Un cordobés con apellido catalán. Y un torero valiente y de calidad que llegó a pisar fuerte en los ruedos, porque además de torear, mataba. Nació en la Ciudad de los Califas el 24 de mayo de 1929, y su presentación en Madrid como novillero fue el 29 de junio de 1948, alternando con Morenito de Talavera-chico y Alí Gómez en la lidia se seis novillos de Sánchez Fabrés. Fue en la misma novillada que el mencionado Alí Gómez se presentó. El trabajo de Martorell en aquel <<debut>> produjo grata impresión. Como ponía arte y emoción en cuanto hacía, se abrió paso muy pronto los novilleros y el 26 de mayo de 1949 tomó la alternatíva en Córdoba, su ciudad natad, de manos de Parrita (Agustín), con Antonio Caro de testigo y toros de don Juan Guardiola, de los cuales, el de la cesión llevaba por nombre Pato.
La confirmó en Madrid el día 16 de abril de 1950 con toros de don Ignacio Sánchez, figurando Gitanillo de Triana (R.) de padrino y Rafael Ortega Domínguez de testigo. Tanto en España como en las campañas invernales realizadas en varios países americanos demostró poseer cualidades merecedoras de todo encomio, poniendo siempre en sus actuaciones una gran voluntad de vencer.
En dicho año 1950 toreó 43 corridas; las de 1951 ascendieron a 71, que pudieron ser más sin la cornada que sufrió en Madrid el día 5 de julio; en 1952 no pasaron de 49 por impedírselo otra cornada, esta vez en Barcelona, el 29 de mayo; al final de aquella temporada se dijo que se retiraba, pero lo que hizo fue restringir sus actuaciones; estuvo ausente bastante tiempo y el 6 de febrero de 1955 fue cogido gravemente en México; en 1956 se extendió a tomar en 25 corridas y en 1957, no obstante lo que limita sus actividades, demuestra que se halla en un momento de logro y madurez propio de las grandes figuras, como lo demostró en las siete corridas toreadas en Barcelona los días 31 de marzo, 30 de mayo, 2 y 24 de junio, 28 de julio y 1 y 15 de agosto, siete corridas que fueron otros tantos airones de triunfo.
Fue una lástima que en dichos últimos años pusiera un ritmo lento en sus actividades, porque con su valentía y la calidad de su arte podía medíarselas con el más pintado. Falleciendo el 21 de mayo de 1995.
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