Un diestro que en posesión de la carrera de abogado recibe percances tan graves como los que éste sufrió en Barcelona, Palma de Mallorca, Bilbao, huelva y Sevilla, forzosamente ha de tener una afición sin límites que le esclevice. Nació el 30 de mayo de 1933 en Madrid, es nieto del primitivo Valencia que perteneció a la cuadrilla del Espartero, sobrino de osé y Victoriano Roger (matadores que ya han desfilado por este inventario) y primo del mal apodado Valencia III, que también ha sido objeto de nuestra atención. Salió por primera vez al ruedo de las Ventas como novillero el 1.º de julio de 1956 para matar reses de Escudero Calvo con Fermín Murillo y José Luis Serrano; el 6 de julio de 1958 realizó en dicha plaza de Madrid, con el toro Carpeto, de Palha, una labor tan brillante, que constituyó un verdadero suceso artístico merecedor de todos los ditirambos; el 28 del mismo mes tomó la alternativa en Barcelona de manos de Antonio Bienvenida, con Antonio Ordóñez de testigo y toros de doña Eusebia Galache, y el 14 de mayo de 1959 se la confirmó Julio Aparicio en Madrid, con toros de Atanasio Fernández y el mismo Ordóñez como segundo Matador.
Pero Valencia, con todo lo que pueda decirse en su elogio, no ha conseguido abrirse paso y ha venido toreando poco, pudiendo señalarse con número de bulto los años 1959 y 1962, en los que despachó 35 y 30 corridas, respectivamente.
En 1968, no pasó de media docena de actuaciones. Pero subió a 25 en 1969.
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