HISTORIA DEL TORERO

Nicanor Villalta y Serres

Publicado el 12 de enero de 2022
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Al cabo de los años hemos averiguado que no es Villalta, sino Vilalta, aclaración que podemos hacer gracias al distinguido aficionado cordobés, y muy querido amigo, don José Guerra Montilla, que posee la partida de nacimiento de este ex matador de toros, nacido en Cretas (Teruel) el 20 de noviembre de 1897. Un éxito grande que obtuvo el 2 de mayo siguiente le abrió las puertas de la alternativa, que le otorgó Luis Freg en San Sebastián el 6 de agosto, al cederle –en presencia de Marcial y Pablo Lalanda— el toro Capotero, de don José Bueno. Y esta investidura se la confirmó Fortuna en Madrid el 21 de septiembre de tal año 1922, con Emilio Méndez de testigo y toros de don Matías Sánchez. Sus temporadas de mayor actividad fueron las de 1925, 1926, 1927 y 1928, en las que toreó 55, 50, 52, y 52 corridas, respectivamente, y su percance más grave fue el sufrido en Bilbao el 25 de agosto del tercero de dicho años, una cornada en el vientre que le hizo perder el resto de aquella temporada. No era bonito toreando porque su figura se lo impedía, pero la falta de estética la suplía con el tesón, con su firme voluntad, haciendo llamadas a la atención por los <<parones>> que daba con la muleta y sus grandes estocadas, de efecto fulminante. En Madrid cortó más orejas que ningún otro diestro de su época, y eso se prodigaban las concesiones como hoy, que han llegado a una prodigalidad escandalosa. En 1923 ganó la de oro, de la Asociación de la Prensa. Retirado en 1935, volvió a la pelea terminada la guerra, y se despidió definitivamente en Zaragoza el 17 de octubre de 1943.

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