le ha preparado la alternativa en la plaza de Córdoba, en la sexta del abono, que se celebra el jueves 23 de mayo. Alterna con Paco Ojeda y Fernando Cepeda.

Viste Finito de Córdoba de blanco y oro. Paco Ojeda, a las siete y veinte de la tarde, le cede los trastos de matar y le autoriza implícitamente para los use con Infundioso, número 51. Burraco de capa, con 500 kilos de peso. Presencia la ceremonia Fernando Cepeda. El toricantano brindó la muerte de este toro a Melitón Serrano, su padre. Los nervios propios de la ocasión aconsejaron a Finito que abreviara. De un Pinchazo y media remató al toro de su alternativa. En el sexto, como dice José Toscano en su crónica, <<dibujó unas verónicas de lujo>>.  Pero poco más hizo con el mejor toro del encierro. Con la derecha sacó algunos muletazos, pero con la izquierda, si exceptuamos dos buenos naturales, no estuvo a la altura del toro. Con la espada estuvo mal. Es su tendón de Aquiles y necesitó tres viajes y una estocada para que las mulillas arrastrasen a Desgano, que así se llamó su segundo toro. Se segunda tarde en la feria fue un fracaso. Probablemente no ha salido del bache con el que el que ha empezado la temporada cuando llega el doctorado, pero lo cierto es que a lo largo de esta va a recuperarse. Ya en Granada, el 1 de junio, se ve más centrado, y aunque no corta oreja, está bien esa tarde de la feria del Corpus Christi. Solamente torea tres tardes en junio, la última en Algeciras, el día 29, y corta una oreja a un toro del hierro de Torrestrella, con el que está mejor que la tarde de Granada. En Santander, por su lógica de inexperiencia, le desbordan las encastadas embestidas de los Buendía. Sin embargo, en Málaga, donde torea tres tardes de feria, el propio torero reconoce que se encontró a gusto, y más aún con el capote. Su toreo a la verónica encantó a los malagueños. Cuando finaliza el mes de agosto ha matado diecinueve corridas, pocas todavía para poder exigirle más. El 1 de septiembre obtiene un importante éxito en la Ciudad Condal. Torea con Miguel Báez Litri, y Jesús Janeiro, Jesulín de Ubrique, y corta una oreja a cada uno de los toros que le corresponden. El primero de los señores Hermanos Aguirre Fernández Cobaleda y el segundo de don Antonio Pérez de San Fernando. Ha sido dos faenas deferentes. Una de arte, de una gran plasticidad, sintiéndose el cordobés, y la otra, la del AP, un trasteo a una res con mucho peligro, entregándose el torero y construyendo una faena que el toro no tenía. Quizá porque además le permite salir en hombros es, con otra de la feria de Málaga, la faena que más pondera el propio Juan Serrano. Antes de acabar la temporada en Fuengirola. El 6 de octubre, hay en su historia una tarde para recordar y otra para olvidar. La primera, su éxito en Valladolid, el 18 de septiembre. Con su primer toro de don Juan Pedro Domecq, al que cortó una oreja, en tarde difícil, ya que el maestro Espartaco está arrollador. Para olvidar, su tercera actuación de la temporada de Los Califas en la feria de Córdoba, el 29 de septiembre, con un saldo ganadero, pequeño y encastado, que se llevó por delante el festejo. Termina la primera campaña de matador de toros con treinta y un ajustes de los cuales uno ha sido en Francia.

A ellos hay que añadir diecisiete novilladas que toreó antes de tomar la alternativa. Comienza Finito de Córdoba su primera temporada completa de matador en la feria de Fallas de Valencia, el 15 de marzo, alternando con Joselito y Enrique Ponce, con un mal encierro de Torrestrella, remendado con un sobrero de Lora Sangrán. Está desconfiado con el tercero de la tarde, pero cuando ve que el toro rompe en la muleta se despatarra con genio en dos tardes de redondos muy ligados que llegan al tendido. Pero eso fue todo. Tiene que saludar después de matar a este toro y se silencia su actuación frente al sexto. Es su único contrato en marzo. Ya en abril torea en Cabra, el día 18, cortando una oreja a cada toro de su lote de la divisa de don Joaquín Núñez del Cuvillo. Al día siguiente hace el paseíllo en Málaga, donde se le ovaciona, y unos pocos después está anunciado en la feria sevillana. La primera, el 25 de abril, para lidiar un encierro de Manolo González con Emilio Muñoz y Fernando Cepeda. Luego, como casi siempre, se lidiarían dos del otro hierro de la familia. Finito desperdició la ocasión de triunfar en su primera comparecencia como matador de toros en Sevilla. Se llevó el toro más claro de una corrida que tuvo temperamento. Un toro que estuvo por encima del diestro. Con la mano derecha, al comienzo de la faena, su toreo tuvo empaque y mando, aguantó las embestidas repetidas del animal. Con la izquierda no estuvo a la altura del toro. Y de nuevo con la mano diestra, la faena no pudo ser porque el toro ya se había rajado. El sexto, un toro poderoso que embistió con la cara alta, crecido en la muleta, tropezando demasiado esta, desbordó al torero en una faena sin relieve. Será su única actuación en la feria, con saludos en el primero y respetuoso silencio en el sexto.

