HISTORIA DEL TORERO

FRANCISCO OJEDA GONZÁLEZ (Paco Ojeda)

Publicado el 16 de julio de 2023
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Matador de toros nacido en La puebla del Río (Sevilla) el 6 de octubre de 1954, que tomó parte en el festejo para noveles celebrado en su patria chica el 26 de junio de 1977. En tal oportunidad dio acertada muerte a una res de la ganadería de Isabel Sánchez de Alba. En 1978 intervino en una docena de corridas con caballos anotándose triunfos rotundos, como el alcanzado al presentarse en la plaza Monumental de Barcelona el 22 de julio, para alternar con Manuel Rodríguez, El Mangui, y Juan Antonio Ruiz, Espartaco, en la lidia de un encierro de Manuel Camacho, donde le concederían las dos orejas y el rabo de cada uno de los astados, con la consabida salida a hombros del coso. En su ciudad natal interviene el siguiente 19 de agosto en una corrida mixta en la que da cuenta de dos novillos de Carlos Núñez a los que cortaría un total de cuatro orejas y un rabo. Queda su nombre en la mente de los aficionados con vistas a la próxima campaña, que puede situarlo en lugar muy destacado entre la novillería en ejercicio. Sale en hombros por la puerta del del Príncipe del coso de la Real Maestranza sevillana el 20 de mayo de 1979, tras cortar tres orejas de reses de la vacada de Diego Romero en presencia de Antonio Ramón Jiménez y Manuel Rodríguez, El Mangui, triunfo que empalma con el conseguido el 1 de julio en su Sanlúcar de Barrameda, cuando alterno con José Luis Vázquez, mano a mano, en la lidia de un encierro de la ganadería de Torrestrella, con el sensacional balance de llevarse cinco orejas y un rabo.

Llega muy a punto al acto de su alternativa, el que tuvo lugar el día 22 de ese mes de julio en El Puerto de Santa María, donde Santiago Martín, El Viti, le entrega estoque y muleta ante José Luis Feria, Galloso, para cederte la muerte del toro Rompepluma, de la divisa de Carlos Núñez, al que el toricantano le cortaría un apéndice. Todavía lograría un bonito triunfo este año al serle concedido cuatro orejas y un rabo de astados del hierro de Marcos Núñez, el 8 de agosto, en Ceuta, de lo que dieron fe Galloso y Antonio Rubio, Macandro. Término a esta campaña de 1979 con veinte novilladas y dieciocho corridas de toros en su haber, no tardando en proseguir su racha de éxitos en la posterior, como el del 26 de mayo en Córdoba, donde le conceden las dos orejas de un ejemplar de la ganadería de Celestino Cuadri delante de Florencio Casado, El Hencho, y Agustín Parra, Parrita, o el del 27 de julio en Marbella, donde gana tres orejas de pupilos de la vacada de Manuel Álvarez, con Curro Romero y Manuel Cortés de compañeros de terna, o el del 14 de septiembre en Jerez de la Frontera, cuando compitió con fortuna –le otorgaron dos orejas—con Galloso y Antonio Lozano en la lidia de elementos de la divisa del marqués de Ruchena. Puso punto final a esta temporada de 1980 con diecisiete contratos cumplidos, los que no pasaron de la media docena en 1981. Eran las horas bajas de este diestro, de las que no tardaría en salir, en especial al confirmar su alternativa, y a la vez llevar a cabo su presentación en la madrileña plaza de Las Ventas, el 25 de julio de 1982, ceremonia en la que actuaron José Luis Parada y Francisco Regajo, Gallito de Zafra, como padrino y testigo, respectivamente, del protocolo.

