
Aunque nacido en Almazora (Castellón) –el 3 de enero de 1952— se ha criado en Zaragoza, y por lo tanto se le considera como nacido en la capital de Aragón, donde cuenta con muchos adeptos que siguen con gran interés sus campañas. Se presentó en Madrid como novillero el 28 de marzo de 1971, o sea en la misma novillada que lo hizo Antonio José Galán, y la alternativa la recibió en Zaragoza el 23 de mayo siguiente, concedida por Palomo Linares, con Miguel Márquez de testigo y toros del Conde de la Corte. Este ascenso lo confirmó en Madrid con gran éxito, el 15 de mayo de 1977, mediante cesión de trastos que le hizo Manolo Cortés en presencia de Julián garcía, lidiándose en tal corrida toros de la ganadería de Galache. Sus éxitos en dicha temporada le permitieron ir escalando un codiciado puesto; se fueron sucediendo los triunfos, tanto en Madrid como en las veraniegas corridas de las plazas del Norte, pero una cornada grave que sufrió en Barcelona el 10 de septiembre cortó su brillante campaña, y por esto no pudo torear más que 28 corridas. Se trata de un joven diestro en quien, tanto la crítica, como los públicos que han presenciado sus éxitos, fundan esperanzas halagüeñas, las cuales celebraremos ver confirmadas. Hasta 1980 actuó en más de 200 corridas de toros en las principales ferias y plazas, incluyendo las de Bilbao, Sevilla, Madrid, Pamplona, Vitoria, Barcelona, Gijón y Zaragoza. Ha obtenido, entre otros, los siguientes trofeos: Premio de la feria de San Isidro de 1972 a la mejor faena; Concha de Oro de San Sebastián, Corona de Aragón de la feria del Pilar zaragozana; trofeos a la mejor estocada en las ferias de Bilbao, Pamplona y Huesca, además de otras distinciones. Ha sufrido percances con cierta frecuencia: dos graves cornadas en las plazas de Bilbao y Barcelona; en los cosos de Valencia y Tarragona fue herido en dos ocasiones, y también fue alcanzado por los toros en Pamplona, Logroño, Huesca y Quito. Estas cornadas rompieron a menudo una trayectoria que se calificaba de brillante, puesto que el toreo de Raúl Aranda es capaz de concitar el arte, en especial en el manejo del capote. Hasta la temporada 79 fue apoderado por Manuel Cisneros, ex novillero aragonés nombrado en 1978 gerente general de los asuntos taurinos de la empresa Pedro Balañá. En 1991, para conmemorar su vigésima temporada como matador, se encerró con seis toros en Zaragoza y cortó dos orejas. Su retirada definitiva llegó el 14 de diciembre de 1996, en un festival en el que actuó junto a grandes figuras de su tiempo.




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