Matador de toros nacido en Écija (Sevilla) el 13 de febrero de 1959. El 18 de mayo de 1975 actúa en una función sin picadores en Osuna (Sevilla) y corta una oreja de cada una de las reses de Julio Aguado que le correspondieron, en presencia de sus compañeros de Cartel Juan Montero, Luis Reina y Joaquina Ariza, La Algabeña. Durante la siguiente temporada ya intervino en treinta corridas con caballos –su elevación fue meteórica–, no faltando las tardes triunfales, como la del 15 de agosto en Santisteban del Puerto (Jaén), donde alternó con Ramón Fernando Martín, Sacromonte, y Luis de Aragua en la lidia de un encierro de la divisa de Rocio Martín Carmona, con el positivo resultado de cortar las dos orejas y el rabo de su primer enemigo, mientras su segundo le produciría lesiones de pronóstico reservado.
Ascienden a cuarenta y cuatro sus ajustes en 1977, colocándose con tal cifra en la cabeza de su escalafón. De sus éxitos en tal año caben ser destacados el del 8 de mayo, en su patria chica, al serle concedidas las dos orejas de cada uno de los novillos de Clemente Tassara que formaron su lote, y el más importante del 3 de julio en la Real Maestranza sevillana al cortar las dos orejas del bravo Pies de Galgo, del hierro de los hermanos Sampedro, cuya muerte le brindó al famoso espada retirado Pepe Luis Vázquez. Ha cerrado la campaña de 1978 con treinta y una corridas en su haber y, pese a no haber pisado el albero del madrileño coso de Las Ventas, forma parte de la baraja de novilleros que el público espera con interés cara a un inmediato futuro. Se asegura que cuenta con arte y valor para empresas de mayor empeño. Se presenta como novillero en Madrid el 25 de marzo de 1979 para alternar con Antonio Ramón Jiménez y Patrick Varin en la lidia de un encierro de la ganadería de Samuel Pereira Lupi, y bien poco después, el 15 de abril, toma la alternativa en la plaza de la Real Maestranza sevillana, de manos de Curro Romero, quien, ante Manuel Ruiz, Manili, le cedió la muerte de un toro de la vacada de Salvador Domecq.
Sin cortar apéndices, su labor puede considerarse de acertada. Vuelve a pisar el albero del mismo coso el siguiente 30 de septiembre, fecha en la que es volteado por una res de la divisa del marqués de Albaserrada que le produce una fuerte conmoción cerebral. No intervino en más de cuatro corridas este año, corta cifra que repitió en 1980, incluida su confirmación de alternativa, en Madrid, el 17 de agosto, la que se produjo en un modesto y accidentado cartel completado con los nombres de José Soler y Santiago Burgos, El Santi, que participaron como padrino y testigo, respectivamente, de la ceremonia. En tal efeméride hubo de dar cuenta de cuatro bureles, dos del hierro de Javier Moreno de la Cova, uno –el de la cesión– del de Beca Belmonte y otro del de Luis Frías, siendo aplaudida su labor por el respetable. Naturalmente la causa de tener que matar más toros de los contratados la tuvo el que sus compañeros de cartel tuvieran que pasar heridos a la enfermería. En el invierno de 1980-1981 actúa en coliseos mexicanos con gran éxito, incluido el Monumental México de la capital axteca, donde confirmaría su alternativa sevillana el 11 de enero, con el positivo resultado de cortar una oreja de Estanciero, de la ganadería de Piedras Negras, que le cedió Curro Rivera en presencia de Mariano Ramos.
