Matador de toros, nacido en Cehegín (Murcia) el 10 de marzo de 1971. Comenzó su andadura taurina de la mano del conocido apoderado Luis Sánchez, Guerrita, y cuando contaba solo trece años estoqueó, en su pueblo natal, el primer becerro. Se viste de luces por primera vez en Público en la localidad murciana de Los Barberos, en septiembre de 1988, actuando en la parte seria del espectáculo cómico-taurino de El Bombero Torero. Torea por los cosos de la región murciana en festejos económicos y debuta con picadores en su pueblo natal el 8 de abril de 1990, acartelado con Vicente Bejarano y Manuel Carrasco, en la lidia de novillos de Soto de la Fuente, a los que corta una oreja y las dos y el rabo. Torea mucho esta temporada de 1990, alternando hasta diciembre tardes, una de ellas en Francia. Allí se presenta, en Collioure, el 16 de agosto, con Luis de Pauloba y Julián Zamora, cortando una oreja a un novillo, el segundo de su lote, perteneciente al hierro de don Isaías y don Tulio Vázquez. La mayoría de sus actuaciones son en plazas poco importantes, haciendo un único paseíllo en plaza de segunda categoría, el 15 de septiembre, en Murcia, con Finito de Córdoba, Jesulín de Ubrique y Chamaco, que lidian ocho ejemplares de Isamamié de Clairac. Pepín hace dos faenas que se premian, cada una, con una, con una oreja, lo que le permite alcanzar la salida en hombros por la puerta grande. Diecinueve novilladas torea en 1991, dos de ellas en Francia, pero con el denominador común de no dejarse ver en plazas importantes. Solo la tarde de Almería, el 1 de enero, y la de Murcia, el 31 de marzo, son actuaciones en plazas de segunda, lo que indudablemente hace que se desconozcan sus buenas manera y su gran valor con los novillos más difíciles. Le ayuda en 1992 Alberto Aliaño, y aunque el tono de su temporada es parecido a las anteriores, todas las referencias de sus actuaciones que llegan a los periódicos hablan de un novillero que poco a poco se va cuajando y que suele entusiasmar a los aficionados más selectos. Termina con veinticuatro novilladas en su haber, dos de ellas en Francia, cuando a final de campaña llega la hora de las estadísticas. En 1993 cambia de apoderado. Su carrera la lleva desde este año Antonio Lorena. Con él comienza su temporada en Andújar, el 28 de febrero, presentándose en Barcelona el 4 de abril, con el portugués José Luis Gonçalves y Andrés Sánchez, obteniendo un importante éxito al cortar una oreja al cuarto novillo, del hierro de don José Samuel Pereira Lupi. También hace su primer paseíllo en Las Ventas, el 29 de abril, con reses de don Juan Antonio Ruiz Román y con Jesús Romero y Juan José Trujillo, que también se presentaba en Madrid, como compañeros de cartel. Su primer novillo se llama Rabicano, está herrado con el número 26, es negro, listón, bragado y meano, y pesa 457 kilos. Vistió el novillero de azul celeste y oro, y aunque se silencia su labor en ese novillo, en el segundo, con el hierro portugués de don Antonio José da Veiga Teixeira, realiza una faena que llega al público y se premia con una oreja. Fernando Bermejo, en El Mundo, dice: <<… pero el sobrero de Teixeira era de lío. Realizó una faena más vibrante que profunda, rematada con un estoconazo>>. Se vio en el novel novillero el de antaño, el que no se deja ganar la pelea, y se destacó la soltura con que manejó el capote. Repitió el triunfo de Barcelona el 30 de mayo, cortando de nuevo una oreja, esta vez de un ejemplar del señor Heredero del conde de la Corte, mas no tiene suerte en su vuelta a Las Ventas, plaza en la que se silencia su trabajo la tarde del 10 de junio. Pero tres días más tarde, en Valencia, con un novillo de la divisa de El Jaral de la Mira, su entrega y calidad en la faena se premian con dos orejas cuando dobla el segundo de su lote. Repite en la capital del Turia el 24 de julio y de nuevo se lleva al hotel un apéndice de un novillo de don Joaquín Núñez del Cuvillo. El 8 de agosto se presenta en Sevilla, con Juan José Padilla y Alberto de la Peña, para lidiar un encierro de doña María Luisa Domínguez Pérez de Vargas, consiguiendo dar la vuelta al ruedo en el cuarto de la tarde. Vuelve a la Maestranza sevillana el 26 del mismo mes, con idéntico resultado, aunque esta vez hubo cierta petición de oreja en el segundo novillo que estoqueó, del hierro de doña Rocío de la Cámara Ysern. Se despide de novillero en la importante feria de novilladas de Arganda del Rey (Madrid), el 6 de septiembre. Alterna con Jesús Romero y Vicente Barrera, pero su primer novillo, del hierro de Castiblanco, lo hiere y no puede matarlo. Había intervenido en veintisiete novilladas, una en Francia. Vestido de blanco y oro, toma la alternativa en Murcia, el 11 siguiente. Ortega Cano lo doctora, al cederle la muerte de un toro de la ganadería de Torrestrella que se llamaba Banquero, marcado con el número 56, negro de capa y que dio en la báscula un peso de 500 kilos. Presencia la ceremonia Finito de Córdoba. Obtiene un resonante éxito al cortar una oreja de cada uno de sus dos toros, lo que le permite salir en hombros del coso de La Condomina.