Su labor, con toros del hierro de Cortijoliva, fue muy celebrada y sin cortar trofeos –tan solo dio una vuelta al anillo en su primer enemigo, Canastillo—dejó entrever una personalidad fuera de lo común. En el coliseo francés de Béziers le hacen entrega de tres orejas de astados de la ganadería de Atanasio Fernández, el 15 de agosto, con Christian Montcouquiol, Nimeño II, y José Cubero, Yiyo, de compañeros de cartel. Todavía hay que anotarle jornadas muy logradas en este año, como la del 12 de septiembre en Jerez de la Frontera (tres orejas y un rabo de reses de la vacada de Joaquín Barral, en presencia de Galloso y Manuel Vázquez), la del 26 del mismo mes en Sevilla (una oreja con tres vueltas al ruedo en hombros de los entusiastas, al alternar con Manuel Vázquez y Roberto Domínguez y ganado del mismo Joaquín Barral en el redondel), la del 3 de octubre en Barcelona (con dos orejas de un cornúpeta de Carmen Borrero, antes Manuel Cortés y Miguel Vera) y, final y muy especialmente, la del 12 de octubre en Sevilla, donde torea en solitario un encierro de la divisa de Manuel González, llevándose un total de cuatro orejas, con la consabida y tantas veces soñada salida a hombros por la Puerta del Príncipe. Aunque todavía en este 1982 tan solo intervino en catorce festejos, sembró muy buena simiente para ser recogida en 1983, en la que participó en ochenta y cuatro funciones, colocándose, súbitamente, en el primer lugar de su escalafón. Entre el gran número de Tardes a recordar de aquella memorable temporada son dignas de reseñar la del 3 de abril en Barcelona, con premio de tres orejas de morlacos de la ganadería de Baltasar Ibán, ante Luis Francisco Esplá y Emilio Muñoz; la del inmediato día 16 en Sevilla, con nueva salida a hombros por la Puerta del Príncipe tras desorejar tres veces a reses de la vacada de Manuel González, delante de los Curros Romero y Durán, lo que le valió los trofeos Maestranza y Tertulia Taurina Río Grande al triunfador de la feria; la del 8 de mayo en Jerez de la Frontera, donde le concedieron las dos orejas y el rabo de un ejemplar de la divisa de Carlos Núñez y otro apéndice más de uno de la de Marcos Núñez, lo que atestiguaron Antonio Chenel, Antoñete, y Rafael de Paula; la del 18 de mayo en Madrid, con salida a hombros por la puerta grande, después de cortar una oreja de un pupilo del hierro de Sayalero y Bandrés y otra de uno del de Antonio Ordóñez, presenciada la efeméride por José María Manzanares; la del siguiente día 23 en el coliseo romano de Nimes, al meter cinco orejas en su esportón en el transcurso de un mano a mano que mantuvo con Emilio Muñoz; la del 26 del mismo mayo en Córdoba, donde alternó con Emilio Muñoz y Tomás Campuzano en la lidia de ganado de los Hermanos González Sánchez-Dalp; la del día 30 de ese para él extraordinario mes de mayo en Madrid, de donde saldría en hombros por la puerta grande tras cortar dos orejas de un burel de la ganadería de La Quinta, delante de Luis Francisco Esplá y Emilio Muñoz, por lo que le fue concedido prácticamente la totalidad de los galardones que distintas entidades destinan al triunfador del largo serial; la del 2 de junio en Toledo, en presencia de Antoñete y Tomás Campuzano, donde resultó cogido por un toro de la vacada de Joaquín Buendía, no sin antes cortar dos orejas de su primer oponente.

Pese a este percance y como demostración de que el espada se encuentra en un momento excepcional de forma, cabe señalar que en el transcurso del primer semestre de este año 1983 intervino en veintiocho festejos, con el sensacional balance de cortar en ellos nada menos que cuarenta y nueve orejas y cuatro rabos. Entre las fechas sobresalientes de la segunda mitad del año deben mencionarse la del 3 de julio en la plaza Monumental de Barcelona, donde le hicieron entrega de las dos orejas y el rabo de un astado de la ganadería de Juan María Pérez-Tabernero, con Antoñete y Yiyo de compañeros de cartel; la del 24 del citado mes en Marbella, ante Manuel Vázquez y Francisco Rivera, Paquirri, con cuatro orejas y un rabo de reses de la vacada de Gabriel Rojas; la del 7 de agosto en El Puerto de Santa María, con el mismo número de despojos de ejemplares de la divisa de Camacho, delante de Galloso y Emilio Muñoz; la del siguiente día 14 en Béziers (Francia), con tres orejas de pupilos del hierro de Jandilla, em presencia de Luis Francisco Esplá y Emilio Muñoz; la del 21 del mismo mes en Sanlúcar de Barrameda, con las dos orejas y el rabo de un burel de la ganadería de Cebada Gago, con José María Manzanares y Manuel Rodríguez, El Mangui, de compañeros de terna; la del 9 de septiembre en Calatayud, delante de Luis Francisco Esplá y Emilio Muñoz; , con reses de la divisa de Juan María Pérez-Tabernero, a las que cortó cuatro orejas a la vez que recibía el trofeo para el triunfador del festejo, y la del 4 de octubre en Úbeda, donde vuelve a llevarse cuatro orejas, ahora del hierro de Diego Puerta, delante de José Fuentes y Julio Robles. El garbanzo negro de tan extraordinaria campaña se produjo el 3 de septiembre en Palencia, en doble vertiente, ya que escuchó dos avisos durante la lidia de un toro de la ganadería de Núñez, amén de sufrir un puntazo en el pecho, todo ello testificado por Curro Vázquez y Roberto Domínguez.

