Matador de toros nacido en quito (Ecuador), miembro de muy distinguida familia de aquel país hermano que poseyeron diversas ganaderías de toros bravos. Aficionado práctico, como su propio padre, vino a España para tomar la alternativa, lo que llevó a cabo el 25 de octubre de 1986 en la plaza de Madridejos (Toledo), al cederle José Antonio Carretero la muerte del toro Molinero, número 35, negro bragado, de 520 kilos, de la vacada de Salvador Gavira. Actuó de testigo de la ceremonia Miguel Cubero, Sánchez Cubero, y el nuevo doctor en tauromaquia cortó una oreja del ejemplar que abrió el festejo.