Tiene ocasión todavía de alternar en cuatro corridas más antes de rematar, el 3 de octubre, en Antequera (Málaga), una temporada que ha finalizado bajo la dirección de Ángel Pardo. La campaña de 1994 es fundamental en su carrera. Supongo que cuando empezó no tendría más horizonte seguro que su presencia probable en la feria de Murcia, pero Madrid, siempre Madrid, lo va a poner en circulación, como se dice en el argot de los taurinos. Comenzó toreando dos tardes seguidas en su localidad natal, el 27 de febrero, cortando cuatro orejas y dos rabos a sendos toros de los señores Hermanos Sánchez-Arjona, y el 13 de marzo. La siguiente salida a los ruedos fue el 27 de marzo para confirmar en Madrid su alternativa murciana. Fue padrino de la ceremonia David Castro, Luguillano, y presencia la cesión de trastos de matar Óscar Higares. Aquel le cede la muerte del primer toro de la tarde, Piconero de nombre, herrado con el número 44, negro, listón, bragado y meano de capa, de 503 kilos de peso y perteneciente al hierro de don Manuel Ángel Millares. Vistió Pepín de rojo y oro.
La corrida del ganadero onubense fue impropia de la plaza de Madrid. Mal presentados e inválidos, y todo ellos se volvió, en parte, contra el torero. Además, Piconero calaboceaba y después de dos o tres pases se puso en condición de peligroso, hasta el punto de voltear al toricantano. Volvió a jugársela, con hambre de torero, en el que cerró plaza, con dos largas cambiadas de hinojos que calentaron el tendido. Pero nada más, aunque eso sí, no pestañeó con el difícil toro. Dio una vuelta al ruedo, un poco por su cuenta, y escuchó algunas protestas que no se justificaban contra un torero nuevo y con enormes deseos de abrirse paso en el escalafón. Su actuación le vale la inclusión en San Isidro, con una dura corrida de doña Dolores Aguirre Ybarra. Se lidia el 5 de junio y alterna con Pepín Jiménez y El Fundi. En el que cierra plaza, Comadioso de nombre, corta una merecidísima oreja.
Su notabilísima actuación le vale la repetición al día siguiente, sustituyendo a Vicente Ruiz, El Soro, con toros del señor Heredero del conde de la Corte y todos ellos con el hierro de doña María Olea Villanueva, excepto el quinto, que fue del hierro portugués de don Joaquín Manuel Murteira Grave, y Dámaso González y Niño de la Taurina de compañeros. El titular de Diario 16 es muy expresivo: <<Pepín Liria repite arrimón y triunfo>>. Saludó desde el tercio en el primero y dio, esta vez por unanimidad, una clamorosa vuelta al ruedo en el burel que cerró plaza. Sus dos tardes en la feria madrileña le abren las puertas del cartel de la tradicional Gran corrida Extraordinaria de la Beneficencia de Madrid, que ese año se celebra el 27 de junio. Alterna con los madrileños Miguel Rodríguez y Javier Vázquez, en festejo que prologa la collera formada por los rejoneadores Luis y Antonio Domecq. Los toros de lidia ordinaria pertenecen a la divisa de Samuel Flores. Una vuelta al ruedo en el primero y silencio en el segundo es el balance de su actuación. En su octava salida a los ruedos esa campaña. Después, en torero tan <<nuevo>>, y con muchas ferias ya cerradas, vendrán hasta veintiocho paseíllos más. El 15 de agosto alterna, en Sevilla, con José Luis Parada y Manolo Corona, que toma la alternativa, para dar cuenta de una corrida de don Tomás Prieto de la Cal, nada fácil.
