Matador de novillos, de familia ganadera de reses bravas, cuyos comienzos toreros fueron por demás prometedores. Durante la temporada de 1961 son frecuentes sus éxitos en festejos económicos, como los obtenidos en Baena, el 12 de febrero, o en Jaén, el 30 de julio, en los que cortó los máximos trofeos a reses del hierro de su casa. Su primera corrida picada la torea el 23 de septiembre de tal año, en Pozoblanco, junto a Gabriel de la Haba, Zurito, y Agustín Castellano, El Puri. Con ganado de tres divisas. Tiene la mala fortuna de resultar con fractura del brazo izquierdo al entrar a matar a su primer enemigo, del que le llevaron las dos orejas a la enfermería. Tal percance corta su temporada y no vuelve al ejercicio de la profesión hasta la siguiente, donde su estrella se eclipsa, ya que únicamente se anota dos actuaciones, una de ellas en Córdoba, con los mismos compañeros que en la reseñada de Pozoblanco y astados de José Núñez Guerra. Su labor es deficiente y escucha un aviso en cada uno de sus novillos. Debió desistir muy pronto de sus proyectos toreros.