Matador de toros, nacido en el citado Real Sitio el 15 de febrero de 1954, que tras vestir su primer traje de luces el 29 de abril de 1973 en San Martín de la Vega, irrumpió con fuerza en el mundillo del toro durante la temporada de 1974 al triunfar en una larga serie de festejos económicos. Merecen especial mención los obtenidos el 23 de junio en Gerona, donde corta las dos orejas de su segundo enemigo, de Miguel García Requejo, en presencia de Manuel Sampedro y el rejoneador Luis Miguel Arranz; el 18 de julio en Yepes (Toledo) al dar muerte, por cogida de su compañero Édgar Morante, a cuatro astados de Gabriel García con una cosecha total de cinco orejas y dos rabos; el 27 de agosto en Cuéllar (Segovia) al alternar con Sánchez Linares y Lorenzo Manuel Villalta en la lidia de un encierro de Julio Jiménez, donde le conceden una oreja de su primer oponente y las dos de su segundo y el 9 de septiembre en Morata de Tajuña (Madrid) al conseguir las cuatro orejas de las reses de la citada divisa de Gabriel García que le correspondieron. A comienzos de 1975, el 9 de marzo torea su primera corrida con picadores en su patria chica, con ganado de Lucio Muriel y Ángel Majano, Palomo II, y Juan de Dios Lozano de compañeros de cartel, sin que se interrumpa su racha anterior al cortar una oreja de su primer novillo y las dos y el rabo del que cerró plaza. Participó tal temporada en veinte festejos, siendo herido el 16 de agosto en Guadarrama (Madrid), que aumentaron a veinticinco en la siguiente. El 19 de junio de 1977 hace su presentación en el coso madrileño de Las Ventas para despachar reses de Sotillo Gutiérrez, en presencia de Faustino Barragán, Gitanillo Rubio, y José Castilla y sin obtener trofeo alguno deja muy buen sabor de boca en la afición capitalina, al igual que ocurre al repetir el siguiente domingo, día 26, ante Luis Miguel Ruiz y Lorenzo González, y llevar a cabo una gran faena a una res de la vacada de Maribáñez, deslucida al fallar reiteradamente con el estoque, pese a lo cual hubo de dar una vuelta al ruedo.
Tras tomar parte en veintidós novilladas, toma la alternativa el posterior 4 de septiembre en su natal Aranjuez, en postinera corrida. Es el padrino Santiago Martín, El Viti, quien, en presencia de Palomo Linares, le cede la muerte del toro Fusilero, negro, número 37, con 540 kilos de peso bruto, del hierro de los herederos de Baltasar Ibán, del que le otorgarían las dos orejas, mismo triunfo, que con el aditamento del rabo alcanzaría con el astado que cerró el festejo. Aún intervino en otras cinco corridas de toros en el resto de la temporada, para quedar en lugar expectante ante la campaña de 1978, en la que ha confirmado su doctorado en Madrid, el 20 de mayo, apadrinado por Gabriel de la Casa con Roberto Domínguez de testigo de la cesión de un toro de la vacada de Antonio Pérez de San Fernando, Agradan sus maneras a la afición madrileña, tanto en la lidia de tal astado, tras cuya muerte recorrió el anillo entre ovaciones, como en la del que cerró plaza, de la divisa de Manuel García-Aleas. Se ha situado en un aceptable lugar en el escalafón de espadas de alternativa al torear e 1978 veintinueve corridas, en las que ha cortado la alta cifra relativa de cuarenta y dos orejas. Se viste de luces diecisiete tardes en el transcurso de la temporada de 1979, logrando positivos resultados, como en la del 5 de septiembre en su natal Aranjuez, donde le conceden las dos orejas del astado que cerró plaza, de la ganadería de Atanasio Fernández, en presencia de Santiago Martín, El Viti, Luis Francisco Esplá, o la del inmediato día 7 en Sotillo de La Adrada, al cortar las dos orejas y el rabo de una res de la vacada de Valverde, ante Raúl Sánchez y Pepín Peña. Triunfa nuevamente en Aranjuez el 5 de septiembre de 1980 al llevarse un total de tres orejas de ejemplares de las divisas de Atanasio Fernández y de Juan Andrés Garzón cuando competía con Sebastián Palomo Linares y Francisco Rivera, Paquirri, Cumplimentó tal año siete contratos, que no pasaría de cuatro en 1981. Téngase en cuenta que este diestro ya había cruzado el charco en dos internadas, la de 1978-1979 y la de 1980-1981, la primera para torear en Venezuela y la segunda para hacerlo en Ecuador. Testifica el 9 de octubre de 1982 en Ciudad Real la alternativa que concede José Ruiz, Calatraveño, a José Valencia, con el agridulce resultado de cortar una oreja en su primer enemigo y de escuchar los tres recados presidenciales en su segundo. Ciño en cuatro ocasiones ese año la taleguilla bordada y tan sólo en una única oportunidad en el posterior de 1983, precisamente el 28 de mayo en su Aranjuez para obtener un apéndice de cada uno de los pupilos del hierro de Pablo Romero, delante de Antonio Chenel, Antoñete, y Ángel Teruel. Cuatro ajustes firma en 1984, entre los que cabe destacar su nueva salida al ruedo de Aranjuez, el 30 de mayo, donde se enfrenta a bureles de la ganadería de Montalvo junto a José María Manzanares y Emilio Muñoz, con el éxito que supone llevarse las dos orejas de su segundo oponente, y su acertada labor el 29 de julio en la madrileña plaza de Las Ventas, con la mala fortuna de recibir una cornada grave en el muslo derecho, cuando alternaba con Fernando Rivera y Carlos Aragón Cancela en la lidia de un saldo ganadero formado por cuatro toros del conde de la Maza, uno de Ortigão Costa y el restante de Manuel García Fernández Palacios. Y con un par de actuaciones toreadas durante la campaña de 1985 y una en la de 1986 termina, al menos hasta este momento, la vida torera de este siempre voluntarioso espada, merecedor de haber sumado mayor números de contratos. En 1987 interviniendo en dos corridas de toros, ambas en Aranjuez, las dos que podrían punto final a su vida profesional. Vestido de luces hace el paseíllo por última vez en la localidad madrileña indicada, alternando con José Antonio Carretero y José Luis Seseña. Estoqueó dos toros de don Domingo Hernández, los últimos en una carrera que, al menos para mí, se distinguió por su honradez.
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