Tuvo mérito la oreja que cortó a su primero, ya que el público sevillano pudo apreciar en este torero, además de un valor sereno, con los pies muy asentados en el albero, un diestro con técnica suficiente para resolver los problemas que le plantearon sus toros y no exento de sentimiento, algo que tanto valora aquel entendido público. Excepto en la corrida nocturna de Benidorm, el 3 de septiembre, y las tardes de Arles, Murcia, donde corta una oreja; Nimes, Lorca, Valladolid y Madrid, en la Última corrida de su campaña, en el resto de las tardes, doce en total, sale en volandas de los capitalistas cuando finaliza sus actuaciones. Ha toreado en total treinta y dos corridas de toros y de su valor ha sacado el partido que todo torero debe rentabilizar. Su esfuerzo, justamente, este año se ha visto recompensado con el general reconocimiento de los aficionados más exigentes, Intensa fue su campaña de 1995, en la que mostró su preparación, un valor envidiable y una constancia en la superación de los problemas que las corridas duras presentan a los toreros, ante las que nunca se desanimó. Comenzó toreando en enero, el día 22, en la toledana localidad de Puebla de Montalbán, estando presente también en la que era la primera feria del año, la de Valdemorillo, cortando ambas tardes un apéndice.
Se anunció en Fallas, primera plaza importante del año, haciendo el paseíllo en el coso de la calle Játiva el 14 de marzo con Manolo Carrión y Paco Senda para matar un toro de Montalvo y otro del conde de la Maza, en los que se le ovacionó. No volvió a vestir de luces en marzo y tres continuados triunfos en Cieza, donde ya había toreado el 5 de marzo, Aignan (Francia) y San Martín de la Vega, localidades en las que abandonó siempre el coso en hombros, llegan sus tres tardes de Madrid. Anunciado en Las Ventas el 19 de mayo, el 5 de junio y el 8 del mismo mes, no rehuyó, como ya es su costumbre , las ganaderías que más problemas podrían presentarle. La primera tarde, con astados de La Cardenilla y Luis Francisco Esplá y Víctor Mendes de compañeros, fue ovacionado cuando doblaron sus dos toros. Se le espera el siguiente 5 de junio, anunciado esta vez con toros de Diego Garrido y el veterano Tomás Campuzano y Rafael Camino de compañeros; salda su actuación llevándose una oreja del que cerró plaza. ABC titulaba la crónica: <<Pepín Liria, heroico, dio una gran tarde de toros>>, y es que, con un lote manso, serio, cuajado, cornalón, bronco y astifino, que parecía sacado de una corrida de primeros del siglo XXI, el propio torero reconocía: <<A veces me asusto de mi propio valor>>. Fue una oreja que premiaba, efectivamente, el valor, pero también la entrega, la técnica y el oficio de un diestro dispuesto a mantenerse en los puestos cimeros que con tanto esfuerzo ha conseguido. Todavía le quedaba otro plato fuerte en tercer paseíllo en San Isidro. Esta vez con los toros de doña Dolores Aguirre Ybarra, al tercero de los cuales se le dio una polémica vuelta al ruedo, aunque tal y como se lidia hoy día, sobre todo en el primer tercio, la incertidumbre en torno a la bravura de un toro y la forma de medirla está presente en cada festejo. No le correspondió a Pepín en su lote y no llegó al tendido como en la tarde anterior, eso sí, de nuevo dio muestras de un valor y entrega sin límites.
