HISTORIA DEL TORERO

LUIS ORTIZ VALLADARES (Luis de Pauloba)

Publicado el 12 de agosto de 2023
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Matador de toros nacido en Aznalcóllar (Sevilla) el 10 de octubre de 1971. Toma el apodo de su abuelo, llamado Pablo, al que todos conocían por Pauloba. Su primer paseíllo vestido de luces lo hace en Añover de Tajo (Toledo), el 27 de abril de 1987. En 1988 alterna en una veintena de novilladas sin picadores, y el 19 de marzo de 1989 se presenta con los del castoreño en su localidad natal, alternando con Juan Luis Vera y Juan José Galante en la lidia de novillos de doña Isabel Sánchez de Alva y Merencio. Obtiene un resonante triunfo al cortar tres orejas y un rabo de los ejemplares que le corresponden. Poco después, sin haber toreado nada más que una tarde, en Los Navalucillos, se presenta en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla. En la tarde del 4 de junio y alterna, vestido de blanco y oro, con Antonio Vázquez y Antonio Manuel Punta. Mata un novillo de don José Benítez Cubero y otro de don Antonio Doblas Alcalá y Hermanos. Con un festejo más, en Puebla del Río, y otro en Cantillana, el 1 de julio, termina su primera temporada en el escalafón de los novilleros. Apoderado por José Luis Cazalla, la temporada de 1990 es la de su lanzamiento, consiguiendo finalizarla con cincuenta y ocho paseíllos, cuatro de ellos en Francia, ocupando en cuarto puesto en el escalafón. Independientemente de actuaciones en las que triunfa plenamente, hay que destacar las que jalonan las carreras de todos los novilleros. El 22 de abril se presentó en Barcelona, vestido de gris perla y oro, con Fernando José Plaza y Antonio Posada de compañeros, en la lidia y muerte de novillos de la señora Viuda de don Alicio Tabernero, de Villanueva de Cañedo, dando la vuelta  en el que cerró plaza. Pocos días más tarde, el 29 del mismo mes, torea por vez primera en Francia. Es en la localidad de Sant-Martin-de-Creu y esta vez los otros alternantes son el español Sergio Sánchez y la novillera francesa Mireille Ayma. Los novillos pertenecen al hierro francés de Blohorm d’Andecy.  Esta vez su faena al primero es recompensado con una oreja, y cuando dobla el quinto tiene que dar la vuelta al ruedo. Hasta tres tardes repite en Barcelona, antes de presentarse en Las Ventas, de Madrid. Es la tarde del 10 de junio, vestido de blanco y oro, con novillos de Palomo Linares y con Miguel Rodríguez y Cristo González como compañeros de cartel. Le corresponde en suerte en primer lugar el ejemplar llamado Alcalino, número 53 y berrendo en negro de pinta. Luis García, en ABC, decía: <<El sevillano Luis de Pauloba causó una grata impresión en sus dos novillos, a los que toreó de capa y muleteó con excelente maneras>>. Idéntica opinión tiene Jorge Raberón en Diario 16, que titula la crónica: <<El sevillano Luis de Pauloba causó muy buena impresión en su debut en Madrid>>. También Salvador Cayul, en Ya, abunda en este juicio, así como el crítico de El País, Joaquín Vidal. Quizá la espada le privó de trofeos.