Viaja aquel invierno a Hispanoamérica, para que lo vieran en coliseos de Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador y México, Triunfando el 16 de octubre de ese 1983 en la secular plaza limeña de Acho, con pupilos de la vacada de Jandilla, con Pedro Gutiérrez Moya, Niño de la Capea, y Juan Antonio Ruiz, Espartaco, lo que daría pie a que se le concediese el prestigioso galardón del Escapulario de Oro del Señor de los Milagros. El 8 de enero, ya de 1984, se lleva dos orejas en una corrida-concurso de ganaderías celebrada en la ciudad colombiana de Cali, cuando competía con Dámaso González y Manuel Fuentes. Recibe un puntazo, endulzado por la obtención de dos orejas de reses de las divisas de Achury Viejo y Clara Sierra el 12 de febrero en Bogotá, contemplado éxito y lesión por Enrique Calvo, El Cali, y Yiyo. Nuevamente en Madrid, para San Isidro, resulta herido de consideración por un elemento de la ganadería de Jandilla, el 28 de mayo, ante José María Manzanares y Curro Durán, en tanto que el 28 de julio, en Sanlúcar de Barrameda, le concederían cuatro orejas y un rabo de bureles de la vacada de los Hermanos Sampedro, cuando fue acompañado por Antoñete y El Mangui. Toma parte en la corrida goyesca que tuvo lugar el 7 de septiembre en Ronda, donde le otorgaron cuatro orejas de toros de la divisa de Salvador Guardiola, delante de Rafael de Paula y Manzanares. En Nimes se enfrenta en solitario a un encierro de la divisa de Jandilla, con el feliz resultado de que le entregaron un total de cinco orejas y un rabo. Participó en esta temporada de 1984 en cincuenta y ocho compromisos, haciéndolo por propia voluntad en nueve en 1985, entre los que deben ser recordados el del 28 de julio en Marbella, donde estoqueó seis astados del hierro de Jandilla, a los que cortó cinco orejas; el del 10 de agosto en Málaga, donde alternó con Curro Romero mano a mano en la lidia de reses de la ganadería tan repetida de Jandilla, con tres orejas y un rabo para su esportón, y el del 14 de septiembre en Murcia, donde gana las dos orejas y un rabo de un burel de la divisa de Benítez Cubero, con José María Manzanares y Niño de la Capea de complemento de cartel. El 29 de marzo de 1986, en Benidorm, compite con Manzanares y Luis Francisco Esplá toreando pupilos del hierro de Jandilla, para conseguir tres orejas del ganado que formó su lote, mientras el 10 de julio en Dax (Francia), con Curro Vázquez y Manzanares de colegas aquella tarde, corta tres orejas de bureles de la divisa de Jandilla. En Consuegra, el 22 de septiembre, le conceden los máximos trofeos de un cornúpeta de la ganadería de Francisco Galache, faena contemplada por José Ortega Cano y José Antonio Carretero. Torea durante la internada en Perú, tras poner punto final a su campaña española, en la que ciñó el traje de luces en cuarenta y seis ocasiones, y el 16 de noviembre, en Lima, es herido de gravedad en el muslo derecho por un elemento de la vacada de Abraham Domínguez. Los comienzos de la temporada de 1987 han estado sumidos en un tono de discreción, sin que se haya dejado ver en el largo ciclo ferial de San Isidro. Espada al que le costó años el situarse en posición privilegiada, la gran personalidad que ha aportado al toreo de hoy en día está basada en su quietud, el inverosímil terreno que pisa y en la ligazón de los pases, difíciles facetas en las que este torero es un auténtico maestro.

