Es de la Villa del Oso, donde nació el 28 de octubre de 1946, y se hizo torero al calor del ambiente que dejó su hermano Faustino, quien quedó inválido para ejercer la profesión por haberse clavado un estoque cuando la empezaba bajo los mejores auspicios. Se presentó en Madrid como novillero el 16 de junio de 1965, para matar reses de don Antonio Pérez con Aurelio Núñez y Rafael Valencia, obtuvo un éxito y tuvo vía libre para tomar parte aquel año en 52 novilladas.
¿Qué tena que hacer? Tomar la alternativa. Que fue precisamente lo que hizo en el ruedo madrileño de las Ventas el 21 de mayo de 1966, al cederle Paco Camino –en presencia de el Viti— un toro de don Alipio Pérez. Tiene buena figura y torea bien, a lo clásico, que no es toreo de turistas ni de despistados, y si en 1966 y 1967 toreó 59 y 50 corridas, respectivamente, en 1968 ha bajado a 24. Mal asunto, porque es señal de estancamiento. Reaccionó en 1969 y llegó a 32.
Ya se sabe aquello que dice: <<A camarón que se duerme, la corriente se lo lleva>>.
El matador de toros con gran fama en los años 60 y actual veedor de la Casa Matilla ha fallecido en la noche de este domingo 1 de noviembre. Aunque aún no se conocen con seguridad las causas de la muerte, el entorno del maestro ha asegurado a este periódico que no ha sido por COVID-19. José Manuel Inchausti ‘Tinín’ muere a los 73 años
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