
Matador de novillos en corridas sin caballos, como la celebrada en Logroño, el 19 de junio de 1955, en la que alternó con Valentín Sepúlveda. A pesar de sufrir una aparatosa cogida logró despachar brillantemente su lote, e incluso logró cortar una oreja a su primer novillo, el culpable del revolcón.
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