Su prevista segunda actuación, la del 2 de mayo, al día siguiente de la muerte de Manolo Montolíu, no se produce por el plante de los subalternos ante la entrada en vigor del nuevo Reglamento. Concretamente por lo inadecuado del caballo de picar que impone, ya que no reúne, en opinión de estos, las mínimas garantías para el normal desarrollo de la suerte de varas. Acabada la feria rompe con su apoderado, Manuel Flores, Camará, y el resto de la temporada la dirige su hermano Francisco, que, a pesar de no ser un hombre conocido en el mundo taurino, le anuncia en carteles importantes. Torea cinco corridas en el mes de mayo. En Baeza, Osuna y Jerez de la Frontera y dos tardes en su querida Córdoba, pero, lamentablemente, no va a Madrid a confirmar la alternativa. En Córdoba hace una gran feria. Torea dos tardes. La primera, el 29 de mayo, con reses cómodas de la divisa de Torrestrella y Paco Ojeda y Joselito de compañeros. La revista Toreros de Córdoba enjuicio así su labor: <<En el primer tercio lo que más destacó fue los dos lances que le dio a su oponente para probarlo, una vez que tomó la primera vara. Se agigantó con la muleta ante un toro distraidillo y blandito. Le dio sitio, le concedió el terreno que el torero creyó, y desengañado el animal, le instrumentó derechazos, naturales y trincherazos con gusto y exquisitez. El público reconoció lo que hacía el paisano en sus tandas muleteril, que abrochaba con arte en los pases de pecho. Estocada tendida, para que se cayera sin puntilla. Mojigato, cárdeno claro, se fue sin dos orejas. Le apretó el segundo cuando toreaba de capote; no obstante no los rematara, le salieron preciosos los lances a la verónica. Sin adelantarle la mano, lo toreó por lado derecho; cuando más confiado estaba, sufrió una colada. Intentos con la mano izquierda para desistir de inmediato. Breve fue la faena, siempre con la esperanza de ver algo bueno de lo que suele hacer Finito. Estocada atravesada y contraria, más dos descabellos, pusieron fin a Bailadon>>. Repite actuación al día siguiente en la undécima del abono, que está a punto de suspenderse por la lluvia. Los toros son de la divisa de don Juan Pedro Domecq y esta vez actúa con Emilio Muñoz y Espartaco. Ante el triunfo del día anterior se le espera con interés. Los aficionados confían en que repita su actuación, pero no puede ser. Se le ovaciona cuando han arrastrado al primero y ocurre lo mismo cuando termina con el sexto. Era este el tercer toro que salía, ya que los dos anteriores habían sido devuelto al corral. El ganado, flojo, sin fuerzas, de escasa presencia, ha contribuido bastante para que Finito de Córdoba no repitiera su salida en Hombros del día anterior.

En junio solamente se viste de luces cinco tardes. La primera el día 7, en Santisteban del Puerto; la segunda en Córdoba, el día 14, en un esperado mano a mano con su paisano Chiquilín, pero no haría el paseíllo, ya que la lluvia no lo permitiría; la tercera en Granada, y de nuevo, el 21, en Córdoba, en la aplazada por la lluvia con Chiquilín. Tampoco puede celebrarse esta vez por una lluvia que parece no desear que nazca esa hipotética rivalidad que otros anhelan. Termina junio en Vinaroz, el día 27, y se ha quedado fuera de las ferias importantes. Igual ocurrirá con los dos meses siguientes. Cinco tardes en julio, una en Barcelona y otra en Málaga, y doce en agosto. Solo torea la feria de Málaga de entre las importantes. En septiembre cambia el panorama. Probablemente un toro de la ganadería de Torrestrella, en Barcelona, es el <<culpable>> de una recuperación de este torero, que tendrá su continuación en la temporada de 1993. Como digo, está anunciado para torear en Barcelona el domingo 6 de septiembre, en el que será el último festejo de la temporada en aquella ciudad. Está anunciada una corrida de toros de don José Luis Pereda García, y para matarla, los espadas Dámaso González, Finito de Córdoba y Chamaco. En quinto lugar saldría un ejemplar colorado, con el hierro de Torrestrella, muy bravo, para el que se pidió la vuelta al ruedo, y al que Finito cortó las dos orejas. Una semana después, el 12 de septiembre, en Albacete de nuevo salida a hombros. Alterna con Rafael Camino y Chiquilín en la lidia y muerte de cuatro astados de los señores Herederos de don Alfonso Sánchez Fabrés, uno de la señora Viuda de don Antonio Flores Tassara y otro de Soto de Luis. Finito de Córdoba mata uno del segundo hierro y otro del primero, por este orden. Estuvo quizá demasiado decidido en el primero, un toro que fue noble, pero al que toreó demasiado acelerado. Sin embargo, con el Sánchez Fabrés  estuvo relajado y se centró más en la faena. Toreó abierto el compás y muy despacio a este excelente ejemplar. Tuvo cadencia y ligazón una faena en la que templó muy bien por ambos pitones, en pases que salieron muy largos de trazo y rematados en su sitio. Esta vez la espada, que viene siendo una cruz pesada para el torero, la manera muy bien y de una estocada acaba con el toro. Justas, muy justas las dos orejas que corta. El propio torero reconocería más tarde que este toro le había dado la moral necesaria en un momento difícil de la temporada y la carrera.

