Nació en Ciempozuelos (Madrid) el 22 de enero de 1836, y fue un matador que tan pronto actuaba en las novilladas como en las corridas de toros, haciendo valer –en este segundo caso– los derechos que le otorgaban las varias alternativas que recibió, aunque la que hubo de prevalecer para su antigüedad fue la que le otorgó el Salamanquino en Madrid el 28 de junio de 1868, al cederle el toro Lechuguino, de don Justo Hernández. Su estampa de buen mozo prometía bastante más de lo que dio, y cuando nadie se acordaba de él se despidió del público de Madrid el 26 de enero de 1896, matando él dos toros de Veragua y luego cuatro de la misma ganadería los novilleros Joseíto y Pepe-Hillo.Retirado en el pueblo de Villaverde (Madrid) –donde se había criado y de donde tomó el apodo–, allí murió el 12 de noviembre de 1912.