
Matador de toros limeño, de los primeros peruanos que comenzaron a lidiar y matar toros a estilo español, es decir, a pie y con espada y muleta. En 1795 se dedicaba a picador Como otros de su país y como observa graciosamente don Ricardo Palma en una de sus Tradiciones peruanas, <<eran eclécticos, pues así se ceñían a las regles de la escuela de Ronda, como a las de la escuela de Sevilla. Estoqueaban a la criolla, es decir, como el diablo quería ayudarlos. Para ellos, cerviguillo o rabo, todo era toro>> Aún más célebre que por sus proezas taurinas lo fue por su actuación política. En tiempos del virrey Abascal fue el denunciante de una revuelta revolucionaria, frustrada por su denuncia. De 1801 a 1806 le veo anunciado como matador en la plaza del Retiro, de Buenos Aires, donde ganó 25 pesos.
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