En Villacarrillo (Jaén vuelve a salir en volandas al día siguiente. En Ubrique, mano a mano con Jesulín, el día 14, corta tres orejas, una a cada toro, y despide la temporada el 26 de septiembre, en la segunda de la feria de San Miguel de Sevilla. Su inclusión en la misma se debe sin duda a la trayectoria ascendente de  esta última parte de la temporada. Sus triunfos de Barcelona y Albacete y la regularidad de los dos o tres últimos festejos le han abierto las puertas de Sevilla. El cartel lo integran Curro Romero, Julio Aparicio y él. Los toros serán de la divisa de Gavira. Amaneció el día del festejo diluviando. Unas horas antes del festejo el cielo estaba de un color cárdeno oscuro que hacía pensar en la suspensión. Pero media hora antes el cielo se abrió y un sol radiante despejaba todas las dudas anteriores. Cuando salen al ruedo los toreros para reconocer el encharcado albero se aprecian, desde el tendido, signos de querer suspender. Señalan charcos y más chacos y se inician algunas protestas de los aficionados para influir en la posible decisión de suspensión. La corrida de toros estuvo desigualmente presentada, fue floja y de escaso juego. Solo se salvó el primero del lote de Finito. A este le hizo una faena muy torera, muy elegante, cadenciosa y que llegó pronto a unos graderíos en los que abundaba el paisanaje. La verdad es que se mereció la oreja que cortó, pero no fue una faena compacta. Unos ayudados, uno de la firma y unos trincherazos que levantaron de sus asientos a los aficionados. Mató de una estocada atravesada perdiendo la muleta y rueda de peones, lo que quizá devaluó el trofeo. En el sexto, peor toro que el anterior, dibujó el toreo de capote, pero luego no dio ese decisivo paso que asegurara el triunfo. Estuvo frío y después de pinchar dos veces la plaza guardó silencio. Acaba aquí su temporada española. A la hora del resumen, en una campaña que en su última etapa ha dado muestras de lo que puede llegar a ser. Se habla de sus contactos con José Luis Marca para que le apodere. Finito de Córdoba ha toreado treinta y siete corridas de toros, todas ellas en España, y se le espera con verdadero interés para la próxima temporada, en la que confirmará incluso su alternativa y casi doblará el número de ajustes. Madruga el torero y en la primera corrida del año, el 24 de enero, en Lucena del Puerto (Huelva), hace su debut de la temporada.

Alterna con los onubenses Emilio Silvera y Litri y a su primer Benítez-cubero le arranca las dos orejas. Torea otro festejo en febrero y tres en marzo. El primero en Écija, y los días 17 y 19 en Valencia y Castellón, en sus respectivas ferias. No tiene suerte con los toros de Torrestrella en Fallas y está mal con el acero en la Magdalena. Su nuevo apoderado, José Luis Marca,  con el que ha llegado a un entendimiento, le ha contratado dos tardes en la feria de Abril de Sevilla. La primera, el 26 de ese mes, con Víctor Mendes y César Rincón, con reses del señor marqués de Domecq, y la segunda, al día siguiente, con Emilio Muñoz y Manolo Sánchez, ante toros de don Carlos Núñez. Su primera tarde la presidió la desgana. Su toreo mecánico no gusta a nadie y su manejo del acero, cuando menos, no está acorde con lo que es su profesión. En su primer toro, quizá por el recuerdo de la feria anterior de San Miguel, el público guarda silencio, pero en el último escucha muchos pitos. En su segunda actuación, su primer toro fue malo y lo lidiaron peor. Pero estuvo decidido y muy valiente con un ejemplar que le ponía constantemente los pitones en el pecho. Y de nuevo, en el segundo, el Núñez que le correspondió se empeñó en no dejarle triunfar. Un toro áspero, distraído, bronco, en el que Finito de Córdoba estuvo por encima de él. Pero de nuevo el borrón de la espada, que permitió que sonara un aviso. La de Sevilla ha sido la última actuación en el mes de abril. El 9 de mayo torea la primera de este mes, en Pozoblanco, y su siguiente compromiso es en la capital. La tarde del 13 de mayo, vestido de blanco y plata, aquejado de una fuerte conjuntivitis, espera impaciente a que suenen clarines y timbales. Un toro de Torrestrella, ganadería titular, ha sido sustituido por otro de Puerto de San Lorenzo y le ha correspondido a él Ortega Cano, cabeza de cartel, le cede la muerte de Ermitaño, número 72, negro de capa y con 598 kilos de peso, de la divisa titular, confirmándole de esta forma su alternativa cordobesa. Presencia la ceremonia su compañero de apoderado, Manuel Caballero. No está bien con este toro. Cuando sale su segundo parece estar más aliviado de su problema en los ojos, pero el toro fue un manso con querencia a tablas que aburrió al torero. Estuvo bien, eso sí, con la espada. El día 16 viaja a Francia para matar una corrida de don Luis Algarra Polera en Floirac, la víspera de su segundo compromiso en Madrid. En Las ventas hace el paseíllo con el mexicano Miguel Espinosa, Armillita Chico, y el onubense Antonio Borrero, Chamaco. El encierro de la ganadería de doña María del Carmen Camacho, bien presentado, de preciosa estampa, muy bien armado y que dio buen juego, se lidió bajo la lluvia. Solamente paró el chaparrón los diez minutos de la faena del segundo de Finito de Córdoba. Lo mejor de la tarde y una de las faenas de la feria. Como a la mayoría de los que presenciamos la faena en la plaza, a Finito de Córdoba lo que más le han satisfecho han sido los naturales. A Emilio Martines le comenta: <<Varias personas me han dicho que la del quinto ha sido la mejor faena de mi carrera, pero no es verdad; otras en Pozoblanco, Albacete y hasta la de antes de ayer en Floirac fueron superiores. Lo que sí es cierto es que a este toro le di los mejores naturales de mi vida>>.

