Matador de toros mexicano al que supongo familiar del espada del mismo nombre. En la plaza México de la capital azteca tomó el 24 de enero de 1971 la alternativa de manos de César Girón ante los testigos Raúl Contreras, Finito, y Raúl Ponce de León. Se corrieron toros de la divisa de Martha G. de Haro y el de la cesión propinó dos cornadas al nuevo doctor, una en la axila derecha y otra en el muslo del mismo lado. Este signo sangriento acompaño frecuentemente a Mario Sevilla. En efecto, el 23 de julio de 1972 resultó muy gravemente herido por una res del hierro de Rancho Seco en la plaza de Tijuana (México) al ser corneado en el triángulo de Scarpa y el siguiente 20 de octubre, en Torreón (México), su segundo enemigo, de la vacada de Santacilia, le hirió de suma gravedad en el muslo derecho en presencia de sus compañeros de cartel Manolo Martínez y Curro Rivera. Por cierto que, pese a estar herido, intentó estoquear al astado agresor, del que llevarían una oreja a la enfermería. Pierdo más tarde su pista  y no puedo concretar si este Mario Sevilla es el autor de la obra (Quetzalcóatl), estrenada el 13 de julio de 1976 en el Teatro Xola de México.