Terminó San Isidro revalorizado, lo que probablemente pesó en el resto de la campaña de 1995. Actúa después en las islas Azores, Zamora, Albacete y Soria, cortando una oreja en cada una de las capitales españolas, siendo los astados respectivos de Soto de Luis, Domingo Hernández y conde de la Corte. Es el preludio del que probablemente sea su mayor triunfo en la temporada. Un éxito que llega el 9 de julio, en Pamplona. Se acartela con Cristo González y Javier Vázquez, en un festejo que prologa el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, para matar otra corrida de doña Dolores Aguirre Ybarra, y de cada astado de su lote se lleva una oreja, asustando con su valor, y es difícil, a los pamplonicas. Muy merecidos los apéndices que obtuvo, aunque al parecer no le sirvieron para actuar en territorio español. Sin embargo, lo hace, en dos ocasiones, en Francia, concretamente en Béziers y Mont-de-Marsan, sin nada especial reseñable. En agosto interviene en once paseíllos, estando presente en las ferias de Gijón, Bilbao, San Sebastián de los Reyes, con salida en hombros, y Colmenar Viejo, donde con menos fortuna vuelve por tercera vez a matar un lote de doña Dolores Aguirre. Está Pepín presente en las más importantes ferias septembrinas, y de las quince actuaciones que suma, en trece toca pelo y en diez abandona el coso en hombros. Entre ellos, el de Murcia, el día 9, con toros de Torrestrella y Ortega Cano y Enrique Ponce de compañeros; también en Murcia, el siguiente día 13, se lleva otras dos orejas, esta vez de un toro de Jandilla, alternando ahora con Finito de Córdoba y El Cordobés, y luego, en Salamanca, el día 17, con un toro de doña Carmen Borrero y otro de don Dionisio Rodríguez, y Óscar Higares y Andrés Sánchez en el cartel.
Al final de la campaña discurre por cauces parecidos, volviéndose a encontrar con los toros de doña Dolores en Madrid, el 12 de octubre, con Óscar Higares y Javier Vázquez de compañeros; pero esta vez los astados con demasiadas dificultades, que no son tapadas, como en San Isidro, con la vuelta al ruedo al toro que en aquella ocasión mató El Fundi. La corrida, bronca y mansa, no permitió el lucimiento de los diestros y Pepín Liria no pudo hacer otra cosa que mostrar su indudable valor y ganas de agradar a quien sostiene el espectáculo. Ha finalizado la campaña con cincuenta y cuatro corridas, tres de ellas en Francia y una en Portugal, y con el respeto de los aficionados. Su tesón, su valor y su toreo con la mano izquierda hacen concebir fundadas esperanzas en este joven murciano. La emporada de 1996 consolida su puesto con grandes triunfos, muy por encima de todos el conseguido en Sevilla en las tres tardes que actuó. La primera tarde fue la del 18 de abril, en la que cortó una oreja y dio una vuelta al ruedo con toros de Victoriano Martín Andrés, El Tato tuvo idéntico resultado. Estos dos toreros arrancan muchos elogios en el coso del Baratillo y durante poco tiempo se les quiso unir en pareja con corridas de este tipo. Regresa el 23 de abril sustituyendo a Vicente Barrera y con toros de Los Guateles vuelve a repetir resultado: una oreja y vuelta. Cuatro días después vuelve, esta vez lidiando toros de Sánchez de Ybargüen. Cortó una oreja a cada toro y salió por la puerta de cuadrillas, algo resignado, pues su compañero de terna El Tato se iba por la puerta del Príncipe después de haber cortado tres orejas. Esa misma temporada es declarado triunfador de la feria de Murcia. Termina año actuando en 80 corridas y supera la centena de orejas. La temporada de 1997 la concluye con 60 corridas y supera con creces el centenar de orejas.
Consigue por fin salir por la puerta del Príncipe de Sevilla. Lo consiguió el 1 de mayo, en la que tras lidiar seis toros de Sánchez de Ybargüen con motivo de la Corrida de la Prensa cortó tres orejas y dio una vuelta al ruedo. Antes había vuelto a salir por la puerta de cuadrillas tras conseguir dos orejas en esta misma plaza el 11 de abril. En esa misma campaña es declarado triunfador de la feria de Granada y corta una oreja a un toro de Cuadri en Madrid el 4 de junio. En la temporada de 1998 termina con 55 corridas y corta cerca del centenar de trofeos. La temporada de 1999 tiene un diseño parecido a las pasadas, se cimenta en Sevilla, donde celebra un mano a mano con El Tato lidiando toros de Victorino Martín sin mayor mención a causa del pobre juego de los toros.