Bien es cierto que tal forma de interpretar el toreo no es posible realizarla con cualquier tipo de astado, pero incluso con los menos factibles intenta lo imposible y su labor raramente es deslucida. En los últimos tiempos parece encontrarse en un ligero período abúlico, del que es de desear sarga con presteza. Sus mejores cualidades quedaron plasmadas el 19 de junio de este 1987 en Granada, al obtener tres orejas de astados de la vacada de Camacho, lo que presenciaron José Ortega Cano y Víctor Mendes. Es de justicia reseñar su gran triunfo de la corrida goyesca y rondeña del 12 de septiembre de 1987, en la que como único espada dio cuenta de seis ejemplares del hierro de Torrestrella, con el importante balance de que le concedieron un total de cinco orejas. En 1987 sumó un total de 50 corridas de toros, ocho de ellas en Francia. Suma 31 en 1988, cinco de ellas en suelo galo, comenzando la campaña en la Feria de la Magdalena de Castellón, el 13 de marzo, compartiendo cartel con José María Manzanares y Joselito y enviando al desolladero sin una oreja a cada astado del hierro de Jandilla que entran en su lote. Tres tardes torea en Sevilla, pero solamente en la tercera, con Rafael de Paula y José María Manzanares de compañeros, cuaja una faena a un toro de la divisa de Manolo González. Fue el 22 de abril, en la novena del abono, haciendo su toreo: quietud y engarce de unos pases con otros, aderezado todo ello con el empaque personalísimo que le caracteriza. Lo mata de estocada caída, con su también peculiar estilo, en el que arriesga mucho cuando mata por arriba, aunque como he dicho no fue este su caso en Sevilla. Se le concedió una oreja. En dos tardes, el 14 y el 15 de mayo, toreó en Jerez de la Frontera, la primera de ellas con los jóvenes Litri y Rafael Camino, y se lleva una oreja del primer Juampedro que estoquea. Cinco paseíllos consecutivos, el primero el 19 de mayo y el último el 23 siguiente, hace en Nimes, con un balance de tres orejas cortadas cuando todo contaba a su favor. Además se le ha pitado en algunos toros y se han dividido las opiniones en otros. No triunfa en Córdoba el 25 de mayo y en la Feria de San Isidro, al día siguiente, en la decimacuarta del abono, con Niño de la Capea y Espartaco de compañeros, no llegó a convencer a pesar de cortar la oreja del primero de su lote, que, como los demás que se jugaron, lució la divisa de los señores Hermanos Aguirre Fernández Cobaleda. De él se espera siempre más. Tras su actuación en Mérida y El Puerto de Santa María, donde corta otra oreja el 29 de mayo, regresa a Las Ventas el 1 de junio, pero se silencia su actuación con dos guardiolas, flojos, deslucidos, mal presentados, que como sus compañeros no sirvieron para otra cosa que irritar al público.

En una temporada muy floja de este torero, pasa de puntillas por Granada, corta una oreja en su localidad de adopción y otra en Alicante. Torea antes en Zaragoza y después en Badajoz, aquí salió por la puerta grande; Zamora, Burgos, dos tardes en Algeciras, Málaga, Puerto Banús, La Línea de la Concepción, premiado allí con una oreja, y Marbella, el 24 de julio, donde también se lleva un apéndice. Alterna en la localidad malagueña con Niño de la Capea y Espartaco y mata dos astados de don Diego Garrido. Es su última corrida, ya que decide tomar un descanso, anunciando que no es una retirada definitiva. Cerca de tres años después reaparece en el coso de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, el 12 de abril de 1991, en la sexta corrida de la feria. Un cartel muy esperado, para el que se han agotado las entradas desde bastantes días antes y con el que la reventa ha disparado los precios de los billetes. Su alejamiento de los ruedos ha aumentado la expectación para verlo reaparecer. Regresa con su apoderado y suegro, José Luis Marca, para torear alrededor de la treintena de corridas en plazas importantes. Aunque tenía previsto hacerlo antes en Castellón y Valencia, e incluso se habla de reaparecer en un mano a mano con Espartaco, el regreso no se produce hasta la fecha y plaza mencionadas. Sus compañeros de cartel son Curro Romero y Emilio Muñoz, que sería herido grave, y los toros pertenecen a la divisa de El Torreón. No le acompañó la suerte, ni con los del hierro titular ni con un sobrero de la divisa de su suegro, que no permitieron que hiciese su toreo. También toreó en la Maestranza su segundo y tercer paseíllo, el 16 y 17 de abril, pero sin encontrar en ninguna de las tardes ese sitio que le dio justa y merecida fama. La primera oreja en su reaparición la corta en Jerez de la Frontera, el 4 de mayo, en el primero de sus dos compromisos consecutivos, como suele ser su costumbre cuando tiene varios contratos en una feria. Ha sido a un toro de la divisa de su apoderado, pero no se le ve puesto. Torea tres tardes en Nimes, la primera con victorinos, la segunda con Jandilla, en viendo al segundo de su lote al destazadero sin las orejas, y la última con Juampedro. Han sido los días 15, 17 y 20 de mayo y su regreso participa en la feria de Córdoba, el 23 y 26 de mayo, en una campaña en la que empieza, a pensarse que ha sido un error su reaparición. En Madrid se anuncia dos tardes en San Isidro. La primera, el 27 de mayo, con Roberto Domínguez y Niño de la Taurina, y aunque le tocaron palmas en unos lances de capa, los flojos, débiles y tullidos toros de doña concha Navarro ayudaron para que se silenciara su labor en los dos que mató. Torea en Aranjuez en la tradicional corrida de San Fernando, y al día siguiente, nuevo paseíllo en Las Ventas, con José Antonio Campuzano y Rafael Camino, y otra deslucida corrida, esta vez del hierro de don Alonso Moreno de la Cova. Se silenció su labor en el primero y se le pitó en el otro.