Todavía antes de que termine la temporada hará el paseíllo en Bilbao, el 21 de octubre, para matar novillos de doña María Luisa Paniagua, con Manuel Caballero y Marcos Sánchez-Mejías. Su última actuación es el 4 de noviembre, en la plaza francesa de Magescq. Indudablemente, 1991 va a ser un año clave en su temporada, el 20 de enero, en Ricote, y en el que va a ser su séptimo paseíllo está anunciado, el 31 de marzo, en Cuenca. En el mismo cartel entran Javier Vázquez y Domingo Valderrama para matar una novillada del señor conde de Mayalde. El festejo transcurre por los cauces normales, pero al entrar a matar al que cierra la tarde, el segundo de su lote, Intruso de nombre, marcado con el número 161, negro de pinta y de 375 kilos, sobreviene la cogida. El novillero fue derribado y corneado en el suelo. En uno de los derrotes, el pitón del novillo hizo carne penetrando en la boca. El doctor Amador Jiménez Torrijos, cirujano jefe de la enfermería de la plaza de Cuenca, facilitaba un parte médico que hablaba del pronóstico gravísimo del herido. Se señalaba en él que el pitón había producido una fractura del maxilar inferior izquierdo, con rotura del velo del paladar y una fuerte conmoción cerebral. Una vez más la cirugía, como titulaba su libro el doctor Martín Albo, Había dado una larga cambiada a la parca. Tras un mes ingresado en la residencia Doce de Octubre, el 30 de abril volvía a su casa de Aznalcóllar y era recibido con el cariño del pueblo entero. Su apoderado no duda en afirmar que esta ha sido su mejor medicina. Otra secuela de la tremenda cogida es la pérdida, momentánea, de la visión del ojo izquierdo, que espera recuperar. En junio ya empieza a tentar y declara: <<Me gustaría reaparecer a mediados de julio, matando seis novillos en Madrid>>. Al fin la reaparición se anuncia para el 1 de agosto en Huelva. El torero no ha recuperado la visión todavía y, según sus propias palabras. <<el paladar lo tengo totalmente destrozado>>. Hace el paseíllo con Chamaco y Miguel Carrasco para lidiar un encierro de Jandilla. El balance de su actuación es el de vuelta al ruedo tras la muerte de cada novillo. Todavía le da tiempo y tiene ilusión para intervenir en trece novilladas más, incluida la última, el 27 de septiembre, en Madrid. Su ilusión, y así lo manifiesta, es tomar la alternativa el próximo año en Sevilla. Pero antes, en noviembre, debe someterse a una revisión de la vista y la voz y probablemente deberá volver a pasar por el quirófano.

Ha toreado en total veintiuna novilladas, una de ellas en Francia. Al final no puede cumplir su sueño de tomar la alternativa y permanece un año más en el escalafón de los novilleros, interviniendo en catorce novilladas, dos de ellas en suelos francés. En Madrid ha hecho el paseíllo en marzo y en Sevilla dos tardes, en mayo y junio. En sus actuaciones, aunque no ha conseguido trofeos, el torero de Aznalcóllar ha causado una estupenda impresión. Parece totalmente recuperado del gravísimo percance y espera, creemos que serenamente, el momento de acceder a matador de toros. Una sola novillada torea en 1993. Es la de su despedida, en Carrión de los Céspedes (Sevilla), el 20 de marzo. Alterna con Javier Conde y Domingo Triana en un festejo en el que se lidian novillos de los señores González Sánchez-Dalp, Guadalest, don Joaquín Barral y don Manuel y don Antonio Tornay Maldonado. En la plaza de Sevilla, el 21 de abril, recibe el grado de doctor en Tauromaquia de manos de Manolo Cortés, quien, en presencia de Curro Durán, le cede la muerte del toro Cuartelario, con el número 24 en los costillares, cárdeno salpicado de capa y que dio en la báscula un peso de 568 kilos. Perteneció a la ganadería del señor conde de la Maza. Se le ovaciona cuando dobla este ejemplar y da la vuelta en el toro que cierra el festejo. Desde ese momento hasta que finaliza la temporada interviene en veintidós corridas de toros, dos de ellas en Francia, cosechando importantes triunfos. El primero de ellos, por su repercusión en él, de nuevo, en la Maestranza sevillana, coso en el que el 1 de julio corta una oreja a un ejemplar de don Tomás Prieto de la Cal, sobrero, lidiado en sexto lugar. Alternó con Tomás Campuzano y el mexicano Alejandro Silveti. Pajarraco, de 490 kilos de peso, un precioso toro negro, con el número 24 en la piel, fue el que hizo posible el triunfo. Por primera vez de matador de toros torea en Barcelona, el 27 de junio, y en Francia, concretamente en Béziers, el 18 de julio. En Barcelona, coso en el que ha dejado una grata impresión, repite el 1 de julio, dando la vuelta, ante la entendida afición catalana, cuando doblan sus dos toros.

