Matador de toros nacido en La Seca (Valladolid) el 12 de abril de 1964, que comenzó a intervenir en funciones de alguna categoría durante la temporada de 1981, como la celebrada el 12 de julio en Gerona, donde, ante Francisco Duarte, dio cuenta de astados de la ganadería de Pérez de la Concha o en la que tuvo por marco el coso de Herrera de Pisuerga el posterior 20 de septiembre con corte de una oreja de cada una de las reses de la vacada de Caminero Ortega que formaron su lote, lo que contempló su compañero de cartel, Gerardo Roa. Añado el dato de su presentación con picadores, el 19 de marzo de 1982, en Lora, alternando con Blau Espada y Manuel Cascales en la lidia de novillos de doña María Lourdes Martín de Pérez-Tabernero. En el de su presentación en Madrid puntualizo que los novillos fueron de don Daniel Ruiz Yagüe, y no de don Samuel Ruiz. El primero que estoqueó se llamó Indianito, estaba herrado con el número 22 y era negro de pinta. También hay que corregir la fecha de la alternativa, que fue el 17, y no el 18, del mes y año indicados. El toro del doctorado, Flautista de nombre, perteneció al hierro de don Antonio y don Salvador Gavira. En el transcurso de la campaña de 1982 participa en 25 festejos picados, anotándose muy positivos resultados en muy diversas plazas, como en la de Murcia el 11 de abril, al alternar con Arturo Blau Espadas y Manuel Cascales en la lidia de un encierro de la divisa de Manuel Camacho, en la que logró una cosecha de tres orejas, o la del 1 de mayo en Alcalá de Henares, de donde se llevó idéntico número de trofeos de ejemplares del hierro de Ignacio Pérez-Tabernero, delante de Manuel Cruz, Morenito de Jaén, y Luis Miguel Campano. El 11 de septiembre de 1983 consigue un sonado triunfo al serle concedidas cuatro orejas y un rabo de novillos de la vacada de Tomás Ramajo, en la plaza de Valencia de Don Juan, con Sánchez Marcos de complemento de cartel, y el día 18 del mismo mes, en Valladolid, le entregaron los apéndices de la res que cerró el espectáculo, cuando, junto a José Aguilar, Granada, y el mencionado Sánchez Marcos, se enfrentó a reses de las ganaderías de Sánchez Fabrés y Sánchez Arjona. Cumplimentó siete contratos tal año y veinticinco en el siguiente de 1984, de los que hay que destacar la del 1 de julio en Medina de Rioseco (dos orejas y rabo de un astado del hierro de Ignacio Pérez-Tabernero, ante Antonio Ruiz, Soro II), 1 de julio en Arévalo (dos orejas y rabo; Lamamié de Clairac; Aquilino Pascual y Gitanillo de América), 15 de agosto en Guijuelo (cuatro orejas y un rabo; Justo Nieto; Juan Buquerín y Jaime Malaver), 26 de agosto en La granja de San Esteban (tres orejas y un rabo; Arturo Sánchez y Sánchez; José Antonio Carretero) y 30 de agosto en Sacedón (cuatro orejas y un rabo; Ignacio Pérez-Tabernero; José Luis Cobos y los rejoneadores María José y Andrés Vélez). Tan interminable racha de triunfos se interrumpe al presentarse en el madrileño coliseo de Las Ventas, el 17 de septiembre, para alternar con Jaime Malaver y Juan Rivera en la lidia de seis reses del hierro de Samuel Ruiz, ya que al fallar con la tizona hubo de escuchar un aviso en cada uno de sus enemigos, pese a lo cual fue ovacionado por el respetable.
