HISTORIA DEL TORERO

RAÚL GALINDO GONZÁLEZ

Publicado el 25 de septiembre de 2022
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Matador de toros, hermano de Fernando, nacido en Madrid el 25 de octubre de 1964. Antes de empezar a torear en festejos con picadores, en los años 1981 y 1982, se estuvo preparando en esa escuela formativa que es la denominada parte seria de los espectáculos cómico-taurinos. En su caso, estuvo en la de El Bombero Torero. Pisa por vez primera el albero del coso madrileño de Las Ventas el 31 de octubre de 1982, en un festejo de un certamen titulado Toreros del Mañana, donde compitió con Pedro Crespo y Miguel Cubero en la lidia de ganado de la divisa de Escudero. Agradan sus maneras y repite el 9 de noviembre en la corrida final de la serie para lograr un bonito éxito al cortar una oreja de un eral de la ganadería de Alfonso Navalón, en presencia de Domingo Veiga, Gitanillo Vega, y Juan de los Reyes. Su presentación con picadores tuvo lugar el 14 de julio de 1983 en la localidad francesa de Vieux Boucau. Fueron sus compañeros Luis Miguel Campano y André Viard. Se lidiaron cinco novillos de hijos de don Bernardino Giménez Indarte y uno de la ganadería francesa de don François André, que se lidió en segundo lugar. Sustituyó Raúl a Lucio Sandín, convaleciente todavía de su cogida en Sevilla, y dio la vuelta al ruedo después de la muerte de cada uno de los novillos. En el transcurso de la temporada de la temporada de 1984 simultaneó más de una veintena de festejos económicos con un total de cinco novilladas picadas con plazas montadas, entre las que destacó una nueva actuación en el país vecino, ahora en Istres, ante una corrida de don Javier Molina, así como otra el 8 de septiembre en Elda, donde le conceden tres orejas de astados de la vacada de Benita Sanz, y ante su compañero Juan Rivera y el rejoneador Fermín Bohórquez corta un total de tres orejas. En la tempranera fecha del 3 de marzo de 1985 alterna con Alberto Ballester y José Antonio Carretero en la muerte de un encierro de José Escolar en la Monóvar, con el brillante de llevarse las  dos orejas y el rabo de su segundo ponente. A una importante actuación en Almería, el 9 de julio de 1985, ante reses de  Torrealta en que alterna con Marcos Valverde y Gimeno Mora donde salió en hombros tras cortar tres orejas, siguió su presentación en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, el 4 de agosto. Se lidiaron seis astados de don José Luis Pereda e hicieron el paseíllo con él José Manfredi y Antonio Mondéjar. Le privó a Raúl el desacierto con los aceros de un triunfo rotundo, pero no de la repetición el domingo siguiente tras recorrer tres veces el anillo.

