
Matador de toros nacido en Madrid el 13 de enero de 1977. Hijo de Francisco Rivera, Paquirri, nieto de Antonio Ordóñez, sobrino-nieto de Luis Miguel Dominguín y hermano menor de Francisco Rivera Ordóñez, este matador de toros de gloriosa dinastía, tras la muerte de su padre en el ruedo de Pozoblanco, su adolescencia transcurrió entre el internado de Suiza en el que cursó el Bachillerato y en Santa Mónica Collage de Estados Unidos, dónde estudió producción audiovisual, oficio que iba a ejercer durante varios años en distintas productoras cinematográficas. En todo ese tiempo no manifestó Cayetano deseo alguno de seguir la senda familiar en el toreo, aunque alguna vez se hubiera puesto delante de las becerras con que entrenaba su hermano. Pero a los veintiséis años y ya casado con la modelo Blanca Romero –de la que se separaría más tarde—se preparó para torear, como aficionado, en el festival que la familia Rivera organizaba entonces en Zahara de los Atunes, localidad natal de Paquirri.

Aquel 12 de abril de 2003 actuó por primera vez en público vestido de corto, al lado de su tío Riverita, y de su hermano Francisco y de su primo José Antonio Canales Rivera, para estoquear un eral de Toros de la Plata, del que cortó un rabo. Compartió con el último la lidia del sobrero. El festival despertó la vocación latente y nunca manifestada de Cayetano, que no tardó en comunicar a sus parientes toreros más cercanos su determinación indiscutible de iniciar la aventura del toreo profesional, tanto avanzada. Ese mismo verano comenzó su aprendizaje básico con el veterano Juan Ruiz, Espartaco, que le fraguó en duras sesiones de trabajo antes de dejarle en manos de Curro Vázquez, su tío segundo, que continuó la labor con el aspirante. El urgente proceso de preparación se vio frenado durante seis meses por la grave lesión de ligamentos de rodilla que en febrero de 2004 sufrió Cayetano durante un tentadero. Tras el periodo de rehabilitación, el mismo día de su santo, 7 de agosto, el segundo hijo de Paquirri mataba a puerta cerrada sus dos primeros novillos en la finca de José Vázquez, y retomaba los entrenamientos de cara a su debut de luces, que sus mentores querían que fuera directamente con picadores y, lógicamente, en la plaza de Ronda, tan vinculada a su dinastía.

Al contrario que había ido sucediendo con otros novilleros de apellido ilustre, que consiguieron sin problema alguno los permisos necesarios para actuar con los del castoreño sin someterse al proceso exigido por la Administración, desde el Ministerio del Interior se pusieron a Cayetano más trabas de las habituales. Pero, en una hábil maniobra, Curro Vázquez hizo las gestiones exactas para que el aspirante sumara las diez novilladas sin picadores obligatorias para el salto de escalafón sin que estas trascendieran al público: tras forzados aplazamientos por la nieve, el 10 de enero de 2005 y con intervalos de media hora, Cayetano mató prácticamente en secreto diez erales de distintas ganaderías en la plaza abulense de Navalperal de Pinares –a eral por festejo según la legalidad—y cumpliendo todos los requisitos administrativos y en presencia de la autoridad, aunque no de público a pesar de que se abrieron las puertas del coso en un día de clima nada propicio. Cumplido el kafkiano tramite de manera tan astuta, el 26 de marzo, sábado de Gloria, por fin Cayetano apareció vestido de luces en una bicentenaria plaza de Ronda abarrotada, para estoquear dos utreros de Zalduendo en un festejo mixto en el que Espartaco y su hermano Francisco lidiaron cuatro toros de la misma ganadería. Enfundado en un traje purísima y oro, uno de los colores predilectos de su padre, el debutante cortó cuatro orejas y un rabo y sorprendió por la hondura y el temple de su toreo.