Da una vuelta al ruedo en la segunda tarde que torea el 2 de mayo. Fue premiado en la feria de Tafalla (Navarra) como triunfador y mejor estocada; también lo consigue en la feria de Murcia y triunfa muy fuertemente con Victorinos en una tarde inolvidable para él en Bayona, consiguiendo tres orejas. Liria resultó cogido en varias ocasiones merced a su rabia y pundonor empleado; las más graves fueron en Córdoba, Madrid y Santander. Sube a 71 funciones en la temporada de 1999. Hace de nuevo doblete en la plaza de Sevilla, donde de nuevo toca pelo llevando hasta esa fecha catorce orejas en esa plaza. Triunfa en Córdoba, Logrando un trofeo. En Madrid no consigue tocar pelo, pero si en la Feria del Corpus de Granada, donde el 6 de junio cortó dos orejas; repite este éxito en la plaza de Santander y Huesca. Y, cómo no, vuelve a ser profeta en su tierra llevándose muchos premios por sus buenas actuaciones. La primera temporada del segundo milenio la termina con 45 corridas y más de media centena de orejas. Una consigue en la Feria de Fallas de Valencia a un toro de Carmen Lorenzo tras una buena estocada.
La tarde del 22 de abril firma en Arles una gran faena a un toro de Baltasar Ibán premiado con la vuelta al ruedo, de nombre Camarito. Cortó las dos orejas de ese toro y una más, saliendo por la puerta de los Cónsules. Triunfa con dos orejas en Murcia en un festejo celebrado el 23 de abril. No tiene suerte en su doblete en Sevilla ni tampoco en Madrid. Una de las mejores páginas que firma fue el 24 de junio en la feria de Badajoz, donde indulta al toro de nombre Pelotero, perteneciente a la ganadería de Victorino Martín, logrando las dos orejas y el rabo simbólicos. Sin duda que aquella tarde fue un hecho excepcional, saliendo en hombros con el mayoral de la ganadería. El 20 de julio sufre una cogida grave causada por un toro de Victorino; lástima, porque sus compañeros triunfaron en aquella ocasión. Este percance lo tiene parado bastantes días, volviendo a triunfar el 5 de agosto en Valdepeñas (Ciudad Real). El Puerto de Santa María (Cádiz) es escenario el 18 de agosto del triunfo de Liria, que consigue dos orejas. De nuevo es proclamado triunfador de la feria de Murcia. En Zaragoza firma una buena tarde, dando dos vueltas al ruedo tras petición desatendida y una más a toros de Cebada Gago. La temporada de 2001 la acaba con 43 corridas. Dos orejas corta en Jaén la tarde del 25 de febrero, dos y cuatro orejas consigue en sendos festejos celebrados en Murcia. En el doblete que hace en la feria de Sevilla justifica su contratación cortando dos orejas la tarde del 5 de mayo, una a cada toro de Cebada Gago. En Madrid consigue una oreja el 3 de junio a un ejemplar de Samuel Flores. El 25 de agosto triunfa rotundamente en la feria de Almería tras cortar tres orejas a toros de Santiago Domecq. Por enésima vez es profeta en su tierra cortando cinco orejas en las tres tardes anunciado, en dos de las cuales salió en hombros. A 47 corridas asciende su temporada de 2002. Vuelve a tocar pelo en Sevilla: tras lidiar dos toros de Cebada Gago el 20 de abril, consigue una orejas; en la tarde anterior no había conseguido triunfar. El 27 de abril indulta un toro de Nazario Ibáñez en Yecla (Murcia); le dan las dos orejas y el rabo simbólicos. Esta temporada de 2002 no parece ser tan contundente como las anteriores en cuanto a número de triunfos conseguidos en plazas de relevancia.
Salva el honor en Murcia, con dos orejas en una de las tardes que torea en feria, corta una oreja en Alicante y otra en Valencia y cuaja una gran actuación en Huelva, cortando dos orejas el 1 de agosto a toros de Celestino Cuadri. La temporada de 2003 la termina con 36 corridas; esta cifra le impide pasar al grupo especial de matadores. Pese al bajo número de festejos y a que es muy raro que Liria viaje en el invierno a tierras americanas, la temporada tiene aspectos muy positivos, como fue el indulto a un toro de Cebada Gago el 22 de junio en Istres (Francia), al término de cuya proeza le dieron las dos orejas y el rabo simbólicos. Apenas tres meses después vuelve a ser profeta en su tierra: se entretiene en cortar numerosos trofeos en dos de sus actuaciones en el coso de La Condomina, pero ningunos tan emotivos como las dos orejas y rabo simbólicos que le conceden después de haber indultado a Sevillano, perteneciente a la ganadería de Torrestrella, el 17 de septiembre. No tiene suerte en Sevilla y Madrid, en las que torea dos veces en cada una. Lidia Fundamenta sus campañas en los éxitos logrados en estas dos primeras citas, y eso parece pesarle mucho en la temporada, pues en ningún momento figura en los primeros lugares del escalafón. Abundan los festejos en plazas menores y hay que esperar a Alicante y Béziers (Francia) para encontrar un triunfo incontestable; en Arles (Francia) tampoco tuvo una mala actuación en uno de sus toros, cortando una oreja. Baja notablemente el número de festejos que lidia en la temporada de 2004; a 27 asciende la cifra, muy inhabitual en este torero. En Sevilla y Madrid solo torea una tarde en las ferias de abril y San Isidro, siendo lo más destacado en cuanto a resultados la vuelta al ruedo que dio en el coso del Baratillo después de haber finalizado la lidia de un toros de Cebada Gago.
