Torero con vocasión nonástica, dejó en el año 1964 el traje de luces para vestir el hábito de fraile dominico; pero en 1966 hubo de abandonar el claustro por motivos de salud y requirió de nuevo muleta y estoque. Su toreo es rápido y vertical, corto y tristón; pero como lo adereza con aplomo y serenidad, consigue darle una fortaleza personal que agrada a los públicos. Eso sí: su personalidad es indiscutible. E inconfufundible.
Vino al mundo en Puerto Real (Cádiz) el 7 de enero de 1934, y se presentó en Madrid el 5 de junio de 1958, para matar novillos de Villamarta acompañado de Miguelín y Trincheira; la alternativa la tomó en Sevilla el 29 de marzo de 1959, mediante cesión que le hizo Antonio Ordóñez del toro Cañamazo, de don Raimundo Moreno, con Manolo Vázquez de testigo , y en compañía de los mismos la confirmó en Madrid el 17 de mayo de 1960, con toros de don Atanasio Fernández.
Hizo vida conventual durante el año 1965, y al reaparecer, en 1966, la primera plaza que pisó fue la de Marbella (Málaga), el 1.º de abril de dicho año. Fue bien recibido por todos los públicos.
Sus estadísticas nos dicen que toreó 27 corridas en 1959, 53 en 1960, 49 en 1961, 52 en 1962, 45 en 1963, 50 en 1966, 41 en 1967 y 22 en 1968.
Su descenso a 13 corridas en 1969 es muy significativo. intervino en la película La Becerrada, en 1962. Sufrió numerosas cogidas. Se retiró en 1970 y vive en París, alejado del mundo taurino. Muere a los 88 años Mondeño, mucho más que el torero místico que se metió a fraile.
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