HISTORIA DEL TORERO

ANTONIO CHAVES FLORES

Publicado el 16 de febrero de 2022
Abel Murillo Adame logo

Es hijo del picador Chaves Moreno y natural de Sevilla, donde vio la luz el 9 de enero de 1929. Se presentó en Madrid como novillero el 19 de abril de 1948, matando reses de Sánchez Muriel (doña María) con Morenito de Talavera-chico y Rafael Yagüe; no pasaba de ser un novillero más; pero el 20 de mayo de 1950 torea en Madrid con la pareja Aparicio-Litri, obtiene un gran triunfo, le llaman el tercer hombre, da un estirón y toma la alternativa en Sevilla el 30 de septiembre de aquel mismo año, figurando Manuel Dos Santos como padrino y Calerito de segundo espada.

Con fecha 14 de mayo de 1951 vio confirmada dicha alternativa en Madrid; el otorgante fue Paco Muñoz y el testigo Martorell; los toros pertenecían a don Salvador Guardiola Domínguez; en tal año toreó doce corridas y en 1952, once… ¿a qué seguir? No vio claro el <<asunto>> y se refugió en las Banderillas.

Las ilusiones que pudo forjarse por aquel triufo en Madrid el 20 de mayo de 1950 fueron <<livianas como el placer>>, que dijo el poeta. Como subalterno, viene siendo uno de los más notables que en estos últimos años pisan los ruedos. Obró como un sabio al retroceder en categoría.

Otros datos: Muere en Sevilla, el 24 de junio de 2000. Como banderillero actuó a las órdenes de Litri, Chamaco, Miguelín, Mondeño, Palomo Linares, Angel Teruel y Santiago Martín El Viti, con el que estuvo 17 años y quien en 1979 dijo de él: “Antonio ha sido el mejor banderillero con el capote que he visto en mi vida. Era ideal, justo y medido, aparecía siempre cuando era preciso y no se le notaba si no hacía falta. Era mi ángel de la guarda”. Cuando murió, el crítico taurino Carlos Crivell escribió: “Su figura espigada escondía un torero poderoso y seguro, siempre bien colocado, exacto y medido, siempre eficaz para su matador de toros. En sus últimos años, Antonio fue de esos toreros que pasean su porte por Sevilla con torería. Fue torero y parecía torero en todo momento. Sus últimas lecciones fueron para los alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, entidad que dirigió. “Soy torero y lo seguiré siendo hasta que me muera”.

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