Del público de Madrid opina: <<Creí que me iban a exigir más>>. Y los olés escuchó: <<Desde abajo te estremece>>. <<El segundo se quedaba un poco parado, por eso no redondé mi labor, aunque por el pintón izquierdo sí que lo cuajé, y ya soñaba con la puerta grande cuando fallé con la espada por intentar matarlo en la suerte contraria>>. <<Mucho se me ha reprochado, casi siempre con razón, mi apatía, pero esa frase ya pasó a la historia; ahora hay que apretar>> (El País,) 18 de mayo de 1993). Y de Madrid a su Córdoba. Tres tardes consecutivas en la plaza de Los Califas en la feria de mayo. Los aficionados cordobeses le acogen con una gran ovación cuando hace el primer paseíllo el día 27, acompañado de Joselito y Enrique Ponce. Se lidian toros de doña  Ana Romero, que sustituían a los anunciados de Torrestrella, con un sobrero de Cernuño, lidiado en primer lugar. El toro, devuelto por blando, ha corneado gravemente al buen cabestrero Francisco Melero Domínguez cuando trataba de llevarlo a los corrales. La revista Toreros de Córdoba, que dirige José Toscano, veía así la tarde del cordobés, que escuchó, durante la faena a su primero, el pasodoble que le ha compuesto Antonio Rodríguez Salido: <<Finito de Córdoba apuró los muletazos, que iban acompañados con el sello del buen hacer. Adornos antes de entrar a matar. Torero y toro se escurrieron en el encuentro cuando Finito apuntó con medio estoque en el morrillo. El toro cayó sin puntilla. El apéndice se lo entregó a un miembro de su cuadrilla. Al finalizar la vuelta al círculo, el presidente fue abroncado. No dejó Finito que a su segundo lo llamaran de salida sus subalternos, A pies juntos lo recibió, saliendo luego al centro, para rematar a la cordobesa, o sea, saliendo del remate con el capote sobre la hombrera derecha. Con una vara, Finito citó al toro para probarlo por Chicuelinas bajando las manos. Finito intuyó las buenas condiciones del astado, y a su cuadrilla de a pie le brindó la faena y muerte de Moreno. Con decisión y la muleta en la mano derecha, se fue a recibir a un toro noble, suave y con recorrido. Tres tandas bien ligadas y mejor ejecutadas con la mano derecha. El toro iba a más con alegría y bondad. Con la franela en la zurda y citando de frente, dejó dos tandas de naturales que enloquecieron a los tendidos. Le adelantó el engaño, lo toreó y ligó tandas. Dejó luego unos doblones para fijar y asegurar el envite final. La faena no la pudo coronar, ya que falló a espada>>. En la segunda tarde, la del día 28, con Emilio Muñoz y Espartaco, Mata un toro del hierro de su apoderado y otro de dom Daniel Ruiz Yagüe, hermanado por la falta de fuerzas, que no colaboraron lo más mínimo para el lucimiento. Tuvo que conformarse con saludar al arrastrarse sus dos toros.