En el coso de la Real Maestranza sevillana recorre el anillo tras estoquear a su primer novillo mientras corta una oreja de su segundo, ambos del hierro del marqués de Albaserrada, lo que atestiguaron Jorge Manrique y Juan Rivera. Con este triunfo consiguió su inclusión en el abono de abril del año siguiente. Completó la docena de contratos cumplimentados este año y debuta en festejo picado en Madrid el 13 de abril de 1986, para despachar ganado de Camaligera junto a Julián Maestro y Juan Carlos Vera, donde fue concedida una oreja de la res que cerró plaza. El 24 de agosto, en Jerez de los Caballeros, le entregan, delante de su colega Roger Ferreira y del caballista José Somme de Andrada, la dos orejas y el rabo de un ejemplar de la ganadería de Fernández Gracián, y aumenta los trofeos obtenidos a tres apéndices auditivos el 9 de septiembre en Villa del Prado, de novillos de la vacada de Bernardino Jiménez, con Carmelo García, Carmelo, y Fernando Cepeda de complemento del cartel. En 1986 sumó veintiuna novilladas, dos de ellas en Francia. La temporada de 1987 es para Raúl una campaña que empieza con compromisos muy fuerte. Sus cuatro primeras salidas a los ruedos son en Madrid y Sevilla. Tres en Las Ventas, consecutivas, y una en la Real Maestranza. El primer paseíllo en la capital es el 15 de marzo, todavía con el frio del invierno, junto a Rui Bento Vasques y Juan Cuéllar, que se presenta en Madrid como novillero. Mató bien a su lote, que como el resto perteneció al hierro de Aldeaquemada, y se mostró como un banderillero fácil. La escasez de fuerzas de su primero deslució la faena de Raúl. Hubo Muletazos interpretados con mucho gusto, pero quizá  pecaron de extensas sus faenas, que alargó demasiado. Un mes más tarde, el 26 de abril de nuevo espera en la puerta de cuadrillas de Madrid junto a sus compañeros Fernando Cepeda y Carlos Collado, Niño de la Taurina, que por primera vez viene a este coso como novillero con picadores. Los novillos son de Hermanos Martínez Uranga y el conjunto se remienda con uno de Hijos de don Pablo Martínez Elizondo, jugado en cuatro lugar y que corresponde a Raúl. De su actuación recuerdo tres series con la mano derecha a las que solo se le pudo poner el defecto de una falta de vibración que acompañara al excelente hacer del novillero. También, como en la comparecencia anterior, sus faenas parecieron algo largas. Fue muy ovacionado tras la muerte de sus dos novillos y deja su cartel intacto de cara a su actuación en la feria de San Isidro, para la que está anunciado el 29 de mayo. Hace el paseíllo en esta ocasión acompañado del portugués Rui Bento Vasques y Juan Cuéllar. La novillada de Barcial que se lidió, muy bien presentada, resultó dura, con temperamento, con mal genio y con muchas dificultades para los tres espadas. No pudo redondear sus faenas. Hubo, eso sí, destellos en pases aislados y el público se impacientó en el segundo de su lote, al que mató de una buena estocada, lo que hizo que las opiniones se dividieran cuando dobló el ejemplar del hierro salmantino, ya que en contra de Raúl jugaba la apreciación general que señalaba a este novillo como el más bondadoso de los que hasta el momento se habían corrido. Se interrumpe su temporada hasta el 23 de agosto en Sevilla, con Rodrigo Galguera y Carlos Mora, y juntos lidian novillos de don Luis Jorge Ortigão Costa. Se le aplaude en el primero y en el segundo se protesta la vuelta al ruedo que se ve obligado a dar. Solo torea dos novilladas más: Villa del Prado, el 11 de septiembre, tarde en que corta una oreja a un novillo del señor conde de Ruiseñada, y, al día siguiente, en Guadalix de la Sierra, final de su campaña, plaza de la que sale en hombros tras cortar dos orejas a su primero y las dos y el rabo de su segundo, ambos de la divisa de don Víctor Aguirre Vázquez. Se han lidiado cuatro de ese hierro y con él ha actuado José García, El Jose. Final triunfal de una temporada muy corta en número de festejos y en la que Madrid va a pesar negativamente.