Parece  remontar el vuelo en Algeciras, el 29 de junio, al cortar una oreja a cada toro del hierro de Torrestrella que le corresponden, en la que su gran voluntad y los detalles de su personal forma de interpretar el toreo le valieron la salida en hombros del coso gaditano. Pero sería al día siguiente cuando llegase una de sus mejores tardes desde su reaparición. Fue en Zaragoza, con dos toros de don Ángel y Don Juan Antonio Sampedro, a los que cortó una oreja en dos faenas desiguales, pero en las que imperó su quietud y ligazón y que coronó con sendos estoconazos fulminantes con peculiar estilo de interpretar esta suerte fundamental. También en Valencia, con un astado de doña Concha Navarro, el 27 de julio, que le dejó pisar ese terreno en el que se muestra diferente a todos los demás, lució su personal manera de torear. Lástima que terminase con un bajonazo, lo que a buen seguro hizo que el premio de la oreja fuese menor del que mereció la faena. Pero Paco Ojeda está enrachado y al día siguiente en Barcelona, con un toro de Oliveira Irmãos, lidiado en quinto lugar, de nuevo forma un alboroto al torear de capote y lucirse en una faena en la que atornilló los pies en el  suelo y no enmendándose llevó la emoción al entendido aficionado catalán que ocupaba los tres cuartos del aforo de la plaza Monumental. Toreó después en Huelva, Palavas (Francia, Vitoria, Toledo, donde cortó dos importantes orejas a un toro de don Diego Puerta Diánez, y Dax (Francia), y el 15 de agosto, en El Puerto de Santa María. Alternó en esta ocasión con Espartaco y Cristo González, a quien doctoró. Viste de blanco y oro y al primero de su lote, Bambuco se llamó, con el hierro de los Hermanos Peralta, hace una faena antológica. <<Faena maciza, ojedista total –dice Fernando Carrasco en ABC de Sevilla—y con una verdad tremenda>>. No prolongó en exceso la temporada, a la que puso fin el 21 de septiembre en Nimes. Antes, y después de El Puerto, había toreado en Málaga, Béziers (Francia), Sanlúcar de Barrameda, Ciudad Real, cortando oreja en las tres últimas; Puerto Banús, aquí fueron cuatro la misma tarde; Almería, Alcalá de Henares, San Sebastián de los Reyes y Mérida. En total, cuarenta y una corridas, más de las previstas, de las que siete fueron en suelo francés, y eso que en Mérida una lesión lo apartó de Salamanca, Valladolid, Murcia, Ronda, en su corrida goyesca, y alguna otra plaza que ya tenía hecha. A final de temporada, el 19 de octubre, Paco Ojeda debuta como rejoneador en el tradicional festival de Chinchón a beneficio del Asilo de Ancianos. Su figura campera montando un tordo, con los compañeros de ese día detrás, en un paseíllo ya histórico, sirve de portada a un libro, Toros en Chinchón, del que son autores Juan Miguel Sánchez Vigil y Carlos Alonso Herreros, al que recuerdo emocionado, por su aporte, más breve de lo que él quisiera, a la fiesta de los toros. La temporada de 1992, que comienza en Yecla (Murcia), el 17 de marzo, tiene una primera parte, corta, de signo muy positivo, pero el resto no responde a lo que se espera de un torero de esta categoría. En Valencia, el 17 de marzo, en su segundo paseíllo de la temporada, acartelado con Ortega Cano y Manuel Caballero, realiza una gran faena a un Jandilla que se juega en segundo lugar, premiada con una oreja, fundamentalmente por su personal toreo, su empaque, su quietud y su empeño, primordial, de ligar unos pases con otros.

