
Aunque es de Córdoba, nada tiene que ver con aquel Camará cordobés del año 1814. Éste nació en la Ciudad de los Califas el 7 de mayo de 1898, y cuando se presentó en Madrid como novillero el 2 de septiembre de 1917 –con Pacorro y Emilio Méndez y reses de Contreras— armó un alboroto como para envanecer a cualquiera. Tal fue la resonancia que adquirió, que el 21 de marzo de 1918 le dio Joselito el Gallo la alternativa en Madrid, con Saleri II de testigo y toros de Benjumea. El de la cesión se llamaba Amargoso. Pero cuando de Camará se trate hay que señalar su significación como hombre de negocios taurinos. El auge que adquirió al encargarse de apoderar a Manolete (el que murió en Linares y del que más adelante nos ocuparemos) le dio gran popularidad, hasta el punto de que todos los apoderados han tratado de imitarle, al menos en los signos exteriores.

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