Solamente dos tardes se viste de luces en 1988. Una, el 18 de mayo, en Madrid, en la feria de San Isidro, y la tarde de su alternativa. Se despide, pues, de novillero en la plaza en la que tanta fe tuvo, alternando con Julio Norte y José María Plaza. Se lidian seis ejemplares de don Manuel Martín Peñato, que salvo el cuarto, que corresponde a Raúl, son aplaudidos en el arrastre. Vicente Zabala dice en ABC: <<Los dos saben torear [se refiere a Raúl Galindo y Julio Norte]. Raúl sacó muletazos limpios al primero, pero es tan frío…>>. En una época de la historia del toreo en la que no solo razones taurinas llevan a los toreros a la alternativa. Raúl Galindo la toma en Azpeitia (Guipúzcoa), el 2 de agosto, de manos de Litri, quien le cede, en presencia de Rafael Camino, la muerte del toro Cancionero, número 29, negó mulato, bragado meano y coletero, que corresponde al hierro que ahora se anuncia Toros de Concha y Sierra. Va vestido con un elegante terno verde botella y oro, aspecto que siempre cuida este espada. Pero poco hay que destacar de su actuación. Con este festejo cierra su temporada, al menos en cuanto a corridas de toros. Su carrera pasa definitivamente por el coso madrileño de la calle de Alcalá. De las cinco tardes que se viste de luces en 1989, cuatro son para hacer el paseíllo en la capital en la que nació este torero, pero no está en la feria de San Isidro ni en la de Otoño. La primera salida a los ruedos de este año es en Zaragoza, el 5 de marzo, actuando como sobresaliente en una corrida de toros en la que Juan Ramos Está anunciado para matar seis toros en solitario a beneficio de la Cruz Roja. No puede el honrado torero maño terminar su gesto, ya que Altamirano, con la divisa de Soto de Luis, le infiere una gravísima cornada, y tiene Raúl que matar los dos toros que quedan, de don Javier Molina y Los Bayones, respetivamente. Corta una oreja en el primero y da dos vueltas en el que cerró plaza. Curiosa la afirmación del presidente del festejo, me comenta el propio Raúl, que se niega concederle otra oreja porque <<no puede salir un sobresaliente por la puerta grande mientras el matador se debate entre la vida y la muerte>>. Volvió a triunfar en Zaragoza vestido de corto en un cartel que compartió con Joselito, litri, Enrique Ponce y El Tato, y corta una oreja con contundencia. Después, solo se vestirá de luces para torear en Madrid. La primera comparecencia es el 16 de abril, para confirmar la alternativa, con Morenito de Jaén, primer espada, pero que también confirma la alternativa, y Juan Carlos Vera. El orden del cartel se altera por esta circunstancia de la doble confirmación y la antigüedad respectiva, de manera que Morenito de Jaén mató el primero, confirmado por Juan Carlos Vera, y el cuarto; Juan Carlos Vera, el tercero y el quinto, y Raúl Galindo, el segundo y el sexto. Todos los toros pertenecen a la divisa de don Isaías y don Tulio Vázquez,  y el primero de su lote, cedido por Morenito de Jaén, se llamó Nutria, estaba herrado con el número 12, era negro de pinta y pesó 516 kilos. Vestido Raúl de rosa y oro, anduvo muy dispuesto con este difícil tulio, muy bien presentado pero que, como sus hermanos, no dio ninguna facilidad a los espadas. Tampoco facilitó la labor el sexto, por lo que Raúl tuvo que contentarse con las palmas que escuchó al doblar su dos toros. Había sido esta corrida la segunda de las organizadas para dar una oportunidad en San Isidro a toreros mal llamados modestos, y al final se ganó el puesto el madrileño El Boni, que había toreado en domingo anterior. Vuelve a Madrid el 2 de julio, con Andrés Caballero y El Fundi, y con un toro de Cortijoliva y otro, un sobrero, de Alcurrucén demuestra de nuevo que sabe torear y tiene un sitio en la fiesta. Estuvo sobrio, elegante y demostró que con este ganado de mejor calidad es capaz de hacer un toreo que agrada a los aficionados, pero sigue sin cosechar ese triunfo rotundo que le lleve a los carteles de la ferias. Eso sí, se gana la repetición del domingo siguiente, la tarde del 9 de julio. Alterna con el veterano malagueño Miguel Márquez y Juan Cuéllar. Los toros son de Herederos de don Gabriel Hernández Pla. Mansos, correosos