Torea más tarde en Castellón y el 5 de abril corta tres orejas en Jaén en otras de sus faenas. Cumple dos contratos más, en Hellín y Málaga, antes de participar en la feria de Sevilla, en la que con tres corridas es uno de los pilares en los que se sustenta este año el abono. Ni con los Juan Pedro, el 20 de abril; ni con Jandilla, el 27 siguiente, estuvo bien, quedando sus trasteos, al menos uno cada tarde, por debajo de las condiciones de los toros. Salvó la feria en el último toro que lidió. Fue el 29 de abril, con los toros de los señores Herederos de don Salvador Guardiola Fantoni, muy deslucidos, cortando una oreja al ya mencionado, Alternó con José Antonio Campuzano y Rafael Camino, cumpliéndose su deseo. Recuerdo que le hizo una faena muy medida, con los pases justos, que ha coronado con una estocada en la que se ha volcado sobre el toro, resultando por ello algo trasera. Justo es reconocer que el buen varilarguero Ramón Bejarano lo había picado muy bien. El 18 de mayo, después de un paseíllo en Consuegra, torea en Madrid, la primera de sus dos tardes en San Isidro, Alterna con Ortega Cano y Fernando Lozano para lidiar un lote de Sepúlveda. Cordial y bromeando le oigo comentar en el patio de cuadrillas que está algo asustado, que la plaza de Madrid le impone un respeto tremendo y que este tiempo antes del Paseíllo, en Las Ventas, le pone más nervioso que en otras plazas. En el primer Sepúlveda le han pitado, pero en el otro, cuando se despatarró para torear de capote y clavó los pies en la arena para pasar de muleta a Imprudente, que así se llamó el toro, el público, se entregó y le jaleó. Lástima que la estocada, por un extraño que hizo el toro, quedase atravesada, porque pudo cortar la oreja. La vuelta al ruedo se la aplaudieron con calor. De su segunda actuación, con lluvia, viento y mansos, poco hay que contar. Si se llevó las dos orejas de un ejemplar de don José Luis Marca Rodrigo, en Jerez, el 23 de mayo, la única corrida que toreó entre sus dos actuaciones madrileñas. Pero desde ese momento la temporada se viene abajo. Aunque en Burgos, donde desoreja el 29 de junio a un astado de Lora Sangrán; Barcelona, donde la espada le priva del triunfo apoteósico, el 19 de julio, en una faena que ha quedado en los anales de la historia de la plaza Monumental; Tudela, donde se arrastra un toro de El Torreón sin las orejas, o El Puerto de Santa María, donde otra vez con peraltas corta tres apéndices, es poco para un torero de su categoría, a quien lógicamente en todas las plazas quieren ver bien.

Además de las plazas mencionadas, entre otras, ha actuado en Las de Valencia, en San Jaime; La Línea de la Concepción, Santander, Vitoria, Huelva, Huesca, Dax, donde recibe un fuerte golpe en el estómago; Béziers, Bilbao, Málaga, Almería, cogido aparatosamente por un toro de don Luis Algarra Polera; Ronda, Murcia, Salamanca, Nimes y Valladolid. Ha sumado un total de sesenta y dos corridas, de las cuales ocho fueron lidiadas en Francia. Se aparta de los toros en 1993. El peligro es una constante en la fiesta, también fuera de los ruedos, y el 13 de agosto, cuando ayudaba a embarcar una corrida de su suegro, el ganadero José Luis Marca Rodrigo, fue corneado por un toro en la cadera izquierda. Hubo de ser trasladado al Hospital Infanta Cristina, donde por deseo propio fue intervenido por el doctor don Antonio Albarrán Olea, Jefe del equipo médico de la plaza de toros de Badajoz. Regresa en 1994 por razones muy personales de intento de perfeccionar lo ya realizado. Su primera corrida es en Sevilla, el 18 de abril, y en la misma feria vuelve a repetir paseíllo el siguiente día 20, sin que en ninguna de las tardes hubiese ojedismo. Tras un paseíllo en Castellón y otro en Osuna torea, el 19 de mayo, la primera de las dos tardes que su apoderado le ha hecho en San Isidro. Pero como en Sevilla, aunque con la disculpa del viento, tampoco aflora el Ojeda que todo el mundo requiere. Torea en Nimes y allí, el 23 de mayo, con toros de Torrealta, corta las primera orejas de la temporada. Ha alternado con el novillero Vicente Barrera, en corrida mixta en la que también han intervenido los rejoneadores Luis y Antonio Domecq. Corta dos orejas de su primero y una del segundo, unos toros cómodos de cabeza. En Córdoba, el 27 de mayo, se le ovaciona con dos Juan Pedro, no así en Aranjuez el siguiente día 30, donde incluso se le pita en el segundo. De nuevo en Madrid, el 1 de junio, para cumplir su segundo compromiso en San Isidro, con un toro de Sepúlveda y otro de don Román Sorando Herranz, en el que se le abronca. Muchos se preguntan por qué ha regresado. Ni la disculpa de la tormenta lo salva. Mejor, no haber venido a Madrid. Torea en Toledo, en Santarém (Portugal), Alicante, Badajoz, Soria, Burgos, Algeciras, El Puerto de Santa María, Dax, dos tardes en La Malagueta, la última el 20 de agosto, y solamente ha arrancado algunas palmas, incluso ovaciones, en contados toros, en actuaciones dignas, pero muy alejadas de este toreo tan personal que tan bien conecta con el tendido.

