Matador de toros nacido en Madrid el 3 de diciembre de 1963, aunque se le considera chiclanero, localidad donde naciera su padre, el espada de alternativa del mismo nombre, El primer triunfo que le tengo anotado se refiere a su actuación del 15 de diciembre de 1980, en Higuera la Real, donde le concedieron las dos orejas y el rabo de una res de la divisa de Salvador Guardiola, y ya el 28 de febrero de 1981 torearía su primera función con picadores en Alcalá de Guadaira, donde alternó acertadamente con Pedro Santiponce y Jaime Malaver en la lidia de ganado de diversos hierros. Participó en cinco corridas durante tal año y en nueve en el siguiente, en el que se anotó una magnífica tarde el 22 de agosto en Tarazona de la Mancha, al llevarse cuatro orejas y un rabo de astados de la ganadería de Isabel Sánchez, en presencia de Fernando Galindo y Julián Maestro. La campaña de 1983 fue la de su definitivo estirón, al llegar a treinta y cinco los contratos cumplimentados, de los que cabría destacar los del 19 de marzo, su presentación en el coliseo de Las Ventas, de Madrid, con astados de la vacada de Camaligera, en la que le acompañaron Fermín Vioque y el citado Santiponce, con el resultado de una labor aceptable; el del 17 de abril en la Monumental de Barcelona, donde le otorgaron una oreja de un ejemplar de la divisa de Baltasar Ibán, ante Rafael Perea, Boni. Y Manuel Cascales: el del 13 de agosto en la plaza francesa de Béziers, en la que recibió una cornada en el muslo derecho, propinada por un novillo del hierro lusitano de Ortigão Costa, percance presenciado por Manuel Fuentes y Miguel Lagravére; el del 12 de septiembre en Cartagena junto a Francisco José Ruiz y Antonio Cutillo, con el premio de tres orejas de pupilos de la ganadería de El Romeral; el del 28 del mismo mes en Algemesí, con Sánchez Marcos y el rejoneador Manuel Vidrié como compañeros de cartel, con botín de cuatro orejas de astados de la vacada de Joaquín Buendía, amén del trofeo de triunfador de aquel serial de novilladas, y, finalmente, el del día siguiente en Corella, de donde trajo un apéndice de una res de la divisa de Camaligera cuando competía con Malaver y Luis Miguel Campano.

Entre las jornadas reseñadas de la temporada de 1984, en la que se vistió de luces en cuarenta y cuatro oportunidades, figuran la del 25 de marzo en Castellón, delante de Victorino Martín y Álvaro Amores, al ganar tres orejas de bureles del hierro de Cortijoliva; la del 15 de abril en Béziers, al ganar el trofeo del Catavinos de Plata a Manuel Cascales y Francisco Leal, con astados de la divisa de Eduardo Miura en juego: la del 6 de mayo en el coliseo romano de Nimes, donde el premio es un capote de paseo en competencia con Lucio Sandín y Joél Matray y reses de la vacada del marques de Domecq sobre la arena; la del día 20 del mismo mayo en Castellón, al obtener un total de tres orejas de la ganadería de El Jaral de la Mira, delante de Álvaro Amores y Alberto Ballester; la todavía más importante del 16 de junio en su Chiclana de Adopción, con cuatro orejas y dos rabos para el esportón de elementos de la vacada de Felipe Bartolomé, hazaña contemplada por Lucio Sandín y David Oliva, hermano del triunfador; la del 6 de julio en los sanfermines pamplonicas, donde el mocerío navarro pidió y obtuvo una oreja de cada uno de los novillos de la divisa de Cebada Gago que le correspondieron, con Lucio Sandín y Diego del Real de compañeros de terna, y, como brillantísimo broche de cierre, la del 2 de septiembre en la plaza de la Real Maestranza sevillana, de donde saldría a hombros por la puerta del Príncipe tras haber cortado tres orejas de cornúpetas del hierro de José Murube, delante de Manuel Tirado y Francisco Mahíllo, Paco Machado. A comienzos de la temporada de 1985 toma la alternativa el 19 de marzo en El Puerto de Santa María, al cederle Rafael de Paula, en presencia de José Luis Feria, Galloso, la muerte del toro Bocinazo, de la ganadería de Gabriel Rojas. El éxito acompañó en tal efeméride al toricantano, que cortó tres orejas. No tarda el confirmar su doctorado en Madrid, lo