Matador de toros y posteriormente banderillero. Nacido en Camas (Sevilla) el 3 de febrero de 1954, es durante la temporada de 1971 en la que comienza a tomar parte en corridas con caballos tras los normales tanteos por festejos económicos. Durante tal campaña y la siguiente no pasa de intervenir en un par de funciones. El 1 de abril de 1973 se presenta en el Carabanchelero coso de Vistalegre para alternar con José Ibáñez y Ángel Rafael en la Lidia de un encierro del espada Paco Camino y su paisano dará una vuelta al ruedo al término de su labor en cada uno de los novillos de su lote. También recorrería el anillo entre ovaciones el siguiente 26 de agosto sobre el albero de la Real Maestranza sevillana en presencia de Curro Camacho y El Momo tras dar muerte a reses de Manuel Navarro Sabido. Toreó siete funciones tal año y nueve en el siguiente, en el que se anota un total triunfo en su patria chica al torear mano a mano el 21 de julio con Ramón Soto Vargas y cortar cinco orejas y un Rabo, con la consiguiente salida a hombros del coliseo. El 25 de julio de 1975 debuta en la plaza de Las Ventas, de Madrid, para estoquear ganado de José Samuel Pereira Lupi en presencia de Pepín Peña y Antonio Guerra, y mientras escucha un aviso presidencial en su primer astado ha de dar una vuelta al ruedo al término del festejo. En Hinojos alcanza el 12 de septiembre de 1976 un rotundo éxito al actuar como único espada con ganado de Guardiola Domínguez y corta nada menos que un total de ocho orejas y dos rabos, El 21 de abril de 1977 toma la alternativa en la novena de la feria de Sevilla apadrinada por Paco Camino, con Pedro Gutiérrez Moya, Niño de la Capea, de testigo de la ceremonia, sin que el toricantano pueda lucirse en demasía por las poco aptas condiciones de lidia de los toros de Manuel González que le correspondieron. Su nombre posteriormente ha quedado un tanto apagado y tan solo intervino en otros dos festejos mayores. En 1978 únicamente torea en cuatro ocasiones. Participa en quince corridas durante la temporada de 1979, incluida la de su confirmación de alternativa, el 29 de mayo en pleno ferial isidril, en la que Antonio José Galán y Luis Francisco Esplá actuaron como padrino y testigo, respectivamente. Se corrió un encierro del hierro de Pablo Romero y la labor del neófito no alcanzó relevancia notable. Retorna al mismo coso de Las Ventas el siguiente 5 de agosto, en esta ocasión junto a Antonio Francisco Vargas y Tomás Rodríguez, Campuzano, y ganado de la divisa de La Higueruela, y consigue una actuación muy entonada, a cambio de recibir una cornada grave en la axila izquierda.
El triunfo grande lo alcanza el 8 de septiembre del mismo año en Ayamonte, al cortar un total de tres orejas de astados de la vacada de Juan Gallardo, en presencia de Manuel Amador y José Antonio Rodríguez, Campuzano. Incomprensible, durante la campaña de 1980 únicamente se viste de luces en dos coyuntura y en una tan solo en el siguiente año, por lo que decide pasarse a las filas de los banderilleros, lo que sería un acierto pleno, ingresando en la cuadrilla del ya citado José Antonio Campuzano. Y así se iniciaría una larga serie de éxitos entre los que caben ser destacados el premio logrado en Arthur (Francia), el 24 de julio de 1983, al mejor banderillero; el trofeo al rehiletero más destacado de la feria de Ciudad Real de 1983; su completo trabajo el 9 de junio de 1984 en Nimes (Francia), con toros de Eduardo Miura; el trofeo Club Taurino Extremeño para el mejor par de garapullos de la feria de Badajoz del mismo año; el trofeo Tecmafri, reservado para el más sobresaliente subalterno de los que intervinieron en la Feria de San Jaime, de Valencia, de la misma campaña; el trofeo Club Taurino de Bilbao al más perfecto par de las corridas generales del repetido año, y el trofeo Club Taurino Logroñés por la mejor brega en la Feria de San Mateo del mismo año. El 30 de abril de 1985 recibe una importante pero limpia cornada de una vaca cuando ayudaba en las faenas de tienta en la ganadería de la Viuda de Diego Garrido, lo que no le impide tomar parte en la corrida-concurso de ganaderías del inmediato 10 de mayo, en Jerez de la Frontera (Cádiz), donde le entregan una mención especial y un premio en metálico de 50.000 pesetas, Un nuevo trofeo logra en la feria de Plasencia del año que se acaba de citar, el destinado al mejor subalterno. El pleno de cambiar el estoque por las banderillas queda suficientemente demostrado con esta relación de galardones. Su maestría, tanto con el capote de brega como con los palitroques, está fuera de toda duda. Ellos queda nuevamente subrayado con la concesión del galardón donado por El Corte Inglés por su labor en la Feria de Abril, de Sevilla, en su edición de 1986. En la de San Jaime, de Valencia, del mismo año se le entregó el premio concedido por aquella Diputación a quien colocara el mejor par de garapullos. En 1987 llegaron a sus manos merecidos trofeos, como el que premiaba el mejor par de banderillas de la corrida-concurso de ganaderías de Jerez de la Frontera, el que también destacaba correspondiente en la de Jaén. Continúa con José Antonio Campuzano ese año y los dos siguientes, aunque por la clasificación de este también torea con otros, como ocurriera con Ruiz Miguel en Madrid. En 1990 decide volver a verter de oro y, perdidas ya hace tiempo las costumbres que obligaban a tomar una nueva alternativa cuando se había renunciado a ella, reaparece en Sevilla el 17 de abril. Alterna con José Luis Galloso y Pedro Castillo para lidiar una corrida de la divisa portuguesa de Palha. Salió muy decidido. Se jugó la vida con un lote que, como el resto, salió mansurrón, bronco, correoso y muy complicado para los toreros. Fue una reaparición dignísima, pero el triunfo que tanto necesitaba, esta vez sí que por culpa del ganado, se desvanece y con él, probablemente, su inclusión en la Feria de San Isidro, segundo escalón si quiere remontar el vuelo como espada de alternativa.
Retorna al escalafón de los banderilleros ese mismo año, actuando por vez primera en calidad de tal en Santander, el 28 de julio, en la corrida de la tarde, segunda de las tres que se celebraron ese día para conmemorar el primer centenario del caso cántabro. En 1991 torea con Francisco Ruiz Miguel, y con Paco Ojeda en 1992, y de nuevo sus actuaciones se premian fuera de los ruedos después del reconocimiento implícito en ellos con el aplauso del público. Su labor en la Feria de San Isidro de 1992 le hace acreedor al premio de la Federación Nacional Taurina y de Canal Plus al mejor par de banderillas y del Hotel Wellington al mejor peón de la isidrada. También en Antequera, esta vez por un quite a un compañero, le otorgan un merecido galardón. En 1993, una lesión en el tendón de Aquiles lo aparta de los ruedos durante los primeros compases de la temporada. Estuvo colocado dos años con Paco Ojeda y otros tantos con Ortega Cano. Actuó con Pepín Liria y con Curro Romero, en sus últimas temporadas. En los últimos tiempos ha toreado con su hijo, el novillero de igual nombre, con Alejandro Parrado y con Reyes Ramón, del que es asesor artístico. La de 2007 es su última temporada en activo que torea única y exclusivamente con su hijo.
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