Surgió en Sevilla con el ruido que los sevillanos armaban siempre que, a su juicio, brotaba en dicha ciudad un <<fenómeno>>; pero no había para tanto. Ni mucho menos.

Como matador de novillos se presentó en Madrid el 22 de agosto de 1895, y tomó la alternativa en la misma plaza el 19 de septiembre de 1897, de manos de Mazzantini –que le cedió el toro Rabituerto, de Miura– en presencia de Bonarillo.
A partir de 1902, más tiempo pasó en América que en España. Estuvo recluido en un manicomio mejicano; dio muerte en riña, años después, a un banderillero peruano, en Lima; se evadió del presidio, vino a España ocultando su nombre, y tras no pocas vicisitudes, se suicidó en Madrid el 17 de diciembre de 1913.
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