
Matador de novillos nacido en Mondéjar (Guadalajara) el 9 de octubre de 1909. Desde muy joven sintió la afición taurina y a los 12 años empieza su carrera como aficionado, haciendo las capeas de la provincia de Toledo. Da en Sevilla, donde entra a trabajar como pintor, en la casa de don Nicanor Puerto. Favorece este sus aficiones toreras y le proporciona algunas novilladas en Morón, El Arahal, Marchena, Utrera y otros pueblos de Andalucía. El año 1928 hace su presentación en Cádiz, y torea después en San Fernando, Jerez, Altearas, Málaga, Barcelona y otras importantes plazas de España. Su presentación como matador con traje de luces la hizo en la plaza de toros de la Pañoleta, con novillos de Anastasio Martín, en el mes de mayo de 1927. Cortó la oreja del segundo novillo y fue sacado en hombros. Torea con varia fortuna hasta la temporada de 1932, que es la última de su carrera taurina. Sufrió durante ella varias cogidas, la más importante una cornada en la ingre sufrida en la plaza de La Linea con toros de Gallardo, en corrida memorable, pues cortó las orejas y el rabo del primer toro y las del segundo se las llevaron a la enfermería, donde había ingresado al matarlo. Otras dos cornadas merecen recordarse: una, poco importante, recibida en Ubrique, y otra, en Málaga, en la que un novillo de Murube le hirió gravemente en la pierna derecha. Hasta aquí la historia taurina de Ángel Alcázar de Velasco. Pero es mucho más importante la de su actividades políticas. En ellas le orienta el propio don Nicanor Puerto, que hebía sido su primer protector taurino. Ángel Alcázar interviene en el alzamiento del general Sanjurjo en Sevilla; termina sus estudios de Bachillerato y dedica, íntegra, su actividad a la política. Es fundador de la Falange de Madrid, y por su intervención en hechos heroicos de su primer momento merece el galardón de la Palma de Piala. Durante la guerra civil fue nombrado Consejero Nacional por Hedilla, e intervino en los sucesos de Salamanca de abril de 1937, por lo que fue condenado a muerte. Indultado por Franco cumplió su condena en la fortaleza de San Cristóbal, de Pamplona, y por su conducta heroica al tratar de fugarse gran parte de los reclusos de aquella prisión, el 22 de mayo de 1938, fue indultado del total de la condena. Al ser puesto en libertad ocupó diversos cargos de confianza y fue agregado de prensa en la Embajada española en Londres.
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