En la tarde del día siguiente, con tres ejemplares de don Juan Pedro Domecq, mano a mano con Chiquilín, festejo que al fin se puede celebrar después de las dos suspensiones  del pasado año, cortó una oreja al tercero de su lote, pero en su conjunto no convenció. Saludó en el primero y fue pitado por sus paisanos en el segundo. El día 1 de junio acepta la sustitución de Julio Aparicio, lesionado una semana antes en Francia, y torea con dos figuras como Ortega Cano y Espartaco. Los toros anunciados son de Sepúlveda, pero solo se lidian tres. El resto pertenece al hierro de los señores Herederos de don Baltasar Ibán Valdés. Al día siguiente, los titulares hablan de un Finito que parece entrar, o a punto está de hacerlo, en Madrid. <<¡Aquí hay torero!>> (Diario 16, 2 de junio de 1993). Para el día 6 de junio se anuncia en Madrid una corrida fuera del abono de San Isidro con Curro Romero, Curro Vázquez y Julio Aparicio. El joven Aparicio no se ha restablecido de su lesión y, de nuevo, acepta Finito de Córdoba sustituirle. Los toros anunciados son de Aldeanueva, aunque al final solo se lidian cuatro. El cordobés mata los dos del hierro titular. Viste de blanco y oro y su fotografía a hombros de los capitalistas por la puerta de Madrid, que acaba de traspasar, como telón de fondo, aparece en los principales diarios. ¡Qué gran faena le hizo a Guapillo! Fue una magistral lección de toreo. <<El alboroto, sin embargo, lo provocó Finito con su capote y muleta. La docena de verónicas que instrumentó al sexto puso la plaza boca abajo. Y su primera faena constituyó un auténtico alarde por el gusto, el temple y la armonía con que la desarrolló, hasta culminarla con otra teoría de pases de la firma y ayudados, que levantaron oleadas de entusiasmo. Por naturales, en cambio, solo toreó en una tanda, y aunque también fue buena y el toro embestía superior, no la volvió a repetir. Da la sensación de que a los toreros en la mano izquierda la muleta les quema>> (El País, 7 de junio de 1993). Cuando fue en busca de la espada de verdad le dijo a su mozo: <<Dámela que mate de una vez>>. Y es que recuerda que estuvo, de no fallar con la espada en la segunda de sus actuaciones, a punto de salir a hombros. Cuando dobla el toro estalla: <<Finito pasa, con este Guapillo, a la nómina de los toreros que vivieron este gran momento. Esta vez, la cuarta de sus actuaciones en Las Ventas, ha salido consagrado como figura del toreo de Madrid. El éxito de Madrid no se traduce en un mayor número de contratos inmediatos. El fruto lo recogerá en los meses de agosto y septiembre. Pero quizá antes de ese mes deje escritas sus cuatro mejores faenas de la temporada. En la feria de Burgos, el 29 de junio, corta una oreja al único toro que estoquea, ya que el festejo se suspende por la lluvia. Es un ejemplar de la divisa de don Gabriel Rojas Fernández que dio buen juego. Alternó con Litri y Manuel Díaz, El Cordobés, que no pudo lidiar ninguno. Bajo un enorme diluvio, Finito de Córdoba <<soñó el toreo a la verónica>>. La faena de muleta , reposada torera y con empaque cordobés, no estuvo exenta de la entrega y valor necesarios.

Recordó la faena de Madrid bajo la lluvia. No estuvo bien, como tantas veces, con la espada, pero cortó la oreja. Su siguiente actuación, el 3 de julio, en Córdoba, con el segundo de su lote, del hierro de los señores Herederos de don José Cebada Gago, es otro de sus grandes trasteos y abre la puerta grande del coso de Los Califas. Alternó con Enrique Ponce y Chiquilín y, en esta ocasión, pudo con los dos. El mejor toro de la tarde correspondió a Juan en primer lugar, pero estropeó con la espada la gran faena que había realizado. Se desquitó con el quinto, que, en cambio, fue mucho peor toro. <<Con esta actuación, hemos visto que a Finito no le salen los mejores toros, es que los hace buenos y los modela para torearlos con maestría y hondura, que es algo así como su propio arte>> (Toreros de Córdoba, julio de 1993). También en Málaga, el 11 de julio, con el primero de Cernuño, al que desoreja tras una faena de dominio, arte y ligazón, Finito deja para la historia un bello trasteo. Cuando termina el mes de julio, el día 28, en Valencia, en la feria de San Jaime, se acartela con el veterano Dámaso González y Litri para matar una corrida de la divisa de Torrestrella. El encierro daría un excelente juego, hasta el punto de ser indultado Gitanillo, lidiado en cuarto lugar. Torea dieciocho tardes en el mes de agosto sin que se prodiguen, precisamente, las grandes faenas, tal y como es consustancial a su etiqueta de torero artista. No está en Pamplona y le abandona la suerte en la feria de Bilbao, plazas de mayor resonancia que el resto de las que vieron sus faenas. Los pocos triunfos de este mes, si se cuentan por las orejas cortadas, suelen ser en plazas de segunda o menos categoría, y por ello de una menor repercusión en su trayectoria.

