HISTORIA DEL TORERO

JUANA APARICIO CASTRO (Juanita Aparicio)

Publicado el 21 de diciembre de 2024
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Novillera Mexicana. Nacida en Monterrey (Nuevo León) el 27 de enero de 1935. Es hija de Francisco Aparicio, matador de toros y charro, y Eva Castro, también charra. De hecho ella, y su hermanos Rosa María, Carmen y Paco también practicaban esta típica exhibición mexicana y ella confesó que <<casi montaba a caballo antes de andar>>. Su abuelo paterno criaba caballos y ella recuerda que cuando Conchita Citrón venía a actuar en México, visitaba el rancho de su abuelo para escoger sus monturas. También se acostumbraba a ver a matadores como Fermín Espinosa, Armillita, los hermanos Briones, Lorenzo Garza, Paco Gorráez… y entrenar con su padre. Le costó mucho al principio convencer a su padre, que había incluso toreado en España, Francia y Portugal antes de la Guerra Civil, pero cuando se dio cuenta de que ella no tenía remedio, se convirtió en su profesor y su apoderado. Su padre consintió que diera sus primeros capotazos allí en el rancho a los once años con esta explicación: La dejé torear para que escarmentara de una vez por todas; pero ante mi asombro y el de todos presentes, toreó muy bien>>. Hizo su presentación en público en el Rancho del Charro el 11 de marzo de 1951 y cortó las dos orejas y el rabo de un eral de San Diego de los Padres. Al principio solía alternar el toreo a caballo con el de a pie, pero en 1953 sufrió un serio percance en el ruedo y se dañó seriamente la columna. Los médicos le prohibieron montar a caballo durante prolongados períodos de tiempo. Descartado el ejercicio del rejoneo, tras haber actuado en 45 novilladas y matado unas 80 reses, Juanita Aparicio hizo su debut en una novillada formal en la Plaza México el 13 de septiembre de 1953. Volvió a torear en la capital el 22 de agosto de 1954, estoqueando reses de Cerro Gordo, y fue tan brillante su actuación que la repitieron nada menos que seis veces, incluyendo la tarde del 25 de septiembre de 1955, cuando cortó tres orejas y un rabo en un inolvidable mano a mano con la norteamericana Bette Ford. Sus novillos, de nombre Garboso y Bailador, de la prestigiosa ganadería de Coaxamalucan, pesaban más de 500 kilos. También destacó en otro mano a mano en Tijuana con Betty Ford, en el que cortó cuatro orejas y un rabo. Los toreros mexicanos llegaron a boicotear y así pasó a actuar en diversas plazas de Centro América y América del Sur. Destaca una tarde en Caracas, un mano a mano con la estadounidense Patricia McCormick, y <<toros>> de Xajay (<<toros>> porque en principio la corrida la iba a lidiar el matador mexicano Lorenzo Garza). Patricia resultó herida por su último novillo y Juanita tuvo que despachar cuatro reses, cortando las orejas. A pesar de sus triunfos o, tal vez precisamente a causa de ellos, encontró muchas trabas para actuar con los toreros varones y por tanto se vio obligada a actuar con mujeres. Juanita Aparicio anunció su retirada tras una actuación en la Plaza El Toreo (Cuatro Caminos, México D. F.) el 4 de diciembre de 1955, matando cuatro novillos ella sola, dos de Coaxamalucan y dos de Conejo Chico. No obstante, volvió dos años más tarde al mismo escenario con gran éxito, cortando las dos orejas y el rabo de su último novillo. Sufrió a lo largo de su carrera una cornada grave en el muslo izquierdo, 13 fracturas de costillas, mano y pies y también una vez se clavó una banderilla en la rodilla. Tras regresar de una gira triunfal por Venezuela, toreó por última vez el 12 de noviembre de 1959 en León (Guanajuato), y dejó aquel último novillo vivo, algo que no le había pasado jamás. Tal vez fue un rechazo psicológico. Se cortó la coleta definitivamente a los veinticinco años de edad y los ocho días después de su última actuación profesional, Juanita Aparicio se casó con el doctor José Manuel Álvarez Tena, el médico que la había atendido cuando se dañó la columna. Participó después en algunos festivales benéficos y en varios tentaderos, junto con su primo, el famoso diestro mexicano Mariano Ramos. Toreó en el campo, embarazada de seis meses de su primer hijo. Recuerda que no lo pensó dos veces, bajó al ruedo, pero la bronca que recibió de su marido después fue mayúscula: <<Lorenzo Garza me invitó y me bajé sin pensarlo dos veces. No había mirado a mi marido siquiera, pero después casi me divorcio ese día. Estaba de cinco o seis meses de embarazo. Es que no lo pensé y después, me pregunté: ¿Qué he hecho? Que suerte he tenido>>, recuerda. Tiene cuatro hijos –José Manuel, Juan Antonio, Francisco Javier y Alejandra Yanira–, y aunque Francisco quiso ser torero, ella se opuso. Se le reconoció un gran valor y un estilo artístico con gran feminidad. La plaza de toros de San José del Valle en Nayarit lleva su nombre, en recuerdo de una gran actuación suya allí, en la que cortó hasta la pata. El insigne escritor madrileño, afincado en México, Carlos Fernández Valdemoro, Pepe Alameda, dijo de ella: << De haber nacido hombre, Juanita habría sido figura del Toreo>>. Falleció en Querétaro el 27 de septiembre de 2020.

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