
Hacerse llamar Curro llamándose Moisés es lo mismo si la Naturaleza nos prometiera antes de nacer algo diferente de lo que nos da. Este hidalgo nació en Celaya (México) el 6 de octubre de 1929; en 1952 vino a España con una alternativa que aquí era inválida, por haberse verificado en Acapulco y no haberla confirmado en la capital de su país; pudo cubrir este trámite al presentarse en Barcelona cuando el 14 de septiembre recibió el diestro anterior la investidura en dicha plaza; pero el tal Curro se chifló en todos los convenios e hizo de su capa un sayo. Un sayo equivalente a una minifalda, porque igual como torero que como matador fue más corto que una noche de verano.

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