El 21 de agosto torea en El Puerto de Santa María su vigésima segunda corrida de la temporada, incluida la mencionada de Portugal. Alterna con Rafael de Paula y Julio Aparicio para matar toros de Gavira. Viste Paco de  nazareno y oro. Se le ovaciona cuando dobla el segundo toro, al que ha matado de una estocada caída. En quinto lugar saltó a la arena Carabinero, un toro para la historia, pues sería el último que Paco Ojeda estoquease vestido de luces. Para el torero, puerta grande: para la afición, el anuncio de su suegro y apoderado: <<Paco Ojeda se ha cortado la coleta>>. Sin haberlo anunciado, después de reencontrarse con su toreo, algo que parecía la meta de esta temporada, ha dicho adiós al toreo vestido de luces una figura indiscutible. En esos momentos aún se dudaba de un posible regreso en 1995, lo que no ha sucedido. Sin embargo, el 5 de agosto de 1995 reaparece como rejoneador en Nazaré (Portugal), alternando con Joaquín Bastinhas y Gerard Pellén para lidiar novillos de su propia ganadería. Inicia así una nueva etapa como rejoneador que durará tres años y en la que, en muy poco tiempo, consigue instalarse entre los nombres más destacados del escalafón. Su presencia se hace habitual en los festejos de rejones de las grandes ferias, en los que cosecha triunfos importantes. Como rejoneador toma la alternativa en Nimes (Francia) el 27 de mayo de 1996, en una temporada en la que hace 24 paseíllos y corta 40 orejas. En 1997 la cifra se incrementa hasta 61 festejos, en los que consigue un total de 41 orejas. En esta temporada debuta en Las Ventas como rejoneador, el 24 de mayo. Previamente ya había hecho el paseíllo en la Real Maestranza de Sevilla el 20 de abril de se mismo año. En 1998 se coloca a la cabeza del escalafón de rejoneadores. Actúa en 110 festejos, consigue 188 orejas y pisa las plazas más importantes de la geografía taurina. El 15 de agosto de 1999 en la plaza francesa de Dax tiene lugar un acontecimiento insólito. Paco Ojeda hace doblete. Actúa como rejoneador por la mañana y corta cuatro orejas. Por la tarde reaparece a pie por un día para conceder la alternativa a Diego Urdiales, Los toros pertenecieron a la divisa de Puerta Hermanos. Ojeda obtuvo un resultado de oreja y vuelta al ruedo. En esta temporada también cosecha triunfos destacados montado a caballo en plazas como Castellón, donde corta una oreja; Sevilla, donde también consigue un trofeo; Córdoba, Granada, Alicante, Santander: El Puerto de Santa María, Bayona; Salamanca, Zaragoza y Jaén. En esta última plaza pone punto y final a su incursión en el mundo del toreo a caballo el 18 de octubre. Dos años después, el 8 de abril de 2001, se viste de corto para actuar en un festival en la localidad de Zahara de los Atunes. Cortó los máximos trofeos del ejemplar que tocó en suerte. Completaron el cartel aquella tarde Curro Vázquez, Emilio Muñoz, José Rivera, Riverita, Rivera Ordóñez y José Antonio Canales Rivera.

El 6 de mayo vuelve a vestir el traje corto en Linares a beneficio de José Fuentes. Corta una oreja. También actuaron Curro Vázquez, Espartaco, Enrique Ponce, David Gil y los novilleros David Ibáñez y José María Manzanares, hijo del matador de toros del mismo nombre. A finales del año 2001, tras meditarlo durante el invierno, decide reaparecer vestido de luces para, entre otros objetivos, confirmar la alternativa en la plaza Monumental de México. Reaparece ese mismo año, el 25 de noviembre, en el bicentenario coso de Acho, plaza en la que no actuaba desde 1983, año en el que se alzó como triunfador de la feria y ganador del prestigioso trofeo Señor de los Milagros. Completaron el cartel de la efeméride Rafael Castañeta, El Juli y los toros de Fernando de la Mora. El balance artístico de ovación en su lote no es el más fiel reflejo de lo realizado por Paco Ojeda ante sus toros. El crítico taurino César Paredes lo describía de la siguiente manera pocas horas después de finalizado el festejo en el portal Mundotoro.com: <<Paco Ojeda tuvo enfrente al noble ejemplar que abrió plaza y puso la plaza boca abajo con una faena en la que destacaron la quietud, el temple y la ligazón. Tenía dos orejas aseguradas, pero falló con los aceros. El segundo de su lote fue muy distinto, puesto que desarrolló sentido y el gaditano, tras mostrarse poderoso con la muleta, decidió abreviar>>. El torero de Sanlúcar no defraudó a quienes se acercaron a la plaza, entre ellos el rey don Juan Carlos, que vio la corrida desde una barrera, y el escritor Mario Vargas Llosa, que tampoco quiso perderse la cita. El segundo paseíllo de esta nueva etapa también tuvo como escenario la plaza de toros de Acho, el 2 de diciembre. Actuó mano a mano con José Tomás, con toros de la ganadería mexicana de San Martín. La mansedumbre de los astados impidió mayor lucimiento por parte de los espadas en un festejo que, de nuevo, había levantado una gran expectación. El 3 de febrero de 2002 confirma la alternativa en el coso de Insurgentes de la capital mexicana.