En septiembre se viste el terno de luces en quince ocasiones, con resultados mucho más positivos de cara a las estadísticas, ya que corta nada menos que treinta y seis orejas y cuatro rabos. Desde el punto de vista de los números destaca la tarde del día 17, en La Carlota (Córdoba), en mano amano con su paisano Chiquilín, en la que regala un sobrero y corta seis orejas y un rabo con reses de don Joaquín Núñez del Cuvillo. O aquella otra de Pozoblanco, también en Córdoba, el día 26, en la que se lleva las dos orejas y el rabo de cada uno de sus toros de los señores don Ángel y don Juan Antonio Sampedro. En el plano artístico, quizá las realice en Andújar (Jaén), el día 10, y ya dentro del mes de octubre, el 16, en Jaén, su última comparecencia de la temporada. La primea de las dos tardes, la de Andújar, alternó con Ortega Cano y Emilio Muñoz, para lidiar reses de don Gabriel Rojas Fernández, cortando las dos orejas y el rabo a su segundo. La otra, la de Jaén, mata dos toros de Manolo González, con Ortega Cano y Litri. Su faena al primero se premió con las dos orejas. Ha toreado más que ninguna de sus temporadas de matador. Un total de sesenta y cinco tardes, de las cuales cuatro fueron en suelo francés y, extrañamente, ninguna en Barcelona, plaza en la que la temporada anterior tuvo sus mejores tardes. Tras un período de descanso, viaja a México para actuar allí por vez primera y confirmar la alternativa. Su debut en el país azteca se produce el 14 de noviembre, en Ciudad Guadalupe, alternando con Manolo Mejía y Arturo Mansur en la lidia de un encierro de doña Celia Barbabosa, sin nada reseñable. La segunda de sus actuaciones, con el propósito de acomodarse al toro mexicano, es la plaza Fermín Rivera (El Paseo) de San Luis Potosí, el 20 del mismo mes, en la tradicional Corrida de la Revolución, con toros de don Javier Garfias, y Manolo Arruza y otra vez Manolo Mejía de compañeros. Hubo petición de oreja en su primero, lo que obligó a Finito a recorrer el anillo en una vuelta apoteósica, y se le aplaudió en el que cerraba plaza. Para la tarde del domingo 21 de noviembre está anunciado en la México, en la corrida de inauguración de la temporada. Con un tiempo agradable y el coso casi lleno, vestido de azul pastel y oro, espera la señal para que comience el festejo. Va por delante, aunque para confirmar la alternativa le cederá el turno su padrino Miguel Espinosa, Armillita Chico, y como en las anteriores actuaciones, Manolo Mejía completa el cartel. Cuando se rompe el paseíllo, el público requiere para que salude a Armillita Chico, que invita a sus compañeros. Este le cedió la muerte del toro Califa, número 107, negro entrepelado y bragado, de 533 kilos, que en la dehesa se llamaba Orquetano, perteneciente al hierro de San Martín, con el que no consigue nada más que una división de opiniones en el público mexicano.

Pepe Toscano, que con un nutrido grupo de aficionados se ha desplazado hasta la capital mexicana para presenciar la actuación de Finito de Córdoba, en la revista Toreros de Córdoba comenta: <<<Posiblemente Finito no haya completado una gran actuación en la Monumental mexicana, pero su impronta de torero con capacidad, calidad y arte quedó plasmada en el discurrir de su actuación. No fueron brillantes sus faenas, pero tampoco encontró la colaboración y el sitio que el ganado mexicano pide a sus antagonistas. ¡Oléese! Largos, cadenciosos y hasta dulces se entonaron en las gargantas mexicanas, eran mayoría. No faltaron tampoco los cerca de quinientos ¡olés! De sus paisanos que le acompañaron cuando Finito se abrió de capa y dibujó lentos, muy lentos, unos lances a la verónica, que hacía lustros no se recordaba por otros toreros en la México. Luego, una larga sin rematar a la cordobesa, pero con una sabor taurinísimo, era el saludo del torero cordobés en sus primeros envites de presentación. La majestuosidad de su dúctil y suave capote puso sello en el ruedo mexicano, quedando para el recuerdo esa belleza del toreo a la verónica>>. El diestro opina de los toros y del público: <<… era un toro difícil –se refiere a su primero—y que se tragaba los muletazos cuando yo se los robaba; había que andar a la defensiva, pues al tercer muletazo llevaba ya la cara alta, como tampoco fueron fáciles los demás de la corrida. Yo hablaba con Miguel Armillita de un público que ha visto tantas faenas importantes y a tantos toros embestir bien que cuando un animal plantea dificultades parece que no sabe verlo, aunque hay aficionados serio>> (Redondel, número 49). En 1994 hace una temporada europea más larga que la anterior, pero con tardes menos afortunadas, aunque con el denominador común de actuar en la mayor parte de Las ocasiones en cosos importantes, como siempre hicieron los que se consideraron figuras del toreo. Nada destacable en Castellón y Valencia y tampoco en Sevilla, por donde pasó de puntillas. En Madrid tampoco fue capaz de revalidar el triunfo del año anterior.

Sus grandes tardes fueron en Córdoba. La primera muestra la dio el 27 de marzo, al cortar un rabo a un ejemplar del hierro de Los Guateles, alternando con Joselito y Enrique Ponce. Ya en la feria de mayo hizo tres paseíllos consecutivos los días 26, 27 y 28. Con los mismos compañeros de marzo triunfó con un Torrestrella al que envió al desolladero sin las dos orejas. Pero la mejor faena llegaría en su tercer paseíllo ferial, con César Rincón y Chiquilín a su lado. Se lidiaron toros de don Cayetano Muñoz González y don Gabriel Rojas Fernández. En en el quinto, del segundo de los hierros, un ejemplar llamado Tabernero, cuando Finito ante sus paisanos realizó una de las mejores faenas de su carrera, consiguiendo el indulto para este bravo astado y cortando simbólicamente los máximos trofeos. Probablemente, al menos para los espectadores del resto de la temporada, ninguna faena fue mejor que esta, pero no por ello pueden quedar en el olvido las de Mont-de-Marsan, el 18 de julio con un toro de don Manuel Álvarez; la de Bayona, el 15 de agosto con un iban; las de Linares con Atanasio el 28 de agosto o la de Albacete del 15 de septiembre con astados de la divisa de Toros de El Torero, Mal coronada por el deficiente uso de la espada.

