Es hijo del Dominguín llamado Domingo González Mateos; todas sus biografías dicen que nació en Madrid el 10 de junio de 1920; se hizo torero porque en tal ambiente se crío; tras una larga excursión con su padre por tierras del Perú, Venezuela y Colombia, se presentó en el coso madrileño como matador de novillos, con su hermano Pepe y Mariano Rodríguez, el 1.º de septiembre de 1940, para matar reses de don Arturo Sánchez Cobaleda. Con fecha 7 de junio de 1942 tomó la alternativa en Barcelona de manos de Cagancho; fue segundo espada de esta corrida Morenito de Talavera; los toros pertenecían a la ganadería de Domingo Ortega, y se la Confirmó en Madrid Nicanor Villalta el 25 del mismo mes, con dicho Morenito de testigo y toros de tres ganaderías. El de la cesión fue de don Vicente Charro. No fueron intensas sus actividades como matador de toros, y aun así y todo le hirieron éstos de gravedad en Madrid y Barcelona; como más se distinguió fue esgrimiendo el sable; pero no era eso lo suyo. Hombre inteligente, vivo y agudo como su padre y con una formación intelectual que no es frecuente en los <<taurinos>>, su campo de operaciones estaba en los negocios de empresa, a ellos se dedicó y en ellos continúa. Que haya suerte y que sea por muchos años. Falleció: En Guayaquil se suicidó el 13 de octubre de 1975 y sus restos descansan en Cayambe, en las cercanías de una finca que había adquirido para fundar una ganaderías de reses bravas. Domingo Dominguín fue bautizado en la madrileña iglesia de San Sebastián, donde recibieron también las benditas aguas Cúchares y Rafael el Gallo. Al comienzo de la Guerra Civil española se afilia a la Falange y al terminar la contienda el responsable falangista y futuro ministro de Franco José Antonio Girón le propone hacer carrera política a su lado. Dominguín lo rechazó y posteriormente se afilia al Partido Comunista, tras haber estrechado relación con el escritor e intelectual comunista Jorge Semprún, alias Federico Sánchez (que años después sería Ministro de Cultura en el gobierno de Felipe González, y con varios exiliados republicanos en México. Durante una época financió con sus propios medios el periódico Mundo Obrero, publicación del Partido Comunista de España que entonces se publicaba en el exilio y de forma clandestina en las cárceles y agrupaciones guerrilleras. Tras el XX Congreso del PCUS en febrero de 1956, que condena la política de Stalin, abandona el partido.