HISTORIA DEL TORERO

FERNANDO LOZANO PEREA

Publicado el 11 de marzo de 2023
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Matador de toros nacido en México D. F. el 27 de junio de 1963, hijo del espada Pablo. Muy pequeño se trasladó a San Luis Potosí, por lo que algunos lo consideran nacido allí. Su madre, también considerada mexicana, nació en España, pero con muy poca edad llegó, precisamente, a San Luis Potosí. Debutó como becerrista en el espectáculo cómico-taurino de El Toronto, en Pontevedra. Participó en el festejo que tuvo lugar el 6 de septiembre de 1981 en Cabra (Córdoba), donde hubo de dar una vuelta al ruedo tras estoquear una res de la vacada de Lorenzo y Alejandro García. Unos años después, el 15 de agosto de 1982, también en esa ciudad gallega, se viste de luces por primera vez. Durante la campaña de 1984 tomó parte en tres festejos con caballos, uno de ellos el celebrado el 9 de septiembre en el Coliseo Balear, de Palma de Mallorca, donde alternó con Luis Cancela y Ángel Leira en la lidia de cuatro astados de la divisa de El Campillo y dos de la de Juan María Pérez-Tabernero. Se luce especialmente con su segundo oponente, del que le concederían una oreja. En la posterior campaña de 1985 participó en dos funciones picadas. Su popularidad le llegó en 1986 al formarse un cartel, junto a Miguel Báez, Litri, y Rafael Camino, de hijos de afamados diestros de un ayer próximo. Sus triunfos se sucedieron entonces, como los que alcanzó el 20 de abril en Guadalajara, al cortar una oreja de cada uno de los bureles del hierro de Flores Albarrán que formaron su lote y pese a recibir un puntazo corrido en el muslo derecho, lo que no le impidió estar el siguiente domingo, día 27, en Yepes para llevarse un total de cuatro orejas y un rabo de novillos de la ganadería de José Luis Marca. Al Proseguir formando terna con Litri y Camino no se interrumpe su balance positivo. Sirvan de ejemplo los alcanzados el 11 de mayo de ese año de 1986 en Pozoblanco, donde le otorgaron tres orejas de bureles del hierro de El Torreón, o el del 13 de julio en Ondara, donde recibe el mismo número de trofeos de ganado de la divisa de María Montalvo, o, finalmente, el del posterior día 26 en Valencia, donde corta una oreja de cada uno de los novillos de su lote, uno de la vacada de Los Guateles, y otro de la de Jandilla.

En el mes de agosto tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de una lesión ósea que padecía en el hombro derecho, cuya lenta recuperación le hizo perder buen número de contratos. Pese a tan desagradable circunstancia cerró el año con veintidós novilladas en su haber. Prosiguen sus tardes triunfales durante 1987, y así el 1 de mayo, en Mérida, corta las cuatro orejas de los astados de la vacada de Ignacio Pérez-Tabernero que le correspondieron, efemérides que fue presenciada por Miguel Báez, Litri, y Rafael Camino. La ceremonia de su alternativa tuvo lugar el 30 de julio en la plaza de la calle de Játiva, de Valencia, actuando Juan Antonio Ruiz, Espartaco, y  Vicente Ruiz, El Soro, de padrino y testigo, respectivamente, del protocolo. El éxito acompañó al toricantano, que se llevó una oreja del toro Cigarrero, número 45, negro, de 505 kilos, del hierro de Sepúlveda y otra del de Marcos Núñez que cerró el festejo. Está en el omento preciso para elevar su crédito a zonas muy elevadas. Esa temporada de 1987 actuó en trece corridas, y de los veintiséis toros que estoqueó consiguió cortar el mismo número de orejas. Tuvo en 1988, con su participación en las dos primeras ferias del año, Castellón y Valencia, un discreto comienzo. Tampoco, como era previsible y lógico, se anunció en el abono madrileño, actuando en mayo solo una tarde, en Benidorm. Al diestro, en casa de toreros, apoderados y empresarios con sobrada experiencia, le están planteando una temporada razonable.

