
Matador de novillos, nacido en Nimes en 1857, que hacia 1877 vino a España y comenzó su andadura torera en festejos económicos de los que nunca pudo salir. Actuó preferentemente por cosos catalanes y aragoneses –en Jaca sufrió una cogida de importancia– demostrando mucho más valor que sentido artístico. Tras retirarse bien pronto de los ruedos comenzó una vida plagada de aventuras como aeronauta domador, gimnasta y sonámbulo. En esta última especialidad encontró la muerte, el 16 de septiembre de 1888, en Toulouse, al disparar sobre el alambre, a veinte metros de altura, un castillo de fuego de artificio. Cegado por el humo cayó al suelo falleciendo poco después. En la vida preñada de riesgos que escogió este singular y arriesgado aventurero no podía faltar su capitulo taurino.

0 comentarios