
Era de Zamora y estuvo considerado como muy aceptable matador y habilidoso banderillero, y en este segundo aspecto toreó con Pedro Romero bastantes veces. En 1803 mató por primera vez en Madrid, donde se le ve ejercer funciones de tal durante varios años, después de establecerse las corridas al regresar Fernando VII de su confinamiento en Valençay (Francia).
0 comentarios