Sí se deja anunciar en la feria de Granada, y con Rafael de Paula y Espartaco, dos figuras ya veteranas, el 3 de junio, corta una oreja al tercero de la tarde, que lleva el hierro de don Francisco Campos Peña. Pocos días después, en su siguiente comparecencia, el 19 del mismo mes, en Barcelona, solo puede matar un toro, al ser herido, de carácter grave, dice el doctor Olsina, por su primer toro, del hierro de Montalvo, cuando realiza la suerte suprema. Era la primera vez que actuaba en ese ruedo catalán. Reaparece en Soria el 29 siguiente, y con la llegada de julio, el día 1, en Burgos, alcanza su mejor tarde del año. Alterna con Ortega Cano y Juan Antonio Ruiz, Espartaco. Los toros que se lidian son del hierro salmantino de don Francisco Galache de Hernandinos. Al tercero lo arrastran sin una oreja y al que cierra plaza sin las dos, mientras los aficionados levantan en hombros al madrileño, porque, aunque, aunque nacido en México, así hay que considerarlo. Tiene una actuación digna en  Pamplona, el 13 de julio, y el 22 siguiente también hace una gran faena a  un toro del señor Jiménez Prieto, al que corta una oreja, en la feria de Santander. Once veces hace el paseíllo en agosto para continuar depurando su técnica, que heredada y aprendida ya la tiene , y adquirir cada día más conocimientos del toro. Además, dice Barquerito de su campaña: <<Igual de quieto que Fernando Lozano se ha quedado alguna tarde. Más quieto que él, nadie>>. Y lo que son las cosas, después de triunfar en Salamanca, cuando los pies tienen que volar, en la suerte de volapié, en Valladolid, el 22 de septiembre de nuevo, esta vez un toro de doña Rocío de la Cámara Ysern le infiere una grave cornada a cambio de una oreja. Era el quinto de la tarde, y sería el último de su temporada, a la que pone fin en la ciudad castellana. Ha toreado treinta y dos corridas de toros, todas ellas en suelo español. No hay torero, dice también Barquerito, <<que en 1988 haya progresado más que Fernando Lozano>>, por lo que verdaderamente se espera mucho de él en el año siguiente. En enero de 1989 torea en Cartagena de Indias y en Bogotá, los días 9 y 22, respectivamente. El primer día corta una oreja de un ejemplar de Pimentel y el segundo, en la plaza Santamaría, con Manili y César Rincón, confirma en la capital colombiana la alternativa. Mató dos toros con la divisa de don Ernesto González y uno con el hierro de Garzón, sobrero que regaló y que indultó. El 29 de enero ya se viste de luces en España, en la localidad de Vinaroz. No vuelve a los ruedos hasta el 11 de marzo, al parecer, así al menos se desprende de unas declaraciones suyas, por una lesión en un dedo que se produce en Colombia. Pierde de esta manera la oportunidad de estar en las primera ferias y lo que no parece conveniente, no se anuncia en San Isidro. De nuevo es en Granada, plaza que se le da particularmente bien, donde cuaja una de sus mejores faenas. Es con un toro de Torrealta, al que corta una oreja, en  cartel que comparte con Manili y Espartaco. Corta otra en Villarrobledo, el 28 de mayo, a un toro de la divisa de El Torreón, pero ya no se viste de luces hasta el 21 de junio, en Alicante, tarde en la que recorre el anillo tras la muerte de sus dos toros. El 29 siguiente alterna con Ortega Cano y Joselito, en Burgos, para matar una corrida de don Gabriel Rojas Fernández, que luego se remendaría con un toro de Lora Sangrán.

