De este diestro —nacido en Cádiz el 11 de marzo de 1811 –podemos decir que fue gitano y que se mantuvo siempre en un discreto lugar de la segunda fila. Su aprendizaje torero lo hizo en las plazas andaluzas, y se presentó en Madrid el 17 de abril de 1843 cuando ya era espada. Al darse a conocer en dicha capital estoqueó ganado de Gaviria y de Juan Sandoval acompañado de Juan Pastor y su paisano Ezpeleta, pero sin mediar cesión de trastos. Era alto, algo obeso, toreaba a su modo, con un estilo peculiarísimo y extraño, pero como lo hacía muy cerca, ganaba el favor de la masa. Sus ocurrencias, disparatadas y chistosas –dictadas casi siempre por la superstición–, fueron muy celebradas. En el año 1858, viendo disminuir sus ajustes, hizo una excursión a Perú, halagado por otras muy provechosas que había hecho a La Habana y México, y a los pocos días de su llegada, el día 10 de diciembre del referido año, murió a consecuencia de la rotura de una aneurisma, y no en las astas de un toro negro, como le había vaticinado una <<gachí>> de su raza al decirle en una ocasión la buenaventura. No hay que decir que aquella profecía gitana le hacía pasar muy malos ratos cada vez que tenía que habérselas con un toro negro.
HISTORIA DEL TORERO
Manuel Díaz Cantoral (Lavi)
Publicado el 18 de diciembre de 2021
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