Lo de apodarse Angelete llamándose Eugenio parece que no pega, pero la incongruencia se explica teniendo en cuenta que se trata de un sobrino de aquel Ángel Fernández Pedraza (Angelete) de la promoción de 1917. Nació el 23 de marzo de 1923 en Baños de Montemayor (Cáceres), donde su mencionado tío también había visto la luz, y se presentó en Madrid como novillero el 13 de septiembre de 1942, para estoquear reses de don Gabriel González con Pascual Montero y Julián Marín. Tal fue su triunfo en tal ocasión, que Don Luis escribió de él en su anuario <<Toros y Toreros>>: Veni, vidi, vici>>, como el César. En cuatro se presentó en Madrid, su estilo de torear, parando, templando y mandando admirablemente, produjo una verdadera conmoción entre los aficionados>>. En 1943 tomó parte en 40 novilladas con frecuentes éxitos, y así, bajo los mejores auspicios, tomó la alternativa en Barcelona el 12 de octubre de dicho año, concedida por Manuel Rodríguez Sánchez (Manolete), quien hubo de cederle el toro Sombrerero, de don Felipe Bartolomé, en presencia de Manuel Escudero Gómez Pero la alternativa le sentó a Angelete (¡quién lo dijera!) igual que a Felipe el Hermoso aquel vaso de agua fría que bebió sudando después de un partido de pelota. Más, mucho más, se esperaba de aquel diestro de airosa figura que tantas veces demostró que sabía hacer el toreo a gusto de los buenos catadores. La investidura se la confirmó José Mejías Jiménez (Bienvenida), en Madrid el 14 de mayo de 1944 con reses del vizconde de Garci-Grande y Emiliano de la Casa (Morenito de Talavera), de segundo matador, y si en tal año tomó parte en 17 corridas, fue bajando a nueve, a tres, a cuatro, etc., en los años sucesivos, hasta terminar en punta. No sufrió percances que pudieran hacerle prudente, y si fue escasa su personalidad, otros, con menos, se sostienen algunos años en muy honroso puesto.
El matador de toros Eugenio Fernández, Angelete, falleció a los 95 años, en Cáceres, tras una larga enfermedad, el torero extremeño. Angelete, sobrino de uno de los grandes toreros de principios del siglo XX, del que heredó su apodo en los ruedos, era hasta la fecha el decano de los toreros, una vez que en 2014 falleciera el Pepe Luis Vázquez, del que era un gran admirador, y fue también uno de los últimos toreros que toreó junto a Manuel Rodríguez Sánchez (Manolete), quien, a su vez, fue su padrino de alternativa.
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