Al torear de capote al sexto, este hizo un extraño y le prendió. Tras una primera cura en la enfermería del coso se le trasladó a la clínica de la Cruz Roja, donde se le intervino quirúrgicamente. Llevaba Fernando dos cornada, una en cada muslo, y el pronóstico de su estado fue calificado de grave. La convalecencia, en la mitad de la temporada, le hace perder contratos y no puede reaparecer hasta el 22 de julio, en Santander. Alterna con Víctor Mendes y Fernando Cepeda y estoquea un toro de don Juan Andrés Garzón Durán y otro, el sexto, con la divisa de don Gabriel Rojas Fernández, que se arrastra sin las orejas. <<Fernando –dice José Luis Suárez-Guanes en ABC—ofreció la verdad de su valor, la prueba de las envidiables condiciones que atesora para llegar alto en esta profesión. Lozano ha toreado estupendamente con ambas manos, ha dejado la muleta en la cara del toro para que cada muletazo tuviera ligazón con el anterior. Los pases de pecho han resultado magníficos; los adornos de los molinetes, oportunos. Se ha entregado con una apoteosis auténtica. De casta le viene al galgo el buen hacer con la franela del joven Lozano. Si su padre fue buen muletero, que se codeó con los mejores, hoy por la puerta grande de Santander han sacado a hombros a ¡la otra muleta de Castilla!>>. El 15 de agosto, en la feria de Gijón, tiene, probablemente, la mejor tarde de su temporada. Hace el paseíllo junto a Fernando Cepeda y Raúl Zorita, en la tercera y última de la Feria de Nuestra Señora de Begoña. Su faena en el coso de Bilbao al Galache de don Francisco la remató con una soberbia estocada. Aunque a algún crítico, como al de El Comercio, le pareciera excesivo el premio, porque según él le faltó mando en los naturales, es indudable que Lozano tuvo un importante triunfo. Aunque no cortó orejas en la feria de Málaga, el diestro se siente bien en La Malagueta y siente el calor del aficionado malagueño. El resto de la temporada transcurre por plazas de menor importancia, y cuando finaliza, el 15 de octubre, en Zaragoza, ha sumado treinta y cuatro corridas de toros, dos de ellas en Francia, donde había actuado por vez primera como espada de alternativa el 25 de marzo, en Arlés. Viaja a Venezuela, país en el que se presenta el 27 de enero de 1990, en la plaza de San Cristóbal. Alternó con Ortega Cano y el venezolano Morenito de Maracay, matando en primer lugar un toro con el hierro de El Prado, de nombre Pinilho, herrado con el número 31 y de 576 kilos de peso. Se lidiaron además cinco con la divisa de Rancho Grande. Fue su única actuación en Venezuela. Comienza la temporada española en Valencia, el 15 de marzo, cortando una oreja a un ejemplar que lucía el hierro de doña Mercedes Pérez-Tabernero Montalvo, en cartel que completaban Juan Mora y Rafael Camino. Este año está anunciado dos tardes en el abono madrileño, el 17 y el 21 de mayo, con toros de Sepúlveda y El Torreón. En la primera alterna con Roberto Domínguez, que le confirma la alternativa, y con Ortega Cano. La corrida fue remendada con un toro de Puerto de San Lorenzo, que, jugado en sexto lugar, correspondió a Fernando Lozano, y con otro, que se corrió en cuarto lugar, con el hierro de Los Bayones. El de la ceremonia, que como el resto de los del hierro salmantino no tuvo presencia para lo que exigen en Madrid, se llamó Voluntario, fue herrado con el número 32, era negro zaino de capa y tenía nada menos que 562 kilos de peso. Vistió el confirmado de caña y oro. La espada emborronó su valiente labor en ambos. De nuevo en la segunda tarde, con Ortega Cano y Espartaco, tiene que matar un sobrero, algo por otra parte habitual en Madrid, esta vez con la divisa de Aldeanueva. Presumido, que así se llamó el colorado sobrero, salió en sexto lugar. Fue un toro fiero, pero con calidad, que hizo posible el triunfo de Fernando Lozano en Las Ventas. El toro fue manso, pero con un buen galope y sobre todo con capacidad para hacer que la faena fuese vibrante. Se quedó poco picado y se vino arriba en la muleta. Fernando le plantó cara desde el primer momento y así pudo hacerse con él. Como estaba muy entero, en los dos primeros pases fue muy violento, pero era precisamente esa sensación de fiereza la que enseguida llegó al tendido. Cuando el diestro se quedó muy quieto empezó a ganar el triunfo. No fue una faena larga, pero sí vibrante, y sobre todo cuando con la izquierda le dio tres naturales antológicos, la plaza se entregó incondicionalmente.

