Matador de toros nacido en Murcia el 5 de agosto de 1957, de muy precoz vocación torera, que utiliza en los carteles el nombre de Pepito Soler. Viste su primer traje de luces, tras haber lucido en repetidas ocasiones el corto campero, el 12 de agosto de 1973 en la plaza de Cartagena. Durante la siguiente campaña torea en festejos económicos en buen número de ocasiones, abundando los triunfos como el obtenido en Villena (Alicante) el 27 de octubre, donde alterna con Enrique Martínez, El Quieto, y Ángel Lizán en la lidia de cuatro novilletes de Justo San Miguel y dos de Colmenarejo Hermanos. En tal oportunidad le concedieron una oreja de cada una de las reses de su lote. Al presentarse en corrida con caballos el 23 de marzo de 1975 en Jumilla (Murcia), saldría a hombros del coso.
Terminó tal campaña con catorce actuaciones en novilladas picadas y se acusa un descenso en los siguientes años al no superar la decena en 1976 y torear únicamente en tres tres ocasiones en 1977. Pienso que el localizar su actividad en ruedos levantinos ha perjudicado su porvenir taurino. El recuperar un sitio aceptable en el toreo es, sin duda, más dificil que el conseguirlo por primera vez. De la juventud de este espada es posible esperar tal hazaña. Antes de recibir la alternativa interviene en 1979 en catorce novilladas entre las que es de justicia destacar las del 29 de abril y 11 de mayo. En la primera se enfrenta en el coso carabanchelero de Vistalegre con seis rese de Bernardino García. Fonseca, cortando una oreja a las corridas en cuarto y sexto lugar, mientras en la segunda, celebrada en la plaza de Benidorm (Alicante), alterna con Juan Antonio Ruiz, Espartaco, y Pepín Jiménez en la lidia de ganado de Ignacio Pérez-Tabernero y triunfa rotundamente al cortar una oreja de su primer enemigo y las dos, con el aditamento del rabo, en el restante de su lote. La cruz de la moneda se presenta el 13 de junio en El Tiemplo (Ávila), donde un cornúpeta del hierro de Jiménez Pasquau le propina una cornada, de pronóstico muy grave, que contusiona la arteria femoral. Presenciaron el serio percance el espada Juan Palacios y el rejoneador Curro Bedoya. En la feria de su natal Murcia, el día 7 de septiembre, toma la alternativa de manos de Manuel Benítez, El Cordobés, Quien le cede, en presencia de Sebastián Palomo, Linares, la muerte de un toro de la divisa de Antonio Pérez de San Fernando, al que cortaría una oreja, idéntico premio que obtendría con el astado que cerró plaza. Aún intervino en otro festejo en tal campaña y lo hizo únicamente en cuatro oportunidades en la siguiente de 1980, incluida la de su confirmación en Las ventas el 25 de mayo, con José Antonio Rodríguez, Campuzano, y Antonio Rubio, Macandro, de padrino y Testigo, respectivamente, del protocolo.
Se corrieron aquella tarde cinco toros de Luis Albarrán y uno de Torrubias y el confirmado dejó pasar sin brillantez tan magnífica oportunidad en pleno serial isidril. Le repiten en Madrid el 17 de agosto para despachar un encierro de Javier Moreno de la Cova y es herido de cierta gravedad en el muslo izquierdo por su primer oponente, en presencia de Crisanto Burgos, El Santi, y José Luis Vargas, que confirmósu alternativa. El siguiente 7 de septiembre, al año justo de ser doctorado, haría en Murcia el que sería su postrer paseíllo, junto al citado Linares y José María Dolls, Manzanares. Su labor fue muy del agrado de sus paisanos que le otorgarían una oreja de cada uno de los astados de su lote, uno de la ganadería de los hermanos Peralta y otro de la de Viento Verde. Y así acabó la aventura de este Pepito Soler, que, en sus comienzos, hizo concebir esperanzas que no habrían de cumplirse al completo.
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