Nació en Sevilla el 24 de diciembre de 1873 y fue un buen mozo que en el año 1898 figuró en la vanguardia de los novilleros y quedó anulado en cuanto tomó la alternativa. Se presentó como novillero en Madrid, toreando con Gavira y Padilla, el 29 de agosto de 1897, y se hizo matador de toros en Ciudad Real, al cederle Torerito el toro Mazantinito, de Aleas, el 17 de agosto de 1899. Cuando pisó el ruedo de Madrid el 2 de junio de 1901 para confirmar su doctorado, no accedió a que Conejito, primer espada, le cediera los trastos, desdén que sentó tan mal los madrileños, que no volvió Velasco a dicha plaza. Se fue al hoyo en seguida, acordándose, sin duda, de las tres graves heridas que el toro Mediogorro, de Adalid, le infirió en Jerez de la Frontera el 24 de junio de 1900. Relajados en él los resortes de la valentía y la voluntad, marchó a México, donde acabó por hacerse empresario, y allí falleció, en San Luis de Potosí, el 17 de mayo de 1923.