Fue lo mejor de la faena. Terminó con el Aldeanueva de una estocada, en la que se volcó materialmente sobre el toro. El público solicitó y consiguió las dos orejas para el torero. Como a cualquier diestro, su triunfo en San Isidro le abre las puertas de muchas ferias. La temporada, como consecuencia de este éxito, que fuera del coso se ha reconocido otorgándole la mayoría de los trofeos que se conceden al triunfador de la Feria de San Isidro y algunos a la mejor estocada y faena, alcanza cifras muy altas en contratos, hasta el punto de ocupar cuando finaliza el puesto cuando del escalafón, con sesenta y siete corridas de toros, cinco de ellas en Francia. De todas quizá se puedan destacar la primera tarde en la feria de  Granada, el 14 de junio, con un toro de don Cayetano Muñoz González, al que corta una oreja, en cartel que comparte con José Antonio Campuzano y Niño de la Taurina; su tarde de Pamplona, el 13 de julio, con toros de Sepúlveda, que se salda con cuna vuelta al ruedo en cada uno; también un toro en la feria de Santander y otro en la Feria de Nuestra Señora de Begoña de Gijón, el primera de los señores Sánchez-Arjona Hermanos el 15 de agosto. Quizá el triunfo más resonante sea el 18 de septiembre en Salamanca. Alterna con Ortega Cano y José Luis Ramos, y al quinto, de João Branco Núncio, al que luego se le daría la vuelta al ruedo, le corta las dos orejas. <<Todo el haber de Fernando –dice en su crónica José Luis Suárez-Guanes–, tuvo ligazón, engranaje y unidad. Además supo aguantar y someter la embestida encastada del nuncio que tenía enfrente>>. Tres tardes alternando en la feria de Logroño, con dos orejas en su haber, dan paso a otros festejos, que tiene su final en Zaragoza, el 14 de octubre. Viaja a México y allí interviene en cuatro corridas de toros, haciendo su presentación el 1 de diciembre, en Juriquilla. Alterna con Mariano Ramos y David Silveti en la lidia y muerte de un lote de la divisa de don Javier Garfias. Tras torear el siguiente día en Guadalajara, el 9 de mismo mes hace el paseíllo en la Monumental Plaza México para confirmar su alternativa española. Es padrino de la ceremonia el Mexicano Curro Rivera, quien le cede, en presencia de Jorge Gutiérrez, la muerte del toro Roncito, también del hierro de don Javier Garfias. Era la sexta de la llamada temporada formal de 1990-1991. Recordemos que en general su entrega le ha costado ya  dos cornadas graves en temporadas anteriores. Torea su última tarde en México el día 16, también en  el embudo de Insurgentes, sin que pudiera alcanzar el éxito apetecido con el peor lote de la tarde. En enero de 1991 torea en Venezuela, dos tardes, ambas en la feria de San Cristóbal, los días 22 y 24. La temporada de 1991 española es para el olvido. Comienza participando en las dos primeras ferias importantes, Castellón y Valencia, sin que dé ni una vuelta al ruedo. Luego, Sevilla, y en el abono dos tardes sin que logre triunfar. En Madrid se espera su vuelta después del año anterior, pero después de matar cuatro toros tampoco ha conseguido dar ni una vuelta al anillo. El comienzo de la temporada no puede ser más flojo. Pero lo peor es que no se endereza. Ni en Alicante, ni en Santander puede anotársele éxito alguno. Tras unas corridas en cosos de escasa importancia consigue dar la vuelta al ruedo tras la muerte de sus dos toros en Huesca, el 13 de agosto, y al día siguiente corta una oreja en Gijón a un astado, el segundo de su lote, con el hierro de don Manuel San Román Valdés. Otra oreja en Pontevedra y una sucesión de actuaciones en plazas de relativo relieve para finalizar en Mora de Toledo, el 18 de septiembre, cortando dos orejas del último toro de su temporada, con el hierro de El Toril. La campaña de España en 1992 es todavía peor que la anterior. Se queda fuera de todas las ferias, excepto