En realidad a este torero lo descubrieron en México, ya que en España era totalmente desconocido para la mayoría de los aficionados. Sus tardes mexicanas repercutieron en estos pagos e hicieron posible que en 1981 participara en diecisiete corridas. Vuelve a la tierra azteca el siguiente invierno, el de 1981-1982 y consolida su posición. El 2 de mayo de 1982, en Lucena, le conceden un total de tres orejas y un rabo de elementos de la vacada de Miguel Higuero, delante de Dámaso González y Antonio Rubio, Macandro, jornada pareja a la del 15 de agosto en Tafalla, donde compitió con José Ortega Cano y Luis Reina e la lidia y muerte de astados del hierro de José Escobar. Cerró el año con dieciocho festejos en su haber, y madruga en la campaña de 1983 al entrar en los carteles de la tempranera feria de Valdemorillo, el 30 de enero, junto a los nombres de Abelardo Granada y José Antonio Montoto, Pepe Postrana, con ganado de Los Eulogios en el redondel, de los que le otorgaron tres orejas. Otras fechas destacables de esa temporada, en la que ciñó la bordada taleguilla en treinta y una ocasiones, fueron la del 21 de mayo en Osuna, con cuatro orejas en su esportón de astados de la divisa de Benítez Cubero, concedidas ante Juan Antonio Ruiz, Espartaco, y Curro Durán; la del 21 de junio en Marbella, con otros tres apéndices de astados de la vacada del marqués de Albaserrada, y Antonio José Galán y Manili de compañeros de terna; la del 17 de julio en la plaza francesa de Frejus, donde le entregan una oreja de una res de la ganadería de José Murube que le corneó al practicar la suerte suprema, lo que contemplaron Manuel Ruiz, Arruza, Y Richard Milian, y la del 11 de septiembre en el coso Monumental de Barcelona, donde gana en buena lid un apéndice de un toro de la divisa de Camaligera, en presencia de Manuel Cortés y Raúl Aranda, lo que hizo titular su crítica a Juan Soto Viñolo en el semanario taurino Aplausos con el título de <<Pepe Luis vargas, un torero a tener en cuenta>>.
Torea una vez más en México aquella invernada de 1983-1984, y el 22 de abril en Madrid resulta revolcado por un burel de la vacada de José Murube que le produce heridas y contusiones varias, de lo que fueron testigo Julio Vega, Marismeño, y Roberto Domínguez. Visita este año nuevamente una enfermería, la de la plaza de Logroño, el 21 de septiembre, para ser curado de una grave cornada inferida por un morlaco del hierro del conde de la Maza, delante de Julio Robles y Tomás Rodríguez Campuzano. Cumplimentó veinticinco contratos esta campaña e igual número de paseíllos efectuaría en 1985, continuando la mala racha de heridas, como la del 27 de mayo en Madrid, donde es tratado de lesiones varias producidas por un pupilo de la ganadería de los hermanos Santamaría, o la del 28 de julio en Beaucaire (Francia), cornada de la que fue operado veinticuatro horas más tarde por el ilustre doctor Vila en Sevilla, cuyo agresor lucía la divisa de Yonnet. Dos éxitos resonantes se apunta en 1986 en su patria chica los días 10 de mayo y 20 de septiembre, el primero cuando alternó con Espartaco y Emilio Oliva en la lidia de ejemplares de Bernardino Piriz, de los que se llevó tres orejas, y el restante cuando se encerró en solitario con un encierro de los hermanos Sampedro, con una cosecha de cinco orejas y un rabo ante la apoteosis de sus paisanos.
Firmó una docena de ajustes esta campaña y marcha a Venezuela para intervenir en corridas allí celebradas durante el invierno de 1986-1987. Comienza, sin suerte, la temporada de 1987 en Madrid y logra un puesto en una única corrida en su querida feria abrileña y sevillana. Hace el paseíllo en aquel albero maestrante la tarde del 23 de abril, junto a Francisco Ruiz Miguel y Curro Durán, para entendérselas con toros de la ganadería de Joaquín Barral y un sobrero de Bernardino Jiménez que precisamente le correspondió a él y con el que se lució, siendo ovacionado pese a no acertar con los aceros. Cuando sale del toril su segundo enemigo ya está el torero, de rodillas, para recibirle con una larga a porta gayola, siendo empitonado por su oponente por el muslo derecho, destrozándoselo y rompiéndole las venas de mayor importancia. Atendido inmediatamente por sus compañeros de cartel, que tratan de taponar el enorme boquete con sus manos para tratar de evitar en lo posible la enorme hemorragia, el banderillero Rafael Sobrino, que presenciaba la corrida desde un tendido bajo, le practica un torniquete con su propia correa, siendo rápidamente trasladado a la enfermería, donde el ya citado doctor Vila, en unión de su equipo médico, le opera sin perder tiempo, consiguiendo evitar la pérdida de sangre. El pronóstico de gravísimo confirma la tremenda impresión producida en el respetable que viera aterrado el chorro de sangre que brotaba de la herida. Tan importante cogida requirió un proceso de recuperación muy delicado. Valiente hasta la temeridad, fino artista en ocasiones, pundonoroso siempre.
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