Alterna los festejos en plazas importantes con los de otras no tanto, para ir curtiéndose. Vuelve a la Monumental de Barcelona el 21 de agosto, donde su primer toro, de don Domingo Hernández, le hiere leve y no puede matar el segundo. Seis días después torea en Nimes y de nuevo lo hace en Barcelona, el 5 de septiembre. Antes de finalizar su campaña en Berja, viaja a la capital para confirmar su alternativa en Las Ventas. Es la tarde del 3 de octubre, en la última corrida de la Feria de Otoño, con el toro Clavellino, herrado con el número5, negro bragado y meano, de 523 kilos de peso, de la ganadería de doña Dolores Aguirre Ybarra. Actuó Manolo Cortés como padrino de la ceremonia, el que lo fuera también en Sevilla, y completaba la terna el diestro Miguel Rodríguez. Cuando dobló el toro de la ceremonia hubo división de opiniones. Con el sexto en la arena, con Miguel Rodríguez en la enfermería, sin dejarse impresionar por la aparatosa cogida de su compañero y el ambiente de Madrid en feria, quiso cerrar su primera campaña de matador de toros con un gran triunfo. Yegüizo II se llamaba el impresionante toro de la escrupulosa ganadera. Había manseado en varas. Llegó algo violento al último tercio, pero Pauloba, en los terrenos del tendido diez, le bajó mucho la mano derecha y la corrió con mucho temple, una de sus principales virtudes, mandando en el toro, que enseguida debió darse cuenta de quién mandaba en la plaza. La serie fue muy emocionante, llegó al tendido, que vio cómo se la estaba jugando el sevillano. Se tiró a matar con mucha decisión y dejó media estocada arriba, que fue suficiente para que doblara Yegüizo II. La oreja, buen final de temporada, fue muy justa. Ya creo que desde ese día este torero entró en el aficionado de Madrid. Aunque la temporada de 1994 parece que comienza con unas perspectivas inmejorables al contar con dos tardes en la feria de Sevilla, luego se tuerce, quizá por la falta de suerte precisamente en su tierra Con muchas ganas de torear, comienza la campaña muy temprano, el 30 de enero, en Gerena, cortando dos orejas a un ejemplar del hierro de Garcibravo. Antes de su comparecencia en la feria abrileña hace diez paseíllos, incluido uno en Aznalcóllar, en el que mata cuatro toros de don Gabriel Rojas Fernández, el 20 de marzo, y otro en Madrid, el 3 de abril, en el que no tiene suerte. En Sevilla, en donde está anunciado el 12 y 23 de abril, no llega a redondear ninguna de sus actuaciones. No puede decirse que esté mal, pero tampoco llega el triunfo apetecido, y por eso dije antes que es probable que esta situación condicionara el importante juego en los despachos de los empresarios.

