Este diminuto torero de Madrid —donde nació el 4 de junio de 1882— apenas llegaba con la montera al testuz de los toros, pero esto no le impedía dar de vez en cuando estocadas en lo alto, como una que dio, practicando admirablemente la suerte de recibir, a un toro de Pérez de la Concha, en el coso madrileño, el 1.º de noviembre de 1903, cuya hazaña le deparó abundantes contratos en el año siguiente. Como matador de novillos se presentó en el mismo ruedo el 10 de febrero de 1901, matando reses de Arroyo con Cantaritos y Machaca. Hundido se hallaba cuando tomó la alternativa en Cartagena el 1.º de agosto de 1909 de manos del Algabeño, con Bienvenida de segundo espada y toros de Anastasio Martín; no por esto salió a flote; marchó a México después de renunciar al doctorado en 1916; retirado de la profesión se dedicó a negocios comerciales, y en Madrid falleció el 31 de octubre de 1943.