y muy ásperos. Durante la faena al quinto, Pasadero de nombre, un negro entrepelado y bragado , herrado con el número 91, un toro destartalado que se vencía por el pitón izquierdo fue corneado. Se había silenciado su labor en el primero y Raúl sabía lo que tenía que jugarse esa tarde. Detrás de este torero, aparentemente frío en algunas ocasiones, hay un hombre de mucha casta, y con este manso tenía que salir a poderle en la pelea. Ya en banderillas prendió un par al quiebro en el que la emoción del riesgo llegó al tendido. Citó de lejos en el último tercio para dar unos pases por alto en los que se comprometió demasiado, y cuando remató el último, a punto está de caerse. Citó luego para torear al natural y no le dio tiempo a cerrar la tanda. Posadero le encampanó y corneó con violencia. Sus heridas fueron calificadas de graves. Después no volverá a pisar un ruedo, como matador de toros, hasta el 22 de octubre, en Madrid, en el festejo que cerraba el ciclo madrileño de 1989. Alterna con José Antonio Carretero y Juan Rivera, y estoquea un toro de don Manuel Sánchez Cobaleda y otro del señor conde de Cabral, lote muy deslucido, con el que poco puede hacer, pero deja constancia de que el valor no se ha escapado por sus heridas. En 1990 alterna nada más que en dos corridas. Una en Madrid, el 6 de nayo con Carlos Aragón Cancela y Pedro Lara, que confirma la alternativa, y ganado de don José Vázquez Fernández, los antiguos Aleas. Fue ovacionado en ambos, pero luego permanece inactivo hasta el 14 de septiembre, en que, en Galapagar (Madrid), dirá adiós a su temporada matando dos toros de Herederos de don Baltasar Ibán Valdés, a los que corta cuatro orejas. Siete tarde se viste de luces en 1991, incluida su anual cita con Madrid, en la que torea el 4 de agosto. Corta una oreja en Fréjus (Francia) en su primera actuación en suelo francés como matador de toros, el 10 de agosto. De nuevo es Galapagar (Madrid) escenario de un triunfo, ya que el 14 de septiembre corta dos orejas del último de la tarde, un ejemplar de El Álamo. Cierra la temporada en Torres de la Alameda (Madrid), el 5 de octubre, plaza en la que también la comenzó el 13 de abril, en la que es su séptima corrida de la campaña de 1991. En 1992 ve disminuir el número de corridas de toros en las que interviene, hasta quedar reducido a cuatro, en un tono de respuesta parecido al del año anterior. No falta el triunfo en Galapagar, pero su actuación en Madrid, con toros del señor marqués de Albaserrada, se silencia cuando arrastran a los dos de su lote. Con su paseíllo en Arlés (Francia), el 15 de agosto, se cierra la temporada de Raúl, que en el último toro, de don Domingo Hernández, ha cortado una oreja. Ese triunfó le vale comenzar en Arlés la campaña de 1993, frente a toros de don Eduardo Miura Fernández, el 11 de abril, con Richard Milian y El Fundi. Algunos días después su segunda aparición vestido de luces es en Madrid, con toros de don Luis Passanha, pero como el año anterior su labor de nuevo es todo lo lucida que desea. Torea cuatro corridas más: Chinchón, Lanzahíta, localidad en la que corta, dos orejas y el rabo a un toro de don Francisco Galache de Hernandinos; Colliure, villa francesa en la que con toros de don Antonio Pérez Angoso corta una oreja de cada uno de los que le corresponden; Buitrago, con otras tres orejas en su haber, y de nuevo Madrid, y repetición de ese silencio, algo indiferente, con que el público, quizá ya con demasiados festejos encima, se manifiesta tras sus dos faenas. Pero su buen hacer no consigue arrancar más contratos y en 1994 no ajusta nada más que tres. Uno en Madrid, otro en Daganzo y el tercero en Parentis (Francia), el 14 de julio. En 1995 no torea mucho, pero sí me queda el recuerdo del trato injusto que recibió en Madrid el 2 de mayo, en la corrida concurso de la feria de la comunidad. Más tarde abandona sus propósitos de continuar siendo torero, para dedicarse al apoderamiento de otros diestros. Entre otros, ha dirigido las carreras del matador de toros Miguel Ángel Perera, en sus tiempos de novillero, y del diestro José Pedro Prados, El Fundi.    

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