Ha finalizado el año setenta y siete corridas, seis de ellas en Francia, además de un solitario paseíllo en Lisboa, pero se espera más de este torero. En la siguiente campaña de 1995, aunque aumenta el número de contratos al sumar un total de ochenta y tres, incluidos cinco en Francia, y con una espada a Moita en Portugal, lo que arroja un total de ochenta y cuatro, pasa desapercibido por las primeras cuatro ferias importantes del año, Castellón, Valencia, Sevilla y Madrid, incluida la tradicional Corrida de la Prensa de la capital, y en Córdoba sus actuaciones no están a la altura de las del año anterior. Cabe destacar que el 9 de abril mató seis toros en solitario en la capital cordobesa, con un balance de cuatro orejas a toros de tres hierros distintos. Realizó, eso sí, faenas aisladas, como las de Granada, Toledo, Ciudad Real, Cuenca, por no citar nada más que las más premiadas en cosos de al menos segunda categoría. Al final del año dio una tarde en Madrid en la feria de Otoño, con dos ejemplares de don Victoriano del Río Cortés. Cortó una oreja en el primero, aunque protestada, y la espada quizás le privó de la segunda para salir en hombros. En la temporada de 1996 suma un total de 55 corridas, obteniendo medio centenar de orejas como premio, triunfando en numerosos cosos. En el año 97 vuelve a conseguir un destacado éxito en Córdoba, al desorejar por partida doble a un ejemplar de Juan Pedro Domecq en el mes de abril. Éxito que repetiría en el mismo escenario la siguiente temporada, en esta ocasión ante un encierro de Torrestrella. Pero es en esta temporada de 1997 cuando a mitad de la misma anuncia su retirada temporal de los ruedos, aduciendo problemas de motivación y cansancio. Tan solo actúa en 19 corridas de toros. Al final del año anuncia que en 1998 volvería a vestir de nuevo el traje de luces. Fue medio año sabático que le valió para reponer energía y meditar sobre su futuro profesional. En la temporada de su vuelta a las plazas de toros, tras su corto periodo de descanso, hace el paseíllo 59 tardes, sin pisar las grandes ferias del circuito. La temporada de 1999 a penas pasa del medio centenar de festejos, concretamente 51, logrando un total de 79 orejas, 3 rabos.

Acude a la cita de Madrid antes de la feria de San Isidro, buscando un revulsivo que relance la temporada desde su comienzo. La apuesta le sale positiva que el 4 de abril en su primer paseíllo esta temporada en Las Ventas da una vuelta al ruedo ante un toro de Juan José González, siendo en el otro silenciado, astado con el hierro de Valdemoro. Se anuncia y actúa dos tardes en la feria de Sevilla, sin obtener premio tangibles, aunque si dos fuertes ovaciones en la corrida del 15 de abril ante toros de Torrestrella. En el serial isidril se anuncia dos tardes, el 21 y 17 de mayo, aunque en esta ocasión no obtiene ningún premio reseñable. Córdoba, en su feria de la Salud, vuelve a ser uno de sus hitos de la temporada, al cortar dos orejas el 27 de mayo y salir a hombros del coso de Los Califas. El no obtener triunfos de resonancia en esta primeras citas de la temporada hace que no vuelva a hacer el paseíllo ninguna tarde más en plazas de primera y en escasas de segunda, sumando todas sus actuaciones en cosos de tercera categoría. Finaliza la temporada el 17 de octubre en Jaén con uno de los triunfos más importantes de su campaña, al cortar tres orejas de una corrida de Jandilla. En la temporada del 2000 cuajó tardes importantísimas, indultando toros en la campaña americana, en Huelva y en Barcelona. Su faena a un toro de Juan Pedro Domecq en Sevilla, premiada con dos oreja, fue de lo mejor del año, así como el indulto de Zafiro, en la capital catalana. Este año aumenta considerablemente su número de actuaciones acercándose al centenar. Concretamente se viste de luces este año en 92 ocasiones. La campaña americana de 2000-2001 se caracterizó por un número reducido de festejos, pero los suficientes para pisar las plazas más importantes de los países en los que se prodiga la fiesta de los toros. Comenzó cortando dos orejas a un toro de Roberto Puga en la bicentenaria plaza de Acho de Perú (Lima). Especial relevancia tuvo su actuación en la Santa María de Bogotá el 18 de febrero del 2001, plaza de la que salió con tres orejas. Sin demasiada suerte en La Monumental de México el 17 de diciembre ni el 25 de febrero, sí dejó buena impresión en otros cosos americanos como los venezolanos de San Cristóbal y Valencia y Manizales (Colombia) o Quito (Ecuador).