de la de San Isidro. Solamente torea en plazas de tercera, con la excepción de Toledo y Pontevedra. El Valor que demuestra en Madrid con un toro de Juan Antonio Romão de Moura, el 22 de mayo, del que se lleva una oreja a cambio de una cornada, no remedia una situación que conduce a no torear nada más que quince tardes, sin pisar ningún coso francés. Más importancia tiene su paso por el país de nacimiento. El 31 de octubre, con David Silveti y Jorge Gutiérrez de compañeros, se lleva las dos orejas de un toro del hierro de San Martín que se juega en sexto lugar. Ya no torea allí hasta diciembre, el día 20, en el embudo de Insurgentes, con Mariano Ramos y Jorge Gutiérrez, con toros de Huichapán, y al primero de los que le corresponden le corta una oreja. Fernando ha estado muy valiente con un toro quedado y con poco recorrido, al que aguantó parones sin pestañear. Como además lo mató de una entera, la oreja, en opinión de la prensa, fue merecida. Una tarde en Cancún y otra, el 25 de diciembre, en Chilpancingo, con salida en hombros, pone fin a su campaña mexicana dentro del año 1992. Pero esto tiene continuidad en el siguiente año, ya que el 1 de enero de 1993 actúa en Puebla y luego lo hará, dentro del mismo mes, tres tardes más. También actúa tres tardes en febrero, en la plazas de Encarnación de Díaz, San Luis Potosí y León, y regresa a España. Aquí torea cinco corridas en el mes de marzo en plazas de poca importancia, y regresa  a México para actuar dos tardes, el 3 y el 10 de abril, en Texcoco. De nuevo en España, sus dos primeros compromisos son en Madrid, en San Isidro, donde se le pita, el 20 de mayo, al no entenderse con dos toros sobreros de Puerto de San Lorenzo que sustituyen a los titulares de Sepúlveda. En su segunda tarde tampoco llega el triunfo apetecido y la bronca en su primero se troca en silencio en el segundo, tras reconocérsele su esfuerzo. Pero no es suficiente. Ya no se vestirá de luces más en España en este año. Ha alternado con José María Manzanares y Enrique Ponce y ha estoqueado dos toros con el hierro portugués de don Juan Antonio Romão de Moura. El número total de corridas de toros ha sido de siete. En México, antes de que acabe el año, torea dos tardes en Zacatecas, el 16 y 17 de septiembre, con salida en hombros en la segunda, en la que alternó con Eloy Cavazos y Joselito Ruiz en la lidia de ganado de don Julio Delgado. Más tarde intervendrá en otra corrida, el 17 de octubre, la última del año, en Monterrey. Comienza 1994 toreando en México, el 20 de febrero, en Nuevo Laredo, donde corta tres orejas. El 12 de marzo lo hace en España, en la localidad riojana de Alfaro. Vuelve a México y allí se viste de luces dos tardes en el mes de abril. Una en San Luis Potosí y otra en Texcoco, plaza de la que sale en hombros al cortar las dos orejas del primero de su lote. Viene a San Isidro, En España, donde torea el 20 de mayo sin éxito. Es su segunda y última actuación en nuestro país. El 19 de noviembre de este año alterna con Enrique Garza, Teodoro Gómez y Pepín Liria en la plaza de toros de El Torero, de Cuatro Caminos, cortando una oreja. Los toros que se lidian pertenecen siete a la divisa de Santo Domingo y uno a  la de don Jesús Cabrera. Con Otro festejo, al día siguiente, en San Luis Potosí, en el que alterna con César Pastor, Rafael Ortega y otra vez con el español Pepín Liria, corrida en la que corta las dos orejas a un ejemplar de Guanime que se corre en segundo lugar, cierra sus actuaciones en México. Toreó en total cinco corridas de toros durante 1994 en México. Después de esa temporada decide abandonar los ruedos para dedicarse a los quehaceres empresariales de su familia y a dirigir la carrera de varios diestros como Pedro Gutiérrez Lorenzo, El Capea, y Antonio Ferrera.

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