Matador de toros, incluido por Daza entre los lidiadores navarros, muy considerados y solicitado en su tiempo. En carta de 22 de junio de 1750 se ofrece a la ciudad de Pamplona para torear los sanfermines, y en ella encontramos las únicas noticias de su vida, Pretende que le paguen más de lo que sin duda le ofrecen y afirma que en Bilbao le dieron cincuenta pesos (y otros tantos a su hermano), y en Burgos y para las mismas fechas le ofrecen treinta en cada corrida. Jactanciosamente agrega; <<No ignora usted lo que sucede en esa plaza, y de que muchos toros quedarían sin matar como trabajasen todos igualmente>>.