Le acompañaron en el cartel Miguel Espinosa, Armillita Chico, Enrique Ponce y Rafael Ortega. Los toros pertenecieron a la divisa de Teófilo Gómez. No fue una tarde afortunada para el sanluqueño. Su primer paseíllo en plazas de la geografía española tiene lugar en la localidad pacense de Olivenza, el 2 de marzo, acartelado junto a Finito de Córdoba y El Juli. Su lote estuvo compuesto por un ejemplar de Guadalest y otro de Torrealta. Obtuvo un resultado de silencio y ovación. Cinco días después hace el paseíllo en la Feria de la Magdalena de Castellón, de nuevo junto a El Juli y con Alfonso Romero completando la terna. En esta ocasión los toros pertenecieron a la divisa de Las Ramblas y el resultado artístico obtenido por Paco Ojeda fue de ovación en su lote. Pocos días después, los aficionados que se acercaron a Morón de la Frontera el día 9 del mismo mes, se encontraron con el Ojeda de los mejores tiempos. Dos faenas cargadas de profundidad le abrieron la puerta grande. El 31 de marzo hace el paseíllo en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla con toros de Torrealta y formando terna con José Tomás y El Juli. Un lote sin opciones le impidió lucirse en un día tan especial. El 9 de mayo reaparece en Francia, en el coliseo de Nimes, para doctorar a César Jiménez, en presencia de El Juli, con toros de Torrealta. Marc Lavie, prestigioso crítico taurino del país galo describía así la actuación del torero de Sanlúcar: <<Paco Ojeda no se acopló con el segundo y fue silenciado, pero acabó centrándose con el cuarto, un toro bravo, quedándose en el sitio de verdad y cortando una merecida oreja>>. No le acompañó la suerte dos días después en Jerez de la Frontera. El 13 de mayo hace el paseíllo en Valladolid para conceder la alternativa a Leandro Marcos. Ofició de testigo José Tomás y los toros pertenecieron a la divisa de Garcigrande, El balance artístico de Paco Ojeda fue de pitos y ovación. El 17 de mayo hace de nuevo el paseíllo en Nimes en jornada matinal para enfrentarse en mano a mano a Manuel Benítez, El Cordobés, con una corrida de Juan Pedro Domecq. Cortó una oreja del segundo ejemplar, dos más del cuarto y fue ovacionado a la muerte del sexto. Córdoba, Granada, Barcelona, Salamanca, Badajoz, León, Burgos y Huelva son plazas en la que también hace el paseíllo y en las que, aun sin cosechar grandes triunfos, deja muestras de su sello personal. Mención especial merece su actuación en El Puerto de Santa María el 11 de agosto ante el sexto ejemplar de la tarde, de la divisa de Jandilla. Lo vio así el periodista taurino Álvaro Acevedo: <<Paco Ojeda esperó desmayado y solemne para torear a la verónica con desgarradora majestad. El animal, demasiado castigado en varas, llegó a la muleta sin perder un ápice de nobleza, pero con bastante menos vida. Ojeda comenzó profundo en una serie en redondo, continuó relajado y fácil, prosiguió con un tempranero parón y siguió después toreando con ambas manos. Fue, en definitiva, un trasteo sin guion lógico, una faena de impulsos, de hondura con la mano diestra, de un colosal circular ligado con el de pecho, de dos naturales prodigiosos, de tres monumentales redondos como epílogo. Tras la estocada, cortó dos orejas. Extraño premio, extraña faena, extraño toreo, extraño hombre. Paco Ojeda. El genio aún vive. Y la fiesta también>>.

Su última actuación en la temporada de 2002 y último festejo en el que actúa vestido de luces hasta la fecha en la que se redactan estas líneas tiene lugar en la localidad segoviana de El Espinar, el 15 de agosto, con toros de El Pilar. Suma este año un total de 24 festejos en los que consigue 12 orejas. El 22 de febrero de 2004 acude a Francia para actuar en un festival celebrado en Arlés a beneficio de los damnificados por el temporal que en esas fechas azota la ciudad. Corta las dos orejas de un ejemplar de Victoriano del Río. En la temporada de 2006 vuelve a vestirse de corto para hacer el paseíllo en dos festivales. El 3 de junio actúa en Almonte (Huelva), en Homenaje a Miguel Báez Spuny, Litri, con resultado de dos orejas. Y el 7 de octubre hace el paseíllo en Chinchón, con reses de Julio Aparicio. Sale de la plaza con una oreja en el esportón. En el año 2007 vuelve a coger capote y muleta para hacer el paseíllo en otros dos festivales. El 25 de febrero actúa en la localidad malagueña de Estepona, a beneficio de Asprona. Corta una oreja de un ejemplar de José Luis Marca. El 31 de marzo actúa en Castiblanco, plaza de la  que sale con los máximos trofeos.

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