Y salió lanzado al estrellato novilleril ya desde su arranque en la profesión. Aprovechando la gran fama mediática de su familia, pero encauzándola exclusivamente en los aspectos taurinos, Cayetano se reveló como máxima novedad y gran atractivo de la temporada, hasta el punto de que sumó en 2005 un total de 53 novilladas con tratamiento de figura, incluso alternando con los más importantes matadores –El Juli, Enrique Ponce, Rivera Ordóñez o Morante de la Puebla—en los 21 festejos que tuvieron carácter mixto. De las 87 orejas que cortó, pesaron más las obtenidas en plazas como las de Granada, Oviedo y San Sebastián de los Reyes, pero también la que paseó en Bilbao o las tres que le concedieron en Zaragoza el 4 de noviembre, en la última actuación de una campaña en la que además se presentó en San Sebastián, Alicante, Algeciras, Badajoz, Málaga o Palma de Mallorca. En el parte médico, Cayetano anotó una herida en el escroto en Marbella, una rotura de fibras del gemelo derecho en Granada, una cornada interna en Zafra y una lesión de ligamentos del pulgar derecho. Más que una temporada al uso, la campaña del 2005 fue un acelerado rodaje para Cayetano, el aprendizaje concentrado y ante el público de un aspirante tardió que concentró todas las miradas.

Por eso el año 2006 tuvo para él una mayor carga de responsabilidad, teniendo en cuenta que iba a ser el de su presentación en todas las plazas de Máxima categoría, exceptuando la de Madrid. En la primera parte de la temporada cortó orejas en las Fallas de Valencia, en San Sebastián y en Zaragoza, así es como triunfo en su presentación en Sevilla, el 1 de mayo, donde paseó sendos trofeos de novillos de Zalduendo en una tarde marcada por la repentina retirada de José María Manzanares, que completaba el cartel mixto con el rejoneador Hermoso de Mendoza. Días después eran cuatro orejas y un rabo las que sumaba en la feria de Jerez, escenario de su tarde más rotunda y completa en la etapa novilleril, pero también tuvo notables actuaciones en Barcelona, Cáceres, Nimes, Algeciras, Granada, El Puerto de Santa María, Málaga y Almería. El balance de esta segunda temporada como novillero fue de 49 novilladas (23 de ellas como festejos mixtos y 11 en plazas de primera categoría), saldadas con 78 orejas y dos rabos. Y la despedida del escalafón menor tuvo lugar nada menos que en Bilbao, el 3 de septiembre y lidiando en solitario de seis utreros de distintas divisas, a los que arrancó sendos trofeos. La alternativa de Cayetano tuvo carácter de acontecimiento. El escenario no podía ser otro que la Maestranza de Ronda, donde se celebraba a la vez el cincuentenario de la prestigiosa corrida goyesca. Ese 9 de septiembre de 2006, entre una gran expectación, su hermano Francisco le hizo matador de toros con el cuatreño Juicioso, de Zalduendo, y vistió el toricantano de turquesa con bordados en Azabache.

El fraternal mano a mano goyesco lo saldó Cayetano con cuatro orejas, dos de ellas del toro de la ceremonia, y la salida a hombros en compañía del primer Rivera Ordóñez. Fueron cuatro corridas más las que aún toreó ese año, entre ellas la de su confirmación en Nimes y la de su presentación en Salamanca, de cuya plaza de La Glorieta abrió la puerta grande el 17 de septiembre tras desorejar un sobrero de Montalvo. El inmediato otoño hizo su primer viaje taurino a América, en concreto a la Valencia de Venezuela, de cuya feria del Socorro se adjudicó el Rosario de Oro al triunfador por cortar cinco orejas en las tardes del 18 y del 19 de noviembre. Una fractura en la muñeca derecha, ocasionada durante un tentadero, le obligó a retrasar el inicio de la temporada del 2007, en la que Cayetano entró rodeado de la máxima atención, tanto en el ambiente taurino como en el mediático. Su fama y su popularidad, y sus incursiones como imagen publicitaria y modelo, pues ha hecho ya pasarela vistiendo un modelo de Armani, le han creado ciertas reticencias entre los profesionales y los aficionados de más rancio concepto. Pero es precisamente esa fama extra taurina una gran baza para la propia promoción de la fiesta, siempre y cuando Cayetano sea capaz de concretar el toreo serio, clásico y hondo que esbozó en sus tiempos de novilleros, cuando se preparó en tiempo récord para intentar alcanzar las glorias familiares. El 17 de junio de 2007 se presentó en Barcelona, obteniendo un triunfo histórico al cortar cuatro orejas a un buen lote de Núñez del Cuvillo. A su segundo, Postinero, se le dio la vuelta al ruedo. Salió a hombros junto a José Tomás que reaparecía esa tarde. Completó la terna Finito de Córdoba.


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