Pronto reanuda el rosario de tardes positivas, pues el inmediato día 22, en la feria de novilladas de Algemesí, cortaría los máximos trofeos a un ejemplar de la divisa de Benítez Cubero, en presencia de José Luis Seseña. Tras participar en ocho festejos menores en 1985, uno de ellos el del 4 de agosto en Iscar, donde le hicieron entrega de dos orejas de un ejemplar de Arturo Sánchez, toma la alternativa en Valladolid el 18 de septiembre, actuando José María Dolls, Manzanares, y Roberto Domínguez como padrino y testigo, respectivamente, del doctorado. Se corrieron cuatro toros de la ganadería de Antonio y Salvador Gavira y dos de la de Ramón Sánchez, y el toricantano se llevó las dos orejas de la res que abrió plaza. Dos días más tarde repite en Valladolid, en su feria septembrina, y duplica su triunfo anterior al llevarse cuatro orejas de ganado del hierro de los hermanos Fraile, de lo que dieron fe sus compañeros de terna Dámaso González y Tomás Rodríguez, Campuzano. Pese a tan interesante iniciación en el campo de los matadores de toros, no torea más que cinco ocasiones en 1986. Es de esperar que este interesante torero alcance rápidamente cotas más en consonancia con su buen hacer Muy esperanzadora fue su confirmación de alternativa, que tuvo lugar en Madrid el 10 de mayo de 1987. Ofició de padrino Enrique González, El Bayas, de testigo André Viard y hubo de dar una vuelta al ruedo tras dar cuenta del ejemplar del marqués de Domecq, de nombre Tomatero, marcado con el número 14, negro, de 514 kilos, oyendo palmas, pese a escuchar un aviso en el sobrero de Daniel Ruiz que cerró el festejo. En esa misma fecha confirmó, también, el diestro André Viard. Las temporadas de 1988 y 1989 torea poco, cinco y diez corridas, en plazas del entorno próximo a su lugar de nacimiento. En 1990 el número es parecido, nueve en total, visitando el 12 de agosto Las Ventas en tarde en la que la flojedad del ganado deslució la actuación de él y de sus compañeros José Luis Seseña y Juan Carlos Vera, aunque dejó constancia de que le puede a los toros. Entró a matar, como es su costumbre, con la mano izquierda y se guardó un respetuoso silencio cuando doblaron ambos toros. Al siguiente año las cosas, en cuanto a contratos, le ruedan peor y solo actúa en cuatro corridas de toros. Este número se modifica únicamente en 1992, temporada en la que hace 6 paseíllos, consiguiendo un rotundo triunfo en Valladolid al cortar cuatro orejas a dos ejemplares de los señores Jiménez Pasquau, la tarde del 20 de septiembre, y otras dos, al día siguiente en la misma plaza a un toro de don José Vázquez Fernández. Triunfos que ratifica en la sexta y última corrida, esta vez en Ávila, cuando le conceden las dos orejas del primer toro que estoquea con el hierro de la señora Viuda de Martínez Benavides, y otra del segundo, que llevaba la divisa de don José Vázquez Fernández. Estos éxitos, como no siempre ocurre, le deparan bastantes contratos en 1993, año que alcanza la cifra de veintiuna corridas de toros sin que vea refrendado su toreo con el trofeo que necesariamente debería haber conseguido en la única tarde que toreó en Madrid. Ha sido Valladolid d nuevo la plaza donde mejores actuaciones ha deparado. En mayo consiguió tres orejas en dos tardes y en la feria septembrina otra con un toro de don Marcos Núñez. En 1994 bajó el número de contratos y, aunque mantiene su cartel, de nuevo Madrid se le niega. Su primera actuación, la del 3 de julio con dos ejemplares de don José Escolar Gil, se salda con palmas en el primero y una vuelta tras una petición de oreja en el segundo. Repitió el día 10 por propios merecimientos y se le aplaudió de nuevo cuando murió el primero, del hierro de los señores Herederos de don Gabriel Hernández Pla. Su segundo, con la divisa portuguesa de la Sociedad Agrícola Couto de Fornilhos, toro en el que se la jugó con cabeza, al dar un pase de pecho es corneado y no puede estoquearlo. En la enfermería, las expertas manos del doctor García Padrós y su equipo le intervinieron de una herida en el triángulo de Scarpa del muslo izquierdo, que posteriormente fue calificada de grave. Repuesto del percance reaparece en Ávila, el día 24, y desde ese momento se produce una sucesión de triunfos con salidas en hombros, y aunque en general son en plazas de poca importancia, tienen, de nuevo, el refrendo del triunfo en Valladolid, con toros de los señores Herederos de don José Cebada Gago, a los que corta tres orejas. Finalizó 1994 con diecisiete festejos en su haber. Este toreros, con su valor sereno, su clasicismo, su seriedad a la hora de plantear las faenas, necesita un triunfo en Madrid para probar lo que en otras plazas está realizando. Merece mejor posición en este difícil mundo de los toros, lo que no consigue en 1995, temporada que le deparó únicamente ocho contratos. Los años siguientes continúa figurando en el escalafón después de sumar un reducido número de festejos cada temporada. Más tarde, decide dejar los ruedos, pero no así su actividad dentro del mundo del toro, pues ejerce como empresario y apoderado.
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