HISTORIA DEL TORERO

RICARDO PAULO (Chibanga)

Publicado el 15 de abril de 2022
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Nació el 8 de noviembre de 1947, en Lourenço Marques (Mozambique), de nacionalidad portuguesa y de raza oscura. Abandonó los estudios de ingeniero para dedicarse al toreo, adoptando en sus principios el apodo de El Africano. Y las 64 novilladas que toreó en la temporada de 1970, con muy estimable éxito, le impulsaron a hacerse matador de toros. Debut en público: en la plaza de Lisboa (plaza de Campo Pequeno), en 1965. Junto a Antonio do Carmo y Joaquín Barroca. El 9 de mayo torea con Solórzano hijo y un novillero que había estado en huelga a las puertas de la plaza. Da vuelta en sus dos novillos, ABC titula: “Un negro triunfa en extraña novillada en Lisboa”. Su presentación como novillero en Madrid se registró el 19 de marzo del mencionado año 1970, con Manolo Linares y Rafael Sánchez Vázquez, lidiando reses de Jaral de la Mira, y la alternativa la obtuvo en Sevilla el 15 de agosto de 1971, de manos de Antonio Bienvenida, quien, en presencia de Rafael Torres, le cedió un toro de Antonio Pérez.Temporada 1974: 18 corridas. El 14 de abril confirma doctorado en Madrid. Hasta ahora son vanos sus esfuerzos por salir de la tercera fila. Otros datos: cosecha grandes triunfos en la plaza de Maputo. Es uno de los mayores exponentes de la tauromaquia mozambiqueña. De nacionalidad portuguesa. Su padre trabajaba en una pastelería y su madre era ama de casa. Ricardo provenía de una familia pobre, fue desde pequeño aficionado a los toros por los que en su juventud abandona sus estudios de ingeniero agrónomo. Quedará en la historia por ser el primer torero negro. Al comienzo de su carrera se apodaba “El Africano”. Diario de Sevilla, 24/04/2019. Por Charo Ramos. Hacía mucho calor en Sevilla aquel 15 de agosto de 1972 pero la Plaza estaba llena. Ricardo Chibanga compartía cartel con Curro Romero en la corrida que celebraba el día de la patrona, la Virgen de los Reyes. Aunque fue vitoreado y banderilleó muy bien, no obtuvo trofeos como sí hizo en su primera tarde en el coso del Baratillo, cuando cortó una oreja. Por momentos como aquellos Chibanga, el primer africano que toreó en la Real Maestranza, llamaba a Sevilla “mi ciudad” y la echaba de menos soñándola desde su finca de Santarem. La muerte inesperada de Ricardo Chibanga la semana pasada pone de manifiesto lo poco que se le recuerda en su amada Sevilla. Si algún día vemos ampliarse el real de la Feria con su traslado al Charco de la Pava, sería hermoso encontrar que Chibanga tiene una vía con nombre propio entre los toreros de Sevilla, no demasiado lejos de Bienvenida y del faraón de Camas. Kanimambo, Ricardo Chibanga.

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