HISTORIA DEL TORERO

ANTONIO PÉREZ DÍAZ (Antonio Vargas)

Publicado el 2 de septiembre de 2023
Abel Murillo Adame logo

Matador de toros, nacido en Sevilla el 29 de octubre de 1950, que utiliza el nombre artístico de Antonio Vargas. En 1972 comienza a tomar parte en novilladas con picadores en número bien limitado. Dos años más tarde las estadísticas de fin de temporada tan solo le contabilizan un festejo de tal porte, el celebrado el 12 de mayo en Sanlúcar la Mayor (Sevilla), en el que alterna aceptablemente con Ramón Soto Vargas y Manuel Ruiz, Manili, en la lidia de ganado de José Rufino Moreno Santamaría. Para probar fortuna en la categoría superior, el 12 de octubre de 1975 le concede José Ortega la  alternativa en el Coliseo Balear de Palma de Mallorca, al cederle la muerte de un toro del hierro de José y Francisco Ortega Sánchez, en festejó abierto con toreo a la jineta a cargo de Luis Miguel Arranz. El toricantano dio una vuelta al ruedo en cada una de las reses de su lote. No tengo datos de que se vistiera de luces en la posterior campaña y lo hizo cinco veces en la de 1977, para pisar por vez primera los alberos de las plazas de Las Ventas de Madrid y Monumental de Barcelona. En la primera confirmó sin brillantez alguna su alternativa el 14 de agosto, apadrinado por, El Inclusero, Quien; en presencia de Manuel Rodríguez, le cedió la muerte de un toro de la divisa de Javier Moreno de la Cova. En la Ciudad Condal se presentó el 25 de agosto para alternar con escaso lucimiento con Paco Bautista en la lidia de tres astados de Antonio Campos Peña y uno de Ernesto Louro, tras la actuación del rejoneador Manuel Vidrié. Al final del año taurino, el 2 de octubre, sufre en la Real Maestranza de Sevilla fuerte contusión cervical al entrar a matar a su primer enemigo, de la vacada ya mencionada de Campos Peña. Completaron el cartel aquella tarde José Antonio Rodríguez, Campuzano y Gabriel Puerta. En 1978 cumplimentó tres contratos, entre ellos su repetición en Madrid el 13 de agosto junto al citado El Inclusero y Miguel Pérez, El Cerralbeño. Un toro de discreción mantuvo en la lidia de las reses de Tomás Prieto de la Cal que le correspondieron en el sorteo. Mucho tendrá que esforzarse este modesto espada sevillano para salir de su actual posición en el mundo de los toros. Quede constancia de que sus primeros tiempos utilizó el sobrenombre de Antonio Francisco Vargas, del que, como quedó indicado, suprimió el nombre de Francisco. Todavía hay que consignar una actuación, la última de su vida de espada, la que tuvo por marco la plaza madrileña de Las Ventas el 5 de agosto de 1979, en la que, en presencia de Antonio Chacón, confirmó la alternativa a Tomás Rodríguez, Campuzano, al cederle la muerte de un toro de la ganadería de La Herguijuela. No agrada su labor al respetable en tal ocasión y, como queda indicado, no vuelve a vestirse de luces.

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