Se ve empujado a lidiar corridas duras. Así, en Madrid, en San Isidro, se anuncia con la corrida del portugués don Joaquín Manuel Murteira Grave, el 29 de mayo. Alterna con José Luis Gonçalves, que confirma su alternativa, y Mariano Jiménez. El titular de ABC es suficientemente expresivo: <<Seis toros de principios de siglo para toreros de hoy>>. Cuando despacha su lote le dice a Luis Nieto que está contento. <<El primero ha sido bastante difícil y creo que le he podido>>. La verdad es que en el primero, en el que ha fallado con la espada, ha recibido un aviso y ha sido pitado. En el segundo sí se ha ovacionado. Torea en Barcelona, el 19 de junio, la siguiente corrida, y tras una repetición en Barcelona, el 14 de agosto, ya no torea en plazas españolas de importancia. Ha quedado fuera de las ferias y se enfrenta a toros de don Tomás Prieto de la Cal, doña Dolores Aguirre Ybarra, familia Guardiola, don Isaías y don Tulio Vázquez, ganaderías denominadas duras, no tanto por serlo, sino porque además lidiadas en plazas de escasa resonancia sus triunfos no pueden hacerse valer. A Madrid, también con corridas dura, la de doña Dolores Aguirre, aunque sólo mata uno y un sobrero de don Luis Jorge Ortigão Corta, viene el 2 de octubre, en la Feria de Otoño, y en sus dos toros suenan las palmas cuando son arrastrados. Finaliza la temporada el 12 de octubre, en Zalamea la Real. Ha matado treinta y tres corridas de toros, siete de ellas en suelo francés. Es un torero que tiene suficiente calidad y amor propio para estar mejor situado. Su fe en la profesión le dará algún día el triunfo de resonancia que se merece. Su temporada de 1995 pudo cambiar en Madrid, el 28 de mayo, tarde que hizo el paseíllo con Frascuelo y José Luis Bote para matar la corrida portuguesa de don Joaquín Manuel Murteira Grave, que fue remendada en el reconocimiento reglamentario con dos toros La Cardenilla, uno de los cuales, el segundo de su lote, le correspondió. Había toreado muy bien de capa en el tercero, repitiendo en un excepcional quite que hizo vibrar a los aficionados, pues hacía tiempo que no veíamos jugar así los brazos y capotear con tanto clasicismo y verdad. Manejó mal la espada, pinchó dos veces antes de dejar una corta, lo que le privó, una vez más, de un triunfo que ya tenía asegurado. Con el de La Cardenilla, un toro de impresionante estampa volvió a cuajar una excelente faena, hasta el punto de oírse en el tendido una voz que dijo: <<¡Este torero merece más contratos!>>. Tenía razón el aficionado, mucha razón, pero Luis volvió a fallar con la espada –cuatro pinchazos y estocada—y de nuevo se le esfumó otra oreja que ya acariciaba.

Así las cosas, lo que podía haber sido una salida en hombros, en San Isidro, quedó, eso no lo olvidaremos, en una de las mejores actuaciones del año en Madrid, algo que hoy no sirve demasiado a la hora de entrar en las ferias importantes. Aun así, sumó un total de veintiocho corridas de toros antes de que finalizase el año 1995. Es uno de los toreros que atesoran mayores méritos para estar en posiciones más elevadas. En 1995 descienden sus actuaciones a veintiocho corridas de toros, que se reducen a doce en 1996, año en que cuaja una tarde sensacional en Las Ventas y deja una gratísima impresión en Barcelona, premiada por diversos jurados. Estos dos cosos, a la larga, serán prácticamente la base de sus temporadas, puesto que los empresarios empiezan poco a poco a olvidarse de él y comienza una lucha intensa para lograr contrataciones, basada en el cariño y el respeto que le profesan las aficiones madrileña y barcelonesa. Así, en 1997 solamente se viste de luces en ocho ocasiones y consigue hacerlo en doce al año siguiente, con solamente cuatro actuaciones en 1999 (dos en Barcelona y una en Sevilla). En 2000, de nuevo con Barcelona y Madrid (tres tardes) como plazas esenciales en el año, alcanza las trece corridas de toros. En las temporadas siguientes torea poco las dos plazas citadas como referentes, luchando cada tarde para conseguir el siguiente contrato. Así, torea diez corridas en 2001, cinco en 2002, cuatro en 2003 sin pisar plaza importante, cinco en 2004 de nuevo con Barcelona como tarde importante y de nuevo cinco en 2005, dos de ellas en Barcelona. En 2006 alcanza las ocho contrataciones, destacando sedas actuaciones en Barcelona y Madrid.

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