Nunca pudo abandonar este diestro los resabios adquiridos en sus largas correrías por los pueblos, y sin duda por tales defectos no alcanzó mayor altura en su profesión. Se presentó en Madrid como novillero el 7 de agosto de 1932, con Zurito (hijo del picador de tal apodo) y Luciano Contreras, en cuya tarde se lidiaron toros de Bernaldo de Quirós; entre los pocos progresos que hizo y lo que le perjudicó de tal manera, que no halló mejor solución para salir adelante que marchar a México en busca de más amplios horizantes; no los encontró; pero a su regreso entró en deseos de tomar la alternativa y los vio realizados, pues obtuvo ésta en Madrid el 1.º de junio de 1947, cuando ya contaba treinta y siete años –por haber nacido en La Carolina (Jaén) el 17 de enero de 1910–. recibió los avíos de manos de el Estudiante, completó Pepe Dominguín la terna de matadores y se lidiaron toros de don Antonio Pérez. Después de aquella jornada que le deparó el apetecido ascenso , pudo decir que ya había cumplido su misión como profesional. Pero faltaba el epílogo. El haber ofrecido su sangre a Manolete cuando éste cayo herido de muerte en Linares el 28 de agosto de aquel año, le proporcionó muchas simpatías y el ajuste de cinco corridas; aún toreó una en 1948, y al retirarse se dijo que se iba a dedicar a apoderado. No carecía de estilo al matar. Falleció: el 23 de abril de 1988 de una enfermedad pulmonar en Madrid.