que lleva a cabo el posterior 26 de mayo en plena Feria de San Isidro, actuando Francisco Ruiz Miguel y Luis Reina de padrino y testigo, respectivamente, de la ceremonia. Se corrió un encierro de la ganadería de Pablo Romero (Grapero fue el de la confirmación) y el neófito no se llevó trofeo alguno. Si lo hizo el 7 de agosto en San Fernando, al cortar las dos orejas de un toro de la vacada de Marcos Núñez y otras dos de otro de Manuel Álvarez Gómez, lo que pudieron testificar Ruiz Miguel y Vicente Ruiz, El Soro. El 21 de septiembre, en Écija, le hacen entrega de tres orejas de astados de la divisa de Ramón Sánchez, delante de Galloso y José Luis Vargas, mientras el 18 de octubre, en Jaén, la cosecha se eleva a tres orejas y un rabo de morlacos del hierro de Arauz de Robles, en festejo televisado en directo, en el que asimismo tomaron parte Ruiz Miguel y Tomás Rodríguez, Campuzano. Dio por termina su campaña en estas latitudes tras participar en treinta y tres festejos mayores y marcha seguidamente a Colombia, donde actuaría en diversas ferias, como la de Cali, donde se dejaría ver el 29 de diciembre de 1985 y el 3 de enero de 1986, la primera con José Antonio Rodríguez, Campuzano, y Jaime Rocca, y ganado de Salento y tres orejas de premio, y la segunda con José Ortega Cano y César Rincón, astados de Fuentelapeña y dos apéndices a su favor. También intervino en la feria de Medellín, el 26 de ese enero, con fallo a espada, teniendo que escuchar un aviso presidencial en cada uno de sus toros, de la divisa de Vistahermosa, de lo que dieron fe Jaime González, El Puno, y Víctor Mendes. Deja un inmejorable sabor de boca ante la afición madrileña en la isidrada posterior, con el gran descalabro de no acertar con el estoque, que nunca la suerte suprema fue la que mejor práctica nuestro diestro. Inmediatamente se saca la espina, el 26 de mayo, en Córdoba, al cortar las das cuatro orejas de los toros de su lote, de la ganadería de Ramón Sánchez, lo que admiraron José Antonio Campuzano y Víctor Mendes. Al día siguiente y También en la ciudad de los Califas, tras llevarse un apéndice de su primer oponente, de la vacada de El Torero, es herido de Gravedad en el muslo izquierdo, ante Pedro Gutiérrez Moya, Niño de la Capea, y Juan Antonio Ruiz, Espartaco. El 19 de julio en La línea de la Concepción, hace el paseíllo entre José María Manzanares y Espartaco y vuelve a obtener tres orejas, ahora de reses de la divisa de Cebada Gago, galardones que suben a la cifra de cuatro el 6 de septiembre, en Villanueva del Arzobispo, de pupilos del hierro de Sepúlveda, con José Fuentes y Juan Rivera de testigos de excepción. Se coloca en un magnífico lugar de su escalafón al sumar cincuenta y un ajustes en esa temporada de 1986, para viajar nuevamente a Colombia en aquella invernada. Vuelve a Madrid el 12 de abril de 1987 y el público le obligaría a dar una vuelta al anillo después de despachar a cada uno de los ejemplares de su lote, ambos de la ganadería de Martín Peñato, en espectáculo que completaban Galloso y Tomás Campuzano. Las cosas se ponen grises en los años siguientes, pese a que Emilio nunca perdió la ilusión y siempre mantuvo la fe para salir adelante. Pero suma pocos contratos en cada temporada. Pasa largas temporadas en blanco y su nombre vuelve a resurgir en 1998, pero al año siguiente, con solo dos actuaciones (ambas en Madrid) se viste de luces por última vez el 8 de agosto de 1999, en Las Ventas, con toros de José Escolar. A principios de 2003 anunció una reaparición que llevó a cabo el 1 de mayo en Plasencia, con corte de tres orejas, y actuó en dos corridas más ese año. Esa temporada fue la última en en que se vistió de luces. 16 – 02 – 2024 , El torero chiclanero Emilio Oliva Baro, de 60 años de edad, falleció ayer en el Hospital Universitario de Puerto Real, donde se encontraba ingresado. Tras ser velado en el Cementerio Mancomunado, sus restos serán trasladados hoy a las 11.30 horas hasta la Iglesia de San Telmo, donde se le podrá decir el último adiós hasta las 13 horas, cuando se oficiará una misa por su eterno descanso.