Matador de toros nacido en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) el 10 de diciembre de 1967, de tempranera vocación taurina que le llevó a participar en becerradas celebradas en cosos levantinos durante la temporada de 1980. Por cierto que por entonces utilizaba el pretencioso nombre artístico de Carmelo la Locura, que no tardó en abandonar para, seguidamente, anunciarse únicamente con su nombre de pila. Durante la siguiente campaña cambia el escenario de sus salidas a los ruedos por los de localidades malagueñas y granadinas, sin abandonar el de Benicasim, donde repitió reiteradamente. En su ciudad natal lleva a cabo su presentación, con buena fortuna, el 19 de marzo de 1981, al enfrentarse a becerros de la ganadería de José Luis Sánchez y Sánchez, y en la de Valencia lo haría el 4 de abril de 1982 en una función promocional en la que, con reses de Tomás Sánchez Cajo, también intervinieron los asimismo espadas noveles Fernando Iglesias, Ramón Carceller, Ramonet, Enrique Ponce, Miguel Asensi y Rafael Asensio. Ha de estoquear dos astados en tal oportunidad, por cogida de Iglesias, y corta una oreja en el que le correspondió en el sorteo y falló a espadas en el de su herido compañero.
Nuevamente en su conocida plaza de Benicasim, el 20 de junio le conceden las dos orejas y el rabo en un festejo en el que tomaron parte los triunfadores de un concurso de becerristas celebrado por aquellas tierras. El 30 de julio de 1983, otra vez en su patria chica, le entregan tres orejas y un rabo de bureles de la vacada de Jandilla ante Francisco Heredia, y ya en 1984 comienza a intervenir en novilladas con picadores: lo hizo en veintiséis ocasiones, con muy buen pie, como el 3 de junio en Benidorm, con un botín de tres orejas de novillos de Luis Fraile, en presencia de su compañero Humberto Parra y del rejoneador Patricio Sánchez.
El 23 del mismo mes, en San Feliú de Guíxols –su primer festejo con plazas montadas–, lo consigue con cuatro orejas de ejemplares de Abilio Hernández y su colega Antonio Jiménez Carratalá y el caballista Luc Jalabert de complementos del cartel; el 22 de julio en Vinaroz, al ganar una oreja de cada uno de los pupilos del hierro de Ana Romero que formaron su lote, lo que pudieron atestiguar Marcos Valverde y Emilio Silvera; el 16 de agosto en Colliure (Francia), donde le entregaron tres orejas y un rabo de astados de la divisa del conde de la Maza, o tres días más tarde en Figueras, al cosechar los máximos trofeos de una res de la vacada de Eugenio Santiago Hernández.
En el coso valenciano de la calle Játiva alterna el 12 de marzo de 1985 con Antonio Ruiz Soro II, y Juan Rivera en la lidia de un encierro de Cayetano Muñoz, con el feliz resultado de llevarse un apéndice de cada uno de los novillos que le correspondieron, y se presenta sobre el albero de la plaza de Las ventas, de Madrid, la tarde del siguiente 12 de mayo para competir acertadamente con José Pedro Prados, El Fundí, y Luis Miguel Calvo, con novillos de la ganadería de La Guadamilla en el redondel. En la feria valenciana de San Jaime, el 22 de julio, se le concede una oreja de cada uno de los astados que formaron su lote, ambos de la divisa de Carmen Camacho, delante de Rafael Camino y Ricardo Sevilla, Chicuelo de Albacete. Ha de dar dos vueltas al ruedo del madrileño coso de Las ventas el 22 de septiembre, tras dar cuenta de su primer enemigo y escuchó un aviso en su segundo, que le produjo una herida en el labio, un puntazo corrido en el muslo izquierdo, así como múltiples contusiones. Cumplimentó cuarenta y un contratos en el transcurso de esta temporada de 1985 y no le faltarían tardes redondas en la posterior.
Sirvan de ejemplo las del 15 de junio en Burgos con tres orejas en sus manos de astados del hierro portugués de Santa María, éxito contemplado por el mencionado Calvo y Miguel Mejías, Bienvenida, o la del 2 de julio en Algeciras, de donde se lleva cuatro orejas de reses de Manuel Álvarez Gómez delante de Salvador Mateo y el citado Chicuelo de Albacete, o la de contrapartida del 18 de agosto en Amorox, donde hubo de dar cuenta de tres bureles de la divisa de Cortijoliva, al ser cogido Juan de los Reyes y quedarse en el ruedo con Juan Carlos Vera. Si es cierto que en dicha coyuntura cortó un total de cinco orejas y un rabo, no lo es menos que sufrió una cornada de importancia en el mentón. Su antigüedad como matador de toros tiene fecha del 31 de mayo de 1987, cuando en Sanlúcar de Barrameda le cedió el padrino Francisco Ojeda, delante del testigo Luis Parra, Jerezano, la muerte del toro Briscan, número 34, colorado, de 497 kilos, de la divisa de Mari Carmen Camacho. El nuevo doctor en Tauromaquia triunfa en el empeño al llevarse en el esportón una oreja de cada uno de los astados que formaron su lote. La confirmación de su alternativa tiene fecha del 23 de agosto al cederle Raúl Aranda, ante el testigo José Antonio Carretero, la muerte de un ejemplar de la ganadería de El Sierro, de nombre Morisco, marcado con el número 12, de capa negra y 539 kilos de peso.
Su labor en esta ocasión y con el toro que cerró plaza fue aplaudida por el público madrileño. Su primera temporada como matador de toros la finaliza con cinco ajustes. Había toreado además dos novilladas antes de tomar la alternativa. La siguiente campaña interviene solamente en dos corridas de toros, cifra que no es mucho mayor en la siguiente, en la que hace el paseíllo como espada de alternativa en cuatro ocasiones. Una de ellas es en Madrid, el 20 de agosto, seguramente para intentar, como tantos otros, conseguir en esta plaza un éxito que le abra las puertas de las grandes ferias. Resulta imposible el lucimiento con los toros de don Félix Barrera que se corren. Carmelo toreó de capote al tercero de la tarde, que parecía que podía colaborar en el último tercio. Así debió de parecerle al torero que, muy dispuesto, brindó desde el platillo. Pero solamente se pudo estirar en cuatro pases.
El toro se paró muy pronto y el torero, acertadamente, abrevió. Mal estuvo con la espada, pues se echó descaradamente fuera. Con el sexto se desengañó muy pronto, después de tantearlo por ambos lados. Mala suerte la de este torero, que con tanto agrado se le vio de novillero, y estrelló, posiblemente, sus últimas ilusiones en esta corrida agosteña. La temporada siguiente, la de 1990, se viste de luces en una sola ocasión para alternar como espada de alternativa. Fue en Valdemorillo, el 5 de febrero. Alterna con Pascual Mezquita y Jorge Manrique en la lidia de un encierro d la divisa de Herederos de don Alfonso Sánchez Fabrés. No obtiene el triunfo apetecido y toma la decisión de abandonar el escalafón y hacerse banderillero. Pocos días después, el 23 de febrero, en Nimes (Francia), a las órdenes del matador Jesús Janeiro, Jesulín de Ubrique, en cuya cuadrilla se forma como uno de los más diestros toreros de plata.
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