Más extensa fue la temporada 2001 en la que sumó 102 corridas, la primera vez que logra pasar del centenar de corridas de toros en un año, que concluyó con el indulto al toro Diminuto de Buenavista en la plaza de Jaén. Así puso broche de oro a una temporada extraordinaria en el que destacarían, entre otros muchos triunfos, sus actuaciones en Córdoba, Málaga –impecable la faena a Obeso de El Torero–, Úbeda, Jaén, Manzanares, Almería, y sobre todo Barcelona. En la Monumental obtuvo un balance de tres salidas a hombros y 7 orejas, y su mejor faena fue a un astado de Hnos. Sampedro, el 8 de julio. Tras su matrimonio con la presentadora de televisión y modelo Arancha del Sol, viajó a América donde consiguió su mayor éxito en México, al cortar dos orejas a un ejemplar de Reyes Huerta. De características similares se planteó Finito la temporada 2002, aunque resultó menos regular con más pronunciados altibajos. Vuelve a pasar del centenar de corridas, marcando el record personal en 104 festejos. Sin embargo, fue menor el número de orejas en total, pero las buenas faenas tuvieron mucho peso, como la que realizó en Sevilla a un toro de Victoriano del Río, que no refrendó con la espada. Destacan además las de Jerez, Granada, Badajoz, Huelva, Mérida, Pozoblanco, Úbeda, Zafra, y Jaén. Al año siguiente, en el 2003, desciende el número de actuaciones a 75, no volviendo en ninguna temporada siguiente a rebasar el centenar de festejos toreados. Este año sus triunfos no son tan continuados como las anteriores campañas. En la temporada de 2004 actúa en 70 festejos, logrando 68 orejas y un rabo. Estos números le sitúan en la quinta posición del escalafón de matadores de toros. La campaña la comienza actuando en tierras americanas, concretamente en la ciudad colombiana de Medellín de la que resulta triunfador al cortar dos orejas el 21 de febrero. En España después de torear un festival benéfico en Málaga arranca en la feria de Fallas de Valencia, el 21 de marzo. Abre la puerta grande de la Monumental de Barcelona el 18 de abril, tras cortar dos orejas. Se anuncia dos tardes en la feria de abril de Sevilla, sin obtener premio tangible y una en la feria de San Isidro de Madrid, donde tampoco obtiene un reseñable éxito. Sin embargo si que lo logra en su tierra de adopción, Córdoba, el 29 de mayo, al conseguir los máximos trofeos simbólico de un toro que indulta en el coso de los Califas. Es proclamado triunfador de la feria de la Virgen de la Salud cordobesa y es, sin duda, uno de los triunfos más relevantes de su temporada.

Otros los obtiene en: La Coruña Alfaro (La Rioja), Almería y Andújar (Jaén). El 8 de octubre en Montoro (Córdoba) se niega a matar un toro ante la reiterada petición del público de que se indultase el animal, aunque la presidencia finalmente no lo autorizó. Es sancionado por este hecho. Termina la temporada volviendo a tierras americanas para actuar en La Monumental Plaza México y en la feria de Lima (Perú), plaza, esta última, en la que corta una oreja el 28 de octubre. El no lograr triunfos de resonancia en plazas de primera categoría y una inoportuna lesión en el mes de junio, son los motivos por lo que descienda su número de paseíllos a 41 en 2005. Córdoba y su feria vuelven a sr su plaza de referencia y de triunfos. Corta dos orejas en cada uno de los dos festejos que se anuncia, las tardes del 26 y 28 de mayo. El 19 de junio torea en Barcelona, donde corta una oreja, pero también resulta lesionado. Reaparece dos meses más tarde, el 13 de agosto, en Málaga. Un año más, a final de año, vuelve a América para torear en México, Perú y Colombia. En 2006, tras una intensa Campaña en plazas del nuevo continente viaja a España con ilusiones renovadas. Ello se nota en los numerosos triunfos obtenidos en este principio de campaña, como el que logra en la localidad sevillana de Morón de la Frontera donde indulta un toro el 12 de marzo, logrando en total tres orejas y un rabo. Mismo premio y hecho que repite el 30 de abril en Mora (Toledo). Torea en Barcelona el 7 de mayo, donde realiza una buena faena y corta una oreja pedida mayoritariamente por la afición de la Monumental.

Corta oreja en Granada, Toledo, León, Almería, Linares (Jaén) y Palencia, entre otros cosos relevantes. Triunfos más destacados los obtiene en Palma de Mallorca, en festejo nocturno el 24 de agosto, Villacarrillo (Jaén), Bargas (Toledo), Oviedo, Pozoblanco (Córdoba) y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Termina la temporada en Jaén, el 14 de octubre. Finito de Córdoba nadie he de negar que es un espada que posee unas magníficas cualidades artísticas y cuando se encuentra inspirado’, de su muleta salen lances que podrían ser plasmados en carteles de toros. Algunos aficionados le achacan falta de ambición como principal causa por la que no ha escrito un mayor número de página de oro en su biografía y en la historia de la fiesta de los toros. De cualquier manera, nadie le niega el ´sello de figura del toreo’ que posee y es obvio que es uno de los espadas de los últimos años que más clase atesora. Él mismo se considera un torero de escuela propia que he adquirido sus conocimientos con la alternancia del campo, la lectura, y el análisis de videos, principalmente de Manolete, Antonio Ordóñez y Paco Camino. Su toreo se basa, ante todo, en la profundidad y el sentimiento, siempre dentro de una concepción clasicista. Aunque lleva muchas temporadas en primera fila, sus magnífica cualidades le permiten seguir otras muchas más vistiendo de luces.

Asta prontó Maestro.

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