A Madrid volvería en otoño para lidiar otra vez un encierro de Adolfo Martín. Sufre una cogida muy fuerte en la corrida que lidia en Pamplona, que le infiere un toro de Cebada Gago; después de cortar una oreja pasa a la enfermería para ser atendido de una cornada en la cara interna del brazo derecho con una trayectoria de ocho centímetros que afectó la vena cefálica y desgarró el músculo bíceps. En esa misma corrida sufrió una cornada en el muslo Luis Miguel Encabo, algo que ya había ocurrido en la corrida que habían lidiado en Madrid de Adolfo Martín. Aquella tarde de San Isidro se había jugado la barba con una corrida encastada y llena de dificultades en el juego de los toros. Liria había sido atendido en la enfermería de Las Ventas de una herida por asta de toro en el tercio medio de la cara posterior del muslo izquierdo, con una trayectoria ascendente de 15 centímetros, sin afectación neurológica. También se le apreciaron contusiones y erosiones múltiples de pronóstico menos grave. Una temporada sin duda muy dura para el torero murciano. No hay duda de que este bravo torero recupera en 2005 a base de corridas el rastro de sangre dejado en la temporada pasada. Liria suma 50 corridas y se sitúa otra vez en los quince primeros puestos del escalafón. En Sevilla da una vuelta al ruedo tras lidiar palhas, una ganadería que le depara un grandísimo éxito el 26 de junio en Alicante. Indulta a Bandeilhito. Herrado con el número 718 y que pesó 497 kilos. Liria, que había cortado una oreja en su primero, paseó las dos orejas y rabo simbólicos. Su paso por Madrid no le da para mucho; tampoco en Pamplona, donde es ídolo de la afición navarra. Vuelve a Alicante ya en el mes de agosto, sin duda espoleado por el éxito de la feria, y repite triunfo cortando tres orejas a un encierro también portugués perteneciente a la ganadería de Ortigão Costa. En la Coruña lo anuncian con una corrida más dulce a lo acostumbrado, y lo agradece cortando dos orejas a un toro de Juan Pedro Domecq. Muy en rachado indulta en Baeza (Jaén) un toro de Fuente Ymbro, recibiendo dos orejas y rabo simbólicos. En El Puerto de Santa María (Cádiz), Almería y Albacete corta una oreja en cada una de sus actuaciones. Vuelve a ser profeta en su tierra, logrando triunfar en las dos tardes que tiene. Ya al final de la temporada corta una oreja y da una vuelta al ruedo en la plaza de Logroño después de haber lidiado tres toros de Cebada Gago, uno en sustitución de López Chaves, herido. La temporada de 2006 llega a sumar 47 corridas comenzándola muy bien en Murcia con tres orejas y en Sevilla con una cornada a toros de Victorino Martín. De nuevo es herido en Madrid en la corrida goyesca del 2 de mayo y otra vez le tropieza un toro de Adolfo Martín, impidiéndole seguir con la lidia del segundo toro que le aguarda en toriles y también quitándole de sus compromisos posteriores en Madrid y en otras plazas . Se resarce de ello en ferias como Granada, cortando dos orejas. En Alicante corta una oreja a toros de Palha. Pontevedra es otra de las plazas en la que resulta aclamado después de cortar tres orejas a toros de Victorino Martin, que dieron un excepcional juego, siendo premiados tres de ellos con la vuelta al ruedo en el arrastre. Diez orejas y un rabo resume su paso por la feria de Murcia, dos de ellas y rabo simbólicos al haber indultado un bravo Zalduendo, ganadería que esa misma tarde vio cómo otro toro regresaba al campo tras ser indultado por Enrique Ponce. Termina así otra fenomenal temporada de este bravo torero.
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