Matador de toros nacido en San Sebastián, el 1 de octubre de 1970, aunque desde pequeño vivió en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja). En Aldeanueva de Ebro (La Rioja), el 15 de abril de 1990, con Manolo Sánchez y Pedro Carra de compañeros hizo su presentación con picadores. Se lidiaron novillos de Sierra Guillén. Ese Año intervino en tres novilladas, anunciándose con su nombre y sin utilizar todavía el apodo. Una sola novillada, en Estella, toreó en 1991, y en 1992 no lo Hizo en ninguna. Reaparece en 1993 utilizando en nombre artístico del encabezamiento, actuando por vez primera en la temporada en la localidad de Magescq, haciendo allí, el 7 de febrero, su presentación en Francia. Alternó con Andrés y Javier Clemares, lidiando novillos de don Javier Pérez-Tabernero Sánchez. Logró sumar once novilladas, incluida la de Francia. Fue la temporada de 1994 la de su lanzamiento, participando en un total de cuarenta y ocho novilladas, dos de ellas en Francia, ocupando el segundo puesto del escalafón de los de su clase. No pudo comenzar más temprano, ya que el 1 de enero se viste de luces por vez primera este año, en Almería, uno de los varios cosos de segunda categoría en los que esta temporada se anuncia. Después lo haría en Gerona y Segovia. El 15 de mayo se presenta en Barcelona, con Abel Oliva y Conrado Muñoz, para dar cuenta de dos novillos de la divisa portuguesa de San Marcos. También hace el paseíllo en Pamplona, el 25 de junio, y no hace ascos a localidades como Cenicientos, donde el toro, el novillo en este caso, sale limpio.
Cerró la temporada en Arnedo, en su tradicional y prestigiosa feria, el 29 de septiembre. Doce novilladas torea en 1995, antes de tomar la alternativa, el 16 de agosto, en Alfaro (La Rioja), vestido de rosa y oro con cabos negros. Es padrino de la ceremonia el cartagenero Ortega Cano, quien, en presencia de El Cordobés, le cede la muerte del toro Limón, marcado con el número 17, negro y bragado de capa, con el hierro de don José Luis Vasconcelos e Souza de Andrade, al que cortó las dos orejas. Remató la tarde enviando al desolladero al que cerró el festejo sin una de ellas. Fue la única corrida en la que participó.
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