HISTORIA DEL TORERO

AGUSTÍN PARRA VARGAS (Parrita)

Publicado el 23 de agosto de 2023
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Matador de toros, nacido en Córdoba el 21 de marzo de 1955, hijo del espada del mismo nombre y apodo y bisnieto, por rama materna, de doña Angustias Sánchez, madre del desventurado Manuel Rodríguez, Manolete. Su prosapia torera es, por tanto, evidente y desea ser un nuevo eslabón de su linaje. Residente en Madrid desde muy niño, se enfrenta por primera vez a una vaquilla en una finca del ganadero Emilio Arroyo en 1970. No le faltan oportunidades para torear en el campo y durante la siguiente temporada ciñe su primer traja de alamares en Daimiel (Ciudad Real). Para comenzar a intervenir en novilladas con caballos elige la plaza Monumental de Barcelona. Allí hizo el paseíllo el 17 de marzo de 1974 junto a Carlos Escolar, Frascuelo, y Paco Alcalde para dar cuenta de ganado del hierro de Los Campillones, agradando sus maneras y dando una vuelta al anillo tras dar muerte a su segundo oponente. El 10 de agosto de 1975, en Gijón, recibe un puntazo de un astado de García Ibáñez ante sus compañeros de terna Pepe Pastrana y Luis Miguel Moro. Se despide como novillero el 23 de mayo de 1976 en Valencia, donde alterna acertadamente con Alfonso Galán y Paco Aguilar en la lidia de un encierro de Diego Romero. Cuatro fechas después, día 27, recibe la alternativa en Córdoba de manos de Curro Romero quien, en presencia de Pedro Gutiérrez Moya, Niño de la Capea, le cede la muerte del toro Aguamiel, negro Jirón, número 137, con 517 kilos de peso en bruto, de la vacada de Manuel González, con el que se mostró muy torero el toricantano y pese a fallar a espadas hubo de recorrer el ruedo entre ovaciones.

El siguiente 12 de junio resultó herido de alguna consideración en el muslo izquierdo cuando toreaba en Jaén. Actuó aquella temporada en veintinueve corridas de Toros y en el invierno lo hizo en ruedos hispanoamericanos. En 1977 no cumplimenta más de doce contratos que aumentarían a veintitrés en 1978, en cuyo 18 de marzo, en corrida de las Fallas valencianas, es herido de gravedad en escroto y muslo izquierdo por un astado de Álvaro Domecq cuando alternaba con José María Dols, Manzanares, y el ya citado Niño de la Capea. Con evidente retraso se presenta en el madrileño coliseo de Las Ventas para confirmar su alternativa el posterior 19 de mayo –séptima corrida del serial de San Isidro–, apadrinado por Ángel Teruel, con el mencionado Manzanares de testigo del protocolo. Se lidiaron astados de la vacada de los herederos de Baltasar Ibán y el revalidado desaprovechó la oportunidad de alzarse con un triunfo sonado, que hubiera repercutido en toda nuestra piel de toro al ser televisada en directo tal función. Vuelve al mismo coso el inmediato día 2 de julio para mejorar su labor, sin llegar a redondear el éxito. Le acompañaron en la arena en tal fecha Santiago Martín, El Viti, y Andrés Vázquez, con quienes lidió cuatro reses de la ganadería de Los Guateles y dos de los Herederos de Carlos Núñez. En el transcurso de la temporada de 1979 participa en siete corridas, en las que únicamente cortaría una oreja, no escaseando sus flojas actuaciones, como la del 25 de mayo en su Córdoba natal, en la que escucharía un aviso durante el muleteo de su primer enemigo, de Juan María Pérez-Tabernero, en presencia de Antonio José Galán, José Luis Feria, Galloso, y Manuel Ruiz, Manili.

Su evidente apatía tiene el previsto resultado de un rápido descenso en el número de sus contratos, que no pasan de tres en 1980 y de tan solo uno en las dos siguientes campañas. El 5 de septiembre de 1982 viste su postrer traje de luces, en el madrileño coso de Las Ventas, donde alterna, sin especial lucimiento, con Raúl Aranda y José Ibáñez en la lidia de cinco astados de Núñez Hermanos y uno de la vacada de Terrubias. Y así se puso fin a una corta carrera taurina, que pudo alcanzar, indudablemente, cortas más relevantes.

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