Se trata de aquel diestro sevillano que fue compañero de Manolo Belmonte en la época que actuó éste como becerrista. Al convertirse Blanquito en novillero, se presentó en Madrid en una novillada nocturna celebrada el 26 de agosto de 1919, para matar ganado de Benjumea con Corchaíto II; toreaba muy poco; en 1921, después de cuatro o cinco novilladas, salió con la tecla de hacerse matador de toros, y el día 10 de agosto le dio la alternativa Rafael el Gallo en Manzanares, con toros de Ángel Rivas y actuando Juan Luis de la Rosa de segundo espada. Como no sabía qué hacer con dicho título, se deshizo de él inmediatamente, aunque al caer en México en el invierno inmediato lo hizo valer cuando le convino. Fue uno de tantos toreros tragador por los remolinos impetuosos de la vida.