Era de Medina-Sidonia (Cádiz) y de él nos habla con extremado elogio don José de la Tixera en su mencionada obrita, pues dice, pues dice que fue el primero de los que subieron <<a la cumbre de la mayor destreza>>. Tan es así, que le designaron con el apelativo de E monstruo andaluz, <<por haberlo sido en realidad tanto en el manejo de la capa como en el de la espada>>. Afirma, asimismo, <<que hasta su tiempo no se vio otro igual>>, pero no expresa qué tiempo fue ese, y agrega que <<en poner banderillas excedió de los límites que habían tocado los más diestros navarros (sic), porque las partía por medio y después las clavaba a cachetes o puñetazos>>. Don José Daza habla también de él con grandes elogios en su referida obra, cuya mención nos permite saber que toreó en Sevilla en 1751 y que